lunes

IRMA HOESLI - MOZART: LAS CARTAS DE UN GENIO DE LA MÚSICA (54)


LAS CARTAS DE MOZART COMO ESPEJO DE SU POSICIÓN FRENTE AL MUNDO (2)

REALISMO (29)

AUTOPRESERVACIÓN (16)


En la continuación del trozo de carta que hemos citado, su estilo tiene mayor naturalidad. Mozart parece haberse dominado. Al final de la carta, empero, se suceden los suspiros. No hay audaz optimismo anticipado: “estoy convencido de…”, “sé que…”, pero si el tímido deseo, “de cualquier manera, ¡la hoja tendrá que volverse!” En vez de certeza sólo tiene “dulces esperanzas”. “En el nombre de Dios” ha de “seguir la vida” en París. Y nuevamente el tímido ruego: “Dios no permita que arruine mi talento con ello, pero espero que no durará tanto, Dios mediante.” Para aturdirse en cierto modo se consuela imaginando que pronto ha de poder “vaciar un buen vaso de vino del Rin con el corazón tranquilo”, en compañía de su padre. Esta es una ocurrencia que no se vuelve a encontrar en las cartas de Mozart a su padre ni antes ni después.

Mas aun nos llama la atención que en un complemento de esta carta, escrito dos días más tarde, Mozart pregunte repentinamente por la guerra y cuente acontecimientos políticos. Si bien el padre solía hablar muy a menudo de política en sus cartas, a Mozart nunca se le hubiera ocurrido comentarla. La política está fuera del círculo de sus intereses. Ahora, en cambio, habla de una materia totalmente desconocida, que no le interesa, evidentemente para distraerse.

¿Qué sabe usted de la guerra? -he estado tan triste y abatido estos tres días- no es que me interese, pero es que soy tan sensible que en seguida me intereso por algo, he oído que el emperador ha sido vencido… (1)

En el sobre de la carta aparece, finalmente, la felicitación para su hermana en el día de su santo, razón que lo impulsó a empezar la carta. Ilimitados deja que fluyan sus pensamientos:

…esperemos que no esté lejano el día feliz en que dos hermanos tan unidos y cariñosos puedan volver a decirse todo lo que piensan y lo que llevan en el corazón. Entre tanto, adiós -y quiéreme como yo te quiero- te abrazo de todo corazón, con toda el alma y soy eternamente tu leal y verdadero hermano.
W. Mozart. (2)

El ruego a su hermana de que lo quiera y expresiones como “eternamente” y “con toda el alma”, está para acentuar aun más el “de todo corazón”, desafían las convencionales fórmulas finales en uso. Pero igual distancia lo separa también de aquel alegre saludo a su Nannerl: Canaglie.

En la siguiente carta a su padre, Mozart ha vuelto a dominarse. Antes de pasar a la descripción minuciosa de la enfermedad de la madre admite en significativas palabras:

…he recibido, entre tanto, sus dos cartas del 13 y 20. La primera me arrancó lágrimas de dolor, pues me volvió a traer el recuerdo de la muerte de mi amada madre y todo volvió a aparecérseme vívidamente…

Ahora me siento completamente tranquilo porque sé que las dos personas a las que más amo en este mundo nada tienen que temer -lo que sería la mayor desgracia para mí- y seguramente me derrumbaría. (3)

Notas

(1) A su padre, París, 18-VII-1778, I, 497.
(2) A su hermana, París, 18-VII-1778, I, 498.
(3) A su padre, París, 31-VII-1778, I, 500-1.

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