CANCIÓN
35
ESPOSA
Y
luego a las subidas
cavernas
de la piedra nos iremos,
que
están bien escondidas,
y
allí nos entraremos,
y
el mosto de granadas gustaremos.
DECLARACIÓN
(2)
4
/
En estos agujeros, pues, desea entrar bien el alma para absorberse y embriagarse
y transformarse bien en el amor de la noticia de ellos, escondiéndose en el
seno de su Amado. Y a estos agujeros la convida él en los Cantares /2,13-14)
diciendo: “Surge, propera, amica mea, speciosa mea, et veni: columba mea, in
foraminibus petrae, in caverna maceriae”; que quiere decir: “Levántate y date
priesa, amiga mía, hermosa mía, y ven en los agujeros de la piedra, y en la
caverna de la cerca”; los cuales agujeros son las cavernas que vamos diciendo.
De las cuales dice aquí la esposa.
y
allí nos entraremos.
5
/
“Allí”, conviene saber, en aquellas noticias de misterios divinos, “nos
entraremos”. Y no dice: “Entraré yo sola”, sino “entraremos”, es a saber: ella
y el Amado, para dar a entender que esta obra no la hace ella, sino el Esposo
con ella; y allende de esto, por cuanto ya están Dios y el alma unidos en uno
en este estado de matrimonio espiritual de que vamos hablando, no hace el alma
obra ninguna a solas sin Dios. Y esto que dice: “allí nos entraremos”, es tanto
como decir: allí nos transformaremos en transformación de nuevas noticias y
nuevos actos y comunicaciones de amor. Porque, aunque es verdad que el alma,
cuando dice esto, está ya transformada por causa de el estado ya dicho -aunque, como habemos dicho, en sabiduría no
le añade nada-, no quita por eso que no pueda en este estado tener nuevas
ilustraciones y transformaciones de nuevas noticias y luces divinas; antes son
muy frecuentes las iluminaciones de nuevos misterios que al alma comunica Dios
en la comunicación que siempre está hecha entre Él y el alma, y en sí mesmo se
lo comunica, y ella como de nuevo se entra en Él según la noticia de aquellos
misterios que en Él conoce, y en aquel conocimiento de nuevo le ama estrechísima
y subidamente, transformándose en Él según aquellas noticias nuevas. Y el sabor
y deleite que también entonces recibe de nuevo, totalmente es inefable de el
cual dice en el verso siguiente:
y
el de granadas gustaremos.
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