lunes

CÁNTICO ESPIRITUAL (76) - SAN JUAN DE LA CRUZ


CANCIONES 29 Y 30

A las aves ligeras,
leones, ciervos, gamos saltadores,
montes, valles, riberas.
aguas, aires, ardores,
y miedos en las noches veladores:
Por las amenas liras
y canto de serenas, os conjuro
que cesen vuestras iras
y no toquéis al muro,
por que la esposa duerma más seguro.

DECLARACIÓN (1)

1 / Prosigue el Esposo y da a entender en estas dos canciones cómo por medio de las amenas liras -que aquí significan la suavidad de que goza ordinariamente en este estado-y también en el canto de serenas- que significa el deleite que en el alma siempre tiene-, acaba de poner fin y remate a todas las operaciones y pasiones de el alma que antes la eran algún impedimento y sinsabor para el pacífico gusto y suavidad, las cuales dice aquí que son las digresiones de la fantasía imaginativa, las cuales conjura que cesen; y también pone en razón a las potencias naturales, que son irascible y concupiscible, que antes algún tanto la afligían. Y también por medio de estas liras y canto da a entender cómo en este estado se ponen en perfección y medio de obra (según se puede en esta vida) las tres potencias de el alma, que son entendimiento, voluntad y memoria; y también se contiene cómo las cuatro pasiones de la ánima, que son dolor, esperanza, gozo y temor, se mitigan y ponen en razón por medio de la satisfacción que el alma tiene, significada por las amenas liras y canto de serenas, como luego diremos. Todos los cuales inconvenientes quiere Dios que cesen, por que el alma más a gusto y sin ninguna interpolación goce de el deleite, paz y suavidad de esta unión.

A las aves ligeras.

2 / Llama “aves ligeras” a las digresiones de la imaginativa, que son ligeras y sutiles en volar a una parte y a otra; las cuales, cuando la voluntad está gozando en quietud de la comunicación sabrosa de el Amado, suelen hacerle sinsabor y apagalle el gusto con sus vuelos sutiles. A las cuales dice el Esposo que las conjura “por las amenas liras”, etc.; 3esto es, que, pues ya la suavidad y deleite de el alma es tan abundante y frecuente y fuerte que ellas no lo podían impedir, como antes solían (por no haber llegado a tanto), que cesen sus inquietos vuelos, ímpetus y excesos. Lo cual se ha de entender así en las demás partes que habemos de declarar aquí, como son:

leones, ciervos, gamos saltadores.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+