• Cuando alcancé la
Sabiduría, ella me miró y dijo: "Ya me alcanza cualquiera".
• Lo
llamaron científico, estadista y pensador. Pero
nunca fue tan feliz como cuando lo llamaron "Bichi".
• El optimista ve la copa
medio llena. El pesimista la ve medio vacía. El borracho la ve doble.
• No vale más el singular
topacio que el vulgar cascote. Pero si me dais a elegir... dadme el topacio.
• Muy distinto es no decir lo
que se piensa que no pensar lo que se dice.
• No encuentra brevedad en el
aforismo el tartamudo.
• El hombre probo y pío es
mitad santo y mitad pollito.
• El ciego, al lavarse la
cara, se reconoce.
• El perro es perro. Y no lo
sabe.
• Mientras más sé, menos sé.
No sé.
• ¡Já! ¡Qué estúpida es la
astucia!
• Quiso ser eterno. Y fue
técnico electricista.
• La mentira se ríe de la
verdad. Pero su risa es falsa.
• Escupir hacia arriba, sin
mancharse uno mismo. ¡He ahí la verdadera ciencia!
• No juzgar a los hombres por
sus actos. Condenarlos.
• El necio no sabrá apreciar
ni el sabor de una flor ni el olor de una fruta.
• Decimos: "Haz como la
hormiga, que trabaja todo el día." ¡No sabemos cuán jóvenes mueren!
• El árbol se ríe del hacha.
Así le va.
• Si todos los hombres del mundo
se tomasen de las manos... ¡Cuán larga sería esa fila!
• Alegra ver caer las gotas
de lluvia. Pero ellas se destrozan contra el suelo.
• Piensa un minuto y serás
justo. Piensa una hora y se te hará tarde.
• Quieres vivir todos los
días. Ya aburres.
• ¿Acaso el Universo no es de
todos? ¿Qué esperas para arrancar un tomate?
• La paciencia, espera. La
virtud, observa. El pato, parpa.
• Se puede hacer una armadura
con papel. Pero no te pelees.
• El aire está en todas
partes y nadie le dice nada.
• Todo lo que puede depararte
la vida, de ahora en más, es basura.
• El hijo de la Sabiduría y
el Honor, ya camina.
• Llamamos flor a la flor,
pero la flor no sería flor, si fuera la flor por nosotros llamada.
• Si un hombre es pobre de
espíritu, sucio, ruin y maloliente, no valen por él ni estas líneas.
• La virtud del virtuoso, la
envidia el oso.
• El fruto de la codicia es
amargo. Pero no hay otra cosa.
• El oído quisiera ver y el
ojo, oír. ¿Quién los entiende?
• Todo aquel es quien pudiera
no haber sido, de serlo antes.
• La perfección es obsesiva.
Y eso es un defecto.
• El sabio, en su sabiduría,
no ve el alud que lo sepulta.
• También el rudo buey fue
débil cordero.
• Una vida más larga...
¿Acortaría la Muerte?
• Amigos son los huevos, que
están en el mismo nido y nunca se regañan.
• Me descalcé en la
oscuridad. Y pisé algo.
• No es el pañuelo quien se
engripa.
• No intentes demostrarme tu
escepticismo. Yo no te creo.
• No es más ágil el atleta
que quien se cae de un árbol.
• No te mueras nunca.
• El muerto se ríe del
degollado. Y éste, de su trabajo.
• La maza castiga el yunque.
Algo habrá hecho.
• Haz como el beduino, que
arma su tienda y no se queja.
• Si tu mejor amigo te
incrusta un puñal en la espalda... desconfía de su amistad
• El pájaro es libre. Lo
sería aún más de ser soltero.
• Un dibujo vale por mil
palabras. Y si es de Picasso más.
• Busco espíritus sensibles.
Intermediarios abstenerse.
• El loro plagia la palabra,
pero quien está preso es el canario.
• Por muy alta que sea una
montaña, no sobrepasa su propia cúspide.
• El pavo real abre su cola
sin importarle si es día feriado.
• Quien ríe último, de la
desgracia ajena, ríe mejor.
• Mis aforismos son como los
buenos vinos, mientras más pasa el tiempo, más caros.
• El aforismo es una flecha.
Parte de mi boca y se clava en tu ojo.
• Si tantas veces va el
cántaro a la fuente… ¿no será muy pequeño?
• Dios aprieta pero no ahorca
ni cae en el sadismo.
• Una palabra puede herir.
Pero un martillazo es feroz.
• La rosa tiene espinas,
pero… ¿tiene pétalos el atún?
• Reprochas al sordo que no
te escucha. ¡Grítale más fuerte!
• Dios me señaló con su dedo…
¡y me lo metió en un ojo!
• Aun viéndote sucia y
borracha, me arrodillo para nombrarte: "¡Madre!"
• Si crees en la
reencarnación no te rías de la fealdad del sapo.
• El puntapié que me
asestaste… ¿no será una opinión?
• Te siento cuando te toco y,
cuando no te toco, también te siento. ¿Que tienes en la piel?
• Te regalaría las estrellas,
pero te has empecinado en un par de zapatos.
• Cuanto más subo, más bajo.
Cuanto más bajo, más subo. ¿Qué me pasa?
• "No es fácil que un
camello entre al Reino de los Cielos" (proverbio árabe).
• Quise conocerme a mi mismo.
Cuando me hallé, estaba muy cambiado.
• Se aprende más en la
derrota que en la victoria, pero… ¡prefiero esa ignorancia!
• El que nada desea, es
sospechoso.
• Supe perdonar a la mujer
adúltera. Mi piedra no le acertó.
• El espíritu del virtuoso es
como un espejo. Te miras en él y puedes peinarte.
• El hombre sabio es pobre en
apariencia, pues su tesoro está en Suiza.
• En el mundo hay Bondad y
Maldad. Justicia e Injusticia. Árboles y tortugas. Hay muchas cosas.
• Para el Sabio no existe la
riqueza. Para el Virtuoso no existe el poder. Y para el Poderoso no existen ni
el Sabio ni el Virtuoso.
• Aquel que ha tocado el
cielo con las manos… ¿cuánto medía?
• Ay! El Dolor se repite. Ay!
• Aquel que ha perdido una
oreja no desea aros.
• He cometido el peor de los pecados.
No he sido millonario.
• Reparad en ese pato que
corre. Reparad en aquel cordero que trisca. Reparad esa cerca que huyen los
animalitos.
• ¿Qué superficial es la
alegría ruidosa de la orgía!
• Si dices que lo tienes en
un puño… muy pequeño ha de ser tu enemigo!
• Si quieres alcanzar la
Sabiduría… ¡empieza a correr ya!
• Reconoce tu idiotez y serás
un idiota lúcido.
• El tirano admite que lo
odien, pero odia que se rían de él. Y más aún que le arrojen una bomba.
• Mientras más brillante la
luz, mayor el gasto.
• La última victima de la
guerra dijo, al caer: "¡Que mala suerte!"
• Cuando el tacto vale más
que el sentimiento, la amistad de la orgía no es sincera.
• Haz el mal sin mirar a
cuál.
• Simula reír la hiena. Pero
no entiende los chistes.
• ¡Desdichado el mendigo que
no conoce el placer de dar!
• Morir… ¡extraña costumbre!
• La hiena ríe pues no piensa
en el mañana.
• Si no cantara el gallo
igual amanecería.
• Consulté con mi almohada y
me dijo: "Consulta con tu médico".
• Desdichado quien encuentra
una muerte horrible, pero… ¿no pensamos en quién la ha perdido?
• No hay completa belleza. El
tigre es hermoso, pero su orín es pestilente.
• El humor no debe ser risa.
Sí, sonrisa. Y, de ser posible, llanto amargo.
• Si
tropiezas dos veces con la misma piedra… ¡sácala de allí!
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