CANCIÓN 26
Detente,
cierzo muerto:
ven,
austro, que recuerdas los amores,
aspira
por mi huerto,
y
corran sus olores,
y
pacerá el Amado entre las flores.
.
DECLARACIÓN
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Y, por tanto, mucho es de desear que este aire de el Espíritu Santo pida cada
alma aspire por su huerto y que corran sus divinos olores. Y por ser esto
necesario y de tanto bien y gloria para el ánima, la esposa lo deseó en los
Cantares y lo pidió diciendo: “Surge, aquilo, et veni, auster, perfla horlum
meum, et fluuent aromata ilius” (4,16); y es todo lo que habemos dicho en esta
canción hasta aquí, y quiere decir: “Levántate, cierzo” y vete; “y tú, ábrego”,
viento suave y provechoso, “ven” y corre y “aspira por mi huerto; y correrán
sus olorosas y preciosas especias”. Y esto todo lo desea el alma, no por el
deleite y gloria que de ello se le sigue, sino por lo que en esto sabe que se
deleita su Esposo, y que esto es disposición y prenuncio en ella para que su
Esposo amado, el Hijo de Dios, venga a deleitarse en ella; que por eso dice
luego:
y pacerá el Amado entre las
flores.
9
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Significa el alma este deleite que el Hijo de Dios tiene en ella en esta sazón
por nombre de “pasto”, que muy más al propio lo da a entender, por ser el pasto
o comida cosa que sólo da gusto, pero aun sustenta. Y así el Hijo de Dios se deleita
en el alma en estos deleites de ella, como en lugar donde grandemente se
deleita, porque el lugar se deleita de veras en Él. Y eso entiendo que es lo
que Él mesmo quiso decir por la boca de Salomón en los Proverbios, diciendo: “Mis
deleites son con los hijos de los hombres” (8,31); es a saber, cuando sus
deleites son estar conmigo, que soy el Hijo de Dios. Y es de notar que no dice
que pacerás “las flores”, sino “entre las flores”, porque la comunicación suya
y deleite de el Esposo es en el alma mediante el arreo de las virtudes ya dicho,
y lo que pace es la mesma alma transformándola en sí, sazonada ya y guisada y
salada con las flores de virtudes y dones y perfecciones, que son la salsa con
que y entre que le pace; las cuales, por medio del Aposentador ya dicho, están
dando a Dios con el alma sabor y suavidad. Y esta es la condición de el Esposo,
pascer al alma entre la flagrancia de estas flores. Y así también la esposa en
los Cantares, como quien tan bien sabe la condición de el Esposo, dice ella por
estas palabras: “Dilectus meus descendit in hortum suum ad areolam aromatum, ut
pascatur in hortis, el lilia colligat” (6,1); que quiere decir: “Mi Amado
descendió a su huerto, a la erica y aire de las especias aromáticas olorosas,
para apacentarse en los huertos y coger lirios para sí”; y luego dice: “Yo para
mi Amado, y mi Amado para mí, que se apacienta entre los lirios” (2,16 y 6,2);
es a saber, que se deleita en mi alma (que es el huerto), entre los lirios de
mis virtudes y perfecciones y gracias.
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