domingo

CÁNTICO ESPIRITUAL (55) - SAN JUAN DE LA CRUZ


CANCIÓN 22

En solo aquel cabello
que en mi cuello volar consideraste
mirástele en mi cuello,
y en él preso quedaste,
y en uno de mis ojos te llagaste.

DECLARACIÓN (2)

4 / ¡Oh cosa digna de toda acepción y gozo, quedar Dios preso en un cabello! La causa de esta prisión tan preciosa es el pararse Él a mirar, que es (como habemos dicho) amar Él nuestro bajo ser; porque si Él, por su gran misericordia, no nos mirara y amara primero, como dice San Juan (I Io. 4,10), y se abajara, ninguna presa hiciera en él el vuelo de el cabello de nuestro amor bajo, porque no tenía tan alto vuelo que llegase a prender a esta divina ave de las alturas; mas porque ella se abajó a mirarnos y a provocar nuestro vuelo y levantarle, dando valor a nuestro amor, por eso él mismo se prendó del cabello en el vuelo, esto es, Él mismo se pagó y se agradó, y por eso se prendó. Y eso quiere decir: “mirástele en mi cuello, y en él preso quedaste.” Y así, cosa creíble es que el ave de bajo vuelo prenda a el águila real muy subida, si ella se viene a lo bajo, queriendo ser presa.

Y en uno de mis ojos te llagaste.

5 / Entiéndese aquí por el “ojo” la fe, y dice “uno” solo y que “en él se llagó” porque, si la fe y fidelidad de el alma para con Dios no fuese sola, sino que estuviese mezclada con otro algún respecto o cumplimiento, no llegaría a efecto de llagar a Dios de amor, y así sólo un ojo ha de ser en que se llaga, como también un solo cabello en que se prenda el Amado. Y es tan estrecho el amor con que el Esposo se prenda de la esposa en esta fidelidad única que ve en ella que, si en el cabello de el amor de ella se prendaba, en el ojo de su fe aprieta con tan estrecho nudo la prisión, que le hace llaga de amor por la gran ternura de el afecto, con que está aficionado a ella, lo cual es entrar(la) más en su amor.

6 / Esto mesmo de el cabello y de el ojo dice el Esposo en los Cantares hablando con la esposa, diciendo: “Llagaste mi corazón, hermana mía, llagaste mi corazón en uno de tus ojos y en un cabello de tu cuello” (4,9). En lo cual dos veces repite haberle llagado el corazón, es a ver, en el ojo y en el cabello. Y por eso el alma en la dicha canción hace relación de estas dos cosas, como agradeciendo al Amado y regraciando tan gran merced, y también para gozarse de ella y deleitarse en haber sido tan dichosa que haya caído en gracia a su Amado. Y así lo atribuye ella todo a él en la canción siguiente, diciendo:

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