CANCIÓN 22
En solo aquel cabello
que
en mi cuello volar consideraste
mirástele
en mi cuello,
y
en él preso quedaste,
y
en uno de mis ojos te llagaste.
DECLARACIÓN
(1)
1
/Tres
cosas quiere decir el alma en esta canción. La primera es dar a entender que
aquel amor en que están asidas las virtudes no es otro sino sólo el amor
fuerte, porque, a la verdad, tal ha de ser para conservarlas. La segunda, dice
que Dios se prendó mucho de este su cabello de amor, viéndolo solo y fuerte. La
tercera, dice que estrechamente se enamoró Dios de ella, viendo la pureza y
entereza de su fe. Y dice así:
En
sólo aquel cabello
que
en mi cuello volar consideraste.
2
/
El “cuello” significa la fortaleza, en la cual dice que volaba el cabello de el
amor, en que están entretejidas las virtudes, que es amor en fortaleza. Porque
no basta que sea sólo para conservar las virtudes, sino que también sea fuerte,
para que ningún vicio contrario le pueda por ningún lado de la guirnalda de la
perfección quebrar. Porque por tal orden están asidas en este cabello de el
amor de el alma las virtudes, que, si en alguna quebrase, luego, como hemos
dicho, faltarían todas; porque las virtudes, así como donde está una están
todas, así también donde una falta faltan todas. Y dice que “volaba” en el
cuello, porque en la fortaleza de el alma, que es el cuello de el alma, vuela
este amor a Dios con gran fortaleza y ligereza, sin detenerse en cosa alguna; y
así como en el cuello el aire menea y hace volar al cabello, así también el
aire de el Espíritu Santo mueve y altera el amor fuerte para que haga vuelos a
Dios; porque, sin este divino viento que mueve las potencias a ejercicio de
amor divino, no obran ni hacen sus efectos las virtudes, aunque las haya en el
alma. Y en decir que el Amado “consideró” en el cuello volar este cabello, da a
entender cuánto ama Dios el amor fuerte, porque considerar es mirar muy
particularmente con atención y estimación de aquello que se mira -cuando está flaco este amor no le mira en el
cuello-, y el amor fuerte hace mucho a Dios volver los ojos a mirarle. Y
así se sigue:
mirástele
en mi cuello.
3
/
Lo cual dice para dar a entender el alma que no sólo preció y estimó Dios este
su amor, sino que también le amó, viéndole fuerte; porque mirar Dios es amar
Dios, así como el considerar Dios es (como habemos dicho) estimar lo que
considera. Y vuelve a repetir en este verso el cuello, diciendo de el cabello: “Mirástele
en mi cuello”, porque, como está dicho, esa es la causa por que le amó mucho,
es a saber, verle en fortaleza. Y así es como si dijera: Amástele viéndole fuerte sin pusilanimidad y
temor, y solo sin otro amor, y volar con ligereza y fervor. De donde se sigue
que
y
en él preso quedaste.
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