domingo

CÁNTICO ESPIRITUAL (54) - SAN JUAN DE LA CRUZ


CANCIÓN 22

En solo aquel cabello
que en mi cuello volar consideraste
mirástele en mi cuello,
y en él preso quedaste,
y en uno de mis ojos te llagaste.

DECLARACIÓN (1)

1 /Tres cosas quiere decir el alma en esta canción. La primera es dar a entender que aquel amor en que están asidas las virtudes no es otro sino sólo el amor fuerte, porque, a la verdad, tal ha de ser para conservarlas. La segunda, dice que Dios se prendó mucho de este su cabello de amor, viéndolo solo y fuerte. La tercera, dice que estrechamente se enamoró Dios de ella, viendo la pureza y entereza de su fe. Y dice así:

En sólo aquel cabello
que en mi cuello volar consideraste.

2 / El “cuello” significa la fortaleza, en la cual dice que volaba el cabello de el amor, en que están entretejidas las virtudes, que es amor en fortaleza. Porque no basta que sea sólo para conservar las virtudes, sino que también sea fuerte, para que ningún vicio contrario le pueda por ningún lado de la guirnalda de la perfección quebrar. Porque por tal orden están asidas en este cabello de el amor de el alma las virtudes, que, si en alguna quebrase, luego, como hemos dicho, faltarían todas; porque las virtudes, así como donde está una están todas, así también donde una falta faltan todas. Y dice que “volaba” en el cuello, porque en la fortaleza de el alma, que es el cuello de el alma, vuela este amor a Dios con gran fortaleza y ligereza, sin detenerse en cosa alguna; y así como en el cuello el aire menea y hace volar al cabello, así también el aire de el Espíritu Santo mueve y altera el amor fuerte para que haga vuelos a Dios; porque, sin este divino viento que mueve las potencias a ejercicio de amor divino, no obran ni hacen sus efectos las virtudes, aunque las haya en el alma. Y en decir que el Amado “consideró” en el cuello volar este cabello, da a entender cuánto ama Dios el amor fuerte, porque considerar es mirar muy particularmente con atención y estimación de aquello que se mira -cuando está flaco este amor no le mira en el cuello-, y el amor fuerte hace mucho a Dios volver los ojos a mirarle. Y así se sigue:

mirástele en mi cuello.

3 / Lo cual dice para dar a entender el alma que no sólo preció y estimó Dios este su amor, sino que también le amó, viéndole fuerte; porque mirar Dios es amar Dios, así como el considerar Dios es (como habemos dicho) estimar lo que considera. Y vuelve a repetir en este verso el cuello, diciendo de el cabello: “Mirástele en mi cuello”, porque, como está dicho, esa es la causa por que le amó mucho, es a saber, verle en fortaleza. Y así es como si dijera: Amástele viéndole fuerte sin pusilanimidad y temor, y solo sin otro amor, y volar con ligereza y fervor. De donde se sigue que


y en él preso quedaste.

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