domingo

CÁNTICO ESPIRITUAL (54) - SAN JUAN DE LA CRUZ


CANCIÓN 21

De flores y esmeraldas,
en las frescas mañanas escogidas,
haremos las guirnaldas
en tu amor florecidas
y en un cabello mío entretejidas.


DECLARACIÓN (3)

7 / La flor que tienen las obras y virtudes es la gracia y virtud que de el amor de Dios tienen, sin el cual no solamente no estarían florecidas, pero todas ellas serían secas y sin valor delante de Dios, aunque humanamente fuesen perfectas. Pero, porque Él da su gracia y amor, son las obras florecidas en su amor.

Y en un cabello mío entretejidas.

8 / Este cabello suyo es su voluntad de ella y amor que tiene al Amado; el cual amor tiene y hace el oficio que el hilo de la guirnalda, porque, así como el hilo enlaza y ase las flores en la guirnalda, así el amor de la alma enlaza y ase las virtudes en el alma y las sustenta en ella. Porque, como dice San Pablo, “es la caridad el vínculo y atadura de la perfección! (Col. 3,14). De manera que en este amor de el alma están las virtudes y dones sobrenaturales tan necesariamente asidos que, si quebrase -faltando a Dios- luego se desasirían todas las virtudes y faltarían de el alma, así como, quebrado el hilo en la guirnalda, se caerían las flores. De manera que no basta que Dios nos tenga amor para darnos virtudes, sino que también nosotros se la tengamos a Él para recibirlas y conservarlas. Dice “un cabello” solo, y no muchos cabellos, para dar a entender que ya su voluntad está sola en Él, desasida de todos los demás cabellos, que son los extraños y ajenos amores. En lo cual se encaresce bien el valor y precio de estas guirnaldas de virtudes, porque cuando el amor está único y sólido en Dios (cual aquí ella dice), también las virtudes están perfectas y acabadas y florecidas mucho en el amor de Dios, porque entonces es el amor que Él tiene al alma inestimable, según el alma da a entender en la siguiente canción.

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