domingo

JULIO CÉSAR CASTRO (JUCECA) - LA VUELTA DE DON VERÍDICO (38)


MAÑA CONTRA ALIMAÑA


Hombre flojo pal bicherío menudo, aura que dice Bonificación Espejo, el chueco, que le decían “Arcoiris”.

Pa ser más chueco que Bonificación había que estudiar. Dentraba al rancho de costáu.

Pero una disgracia pal bicherío. Ande escuchaba volar una moscca entre el rancho, le atacaba como un chucho y no podía cebar mate. De mañanita, antes de prieparar el amargo, salía pa fuera, apuntaba con la bombilla pal lau del sol y la bombiaba por dentro, no fuera cosa que en la noche se le hubiera ganáu algún inseto. Con el pico e la caldera, similar.

Antes de calzarse las alpargatas, las tiraba pa fuera y les pasaba por arriba con un charré que tenía. Si de noche oía cantar las ranas, se tupía las orejas con tabaco y se envolvía la cabeza con un poncho.

-Qué milagro, don Arcoiris -le decían- no tiene algo plantadito cerca e las casas, un suponer.

-Pa plantar hay que carpir, y ande carpe halla la lumbriz.

Dende una vez que se mató un mosquito que se le había posáu en la punta e la nariz, fue que le empezaron a decir “El Ñato”.

Una güelta, taban en el boliche El Resorte el tape Olmedo, Cordelino Birome, la Duvija, Mirtilino Roseto y el pardo Santiago, tomando gaseosa, cuando va y cae Bonificación, nervioso, y dijo que tenía el rancho con grillo. Martilino le prieguntó:

-¿Mucho grillo?

-Pa mí que uno, pero nunca se sabe.

-¿Macho o hembra el grillo?

-Si le digo le miento, don Mirtilino.

-Si es hembra -dijo Mirtilino- lo saca e las casas afilando un serrucho cerca e la puerta. Porque grillo no se mata.

-¿Y si es macho?

-Afilando una sierra.

Lo sacó con serrucho.

Tenía el rancho que era un lujo aquel crestiano. ¿Araña? Ni pa rimedio.

Tenía todo cercado con ajo; pa la víbora. Una preciosidá e campito el de Bonificación. Hormiga no le hallaba.

Una tardecita, dende el boliche, lo vieron venir de a caballo, meta revoliar el poncho, grito y chiflido y corridas de un lau pal otro. Cuando diba pasando cerca del boliche, Mirtilino comentó que nunca tenía visto paisano tropiando sin nada por delante, y le pegó el grito a Bonificación:

-¿Se está practicando pa tropero, o anda mamáu el hombre?

-Voy arriando nomás -rispondió Bonificación entre dos chiflidos.

-Desculpe la curiosidá -insistió Mirtilino-, ¿pero… arrero de…?

-¡Bicho colorau!

Al otro día, el comesario lo citó a declarar.

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