sábado

IRMA HOESLI - MOZART: LAS CARTAS DE UN GENIO DE LA MÚSICA (7)


LAS CARTAS DE MOZART COMO EXPRESIÓN DE SU ESPÍRITU CREADOR 

JUEGO (5)


Más temerariamente y con mayor perfección maneja Mozart este método en el siguiente ejemplo:

…que hacer no hay nada, prontamente hasta, yo buenas un deseo noche, plácido Ud. dormido, voy a próximo más escribir más cuerdir. (1)

Aquí se realizan las cosas más insólitas. Se crean palabras imposibles, como sunden, geschlaf, gescheiden, que quedarían sin significado si no lo dedujéramos por la composición de las distintas palabras que forman el todo de la oración y viéramos que se trata de distorsiones voluntarias de los prefijos. La terminación del comparativo se le pone al verbo schreiben, que se convierte en schreiber (“escribir” en “más escribir”). El adverbio recibe la terminación del infinito del verbo, gescheider se transforma en gescheiden (“cuerdamente en “cuerdir”). El párrafo misterioso tiene el siguiente contenido:

…no hay nada que hacer, hasta pronto. Le deseo buenas noches, duerma Ud, plácidamente. Próximamente le voy a escribir más cuerdamente…

Nuevamente vemos la mano del músico. El significado de una palabra no tiene importancia para él; por lo pronto es totalmente absurdo lo que afectivamente dice la carta. Sin embargo, aquellos elementos que son comunes al idioma y a la música han sido respetados, y ellos son la estructura y el ritmo. El músico se esmera en la forma mientras que desnuda el contenido despreocupadamente. Tras el juego del músico medio dormido permanece firma la conciencia de las leyes formales del idioma, pero también la indiferencia por el ámbito de su significado.

En todos los casos en que Mozart emplea este juego formalista ha descuidado la significación de las palabras. Un ejemplo de ello es la siguiente carta en la que el autor conduce a confusiones por la mezcla de distintos estilos:

Queridísima, la mejor
la más hermosa, la más amable
la más encantadora
primita o violonchelito,
exasperada por su
indigno primo
blas mir hint’ eini
gut ist’s
wohl bekomms *

Si yo, Johannes, Chrisostomus, Segismundus, Amadeus, Wolfgangus Mozartus estaré en condiciones de aplacar, atenuar, suavizar la ira que vuestra excitante hermosura, visible e invisible, y seguramente aumentada en un buen “taco de pantufla”, es una pregunta que también voy a contestar. Suavizar quiere decir llevar a alguien con suave suavidad, yo soy muy suave por naturaleza, y la mostaza ** la como con mucho gusto, especialmente con la carne vacuna, por lo tanto está bien con Leipzig, si bien Mr. Feigelrapée asegura o mejor dicho (beköpft) *** que la pasteta no resultará y eso no puedo creerlo de ningún modo y no valdría la pena agacharse por ello. Bueno si se tratara de una bolsa llena de Convensions Kreuzer, se podría agarrar, tener, alcanzar finalmente algo de eso, por eso como ya he dicho, no podría darlo de otra manera. Es el precio siguiente, no permito que se regatee, porque no soy una mujer, y con eso ¡basta! Sí, mi querido violonchelito, y el que no tiene ninguna de las dos cosas no tiene nada, y nada es tanto como muy poco y poco no es mucho, por consiguiente nada es siempre menos que poco, y poco siempre más que no mucho. Así es, así fue y así será: Finaliza la carta, ciérrala y envíala a su destino y fin.

Vuestro obedientísimo y subordinadísimo servidor, mi culo no es vienés. (2)

Notas

(1) A su padre, Mannheim, 26-XI-1777, I, 310.
* Refrán intraducible bastante grosero.
** Juego de palabras: Sanft (“suave”) y Senf (“Mostaza”). (N. del T.)
(2) A su primita, Salzburgo, 10-V-1779, II, 340-41.

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