por Lisardo García Rodulfo
Jaime
Buhigas Tallón es una persona polifacética: estudió Arquitectura en Madrid y
Architectural Design en San Diego (California), Dirección de Escena y Cine de
Animación en la School of the Art Institute of Chicago gracias a una beca
Fulbright. Es dibujante, ilustrador, dramaturgo, escenógrafo. Como
adaptador y director teatral es el fundador de las compañías de teatro
"Último Acto" y "Mitá y Mitá Teatro" entre otras. Ha
dirigido la escena para La Capilla Real de Madrid en la ópera "Le Malade
Imaginaire", en el Festival de Teatro Clásico de Almagro. Entre otras
direcciones de escena musical destacamos "Dido y Eneas" de Purcell,
"Acis y Galatea" de Haendel y "El Festino"de Banquier. Es
autor del libreto de la ópera "Altisidora" con partitura de Patricia
Mora. Especialista en la sección áurea, sus conferencias sobre arte, el Camino
de Santiago, el sentido del laberinto y la creatividad son muy frecuentes a lo
largo y ancho de la península. Es autor de la Divina Geometría, un libro
excepcional, publicado por la Esfera de los Libros. En él aborda de forma amena
la búsqueda del conocimiento integrador, y la geometría es el mejor camino para
llegar a ese sincretismo. "Que nadie entre sin saber geometría", se
decía en el frontispicio de la Academia de Platón. Buhigas escudriña la
realidad desde el prisma de la geometría sagrada para comprender que el orden
que rige en uno mismo es idéntico al del universo.
La herencia pedagógica de sus padres.-
Jaime ¿Qué recuerdos tienes de tu infancia?
Yo nací en Pozuelo de Alarcón, me crié allí y aún sigo viviendo en
Pozuelo, soy hijo de dos profesores, por lo que la docencia la llevo en la
sangre. De mi infancia tengo varios recuerdos, uno de ellos el de mi madre
haciendo escenografías en los colegios donde trabajaba, aquí empezó sin darme
cuenta mi vocación por el teatro. Mi padre era profesor de ciencias, era geólogo,
de él heredé el interés por el estudio y sobre todo, estudiar para contar lo
que has estudiado, que es muy distinto, esta faceta tiene también mucho que ver
con el teatro, porque ambos aspectos, "el estudiar y el expresar", se
unen.
¿Cómo decides estudiar arquitectura?
Lo he pensado muchas veces. Creo que fue por no saber elegir. Me
explico, a mí me ha gustado estudiar, disfruté siempre en el colegio y en el
bachillerato aprendiendo; me apasionaban todas las ramas del conocimiento y fue
una desgracia concluir los estudios obligatorios, pues no sabía qué elegir. Y
por eso me decanté por la arquitectura, porque dentro de la elección me parecía
que en esta carrera podría seguir viendo algo de humanidades. Es más, cuando
empecé la carrera en la Universidad Politécnica, enseguida comprendí que yo no
me quería dedicar al ejercicio de la arquitectura, sin embargo en la carrera
disfruté muchísimo.
¿Cómo te acercas a la Geometría Sagrada? ¿Haciendo la especialidad de
restauración de patrimonio?
Fue después, en verdad, lo aprendí en Chicago, gracias al teatro. Y
posteriormente comencé a emplearlo en arquitectura histórica. En Chicago
comprendí que la arquitectura y la escenografía están muy cercanas. Fue un
verdadero descubrimiento, mis conocimientos de arquitectura me servían para la
dirección escénica; y no sólo para la construcción de escenografías sino para
la elaboración dramática de una obra: cómo se construye un personaje, cómo se
diseña, cómo se mueve por el escenario, el equilibrio, la posición, las
distancias...
Preguntas
sobre "la Divina Geometría".
¿Cómo surge la idea de escribir un libro como éste?
Fue una propuesta ajena. Tras varias charlas sobre el Camino de Santiago me
pidieron que impartiese un curso sobre Geometría Sagrada, fue en la Fundación
Tomillo. El curso tuvo una aceptación enorme, yo pensaba que era un tema que no
iba a interesar absolutamente a nadie dado que es muy específico. Después del
curso la gente me comenzó a preguntar si tenía algo escrito sobre el tema; así
apareció la editorial adecuada que se interesó por el tema y me pidió un libro
sobre ello.
Es muy recurrente en tu
libro la idea de la visión global, intentas un estudio comparado entre
filosofías, ciencias y artes. ¿Por qué esta síntesis tan renacentista?
Alguien que se
interesa por el Renacimiento es alguien que se interesa por la antigüedad, por
la integración de los conocimientos, en definitiva por la formación clásica;
además el único modo de acercarse a la geometría sacra es a través de la
integración de conocimientos. La geometría es la base de todo, es el nexo de
todas las particularidades, ya lo indicó Platón en el frontispicio de su
Academia: "No entre aquí nadie sin saber geometría". Cuando estudias
geometría y ves que sus conocimientos se aplican a la arquitectura, a la
música, a la ciencia, en definitiva, a todo el saber, no es que te conviertas
en un renacentista, es que es inevitable, lo que es una pena es que este
conocimiento integrador se haya desechado y olvidado. Hay que rescatar la
necesidad de un conocimiento integrador. La Edad Media en la que estamos se va
a superar precisamente por la interrelación de los conocimientos.
En tu libro también
recoges la máxima de Hermes Trimegisto: "Así como es arriba es
abajo".
Este es un concepto tan poderoso que cuando se descubre, a uno le proporciona una tranquilidad interior muy sospechosa, en el sentido de que todo deber estar bien. Este es el primer acercamiento espiritual a un tipo de mística muy concreta, muy pitagórica; es la interrelación entre los extremos, lo grande es lo pequeño; y lo pequeño es lo grande: el mundo en un grano de arena. Esto genera una visión del mundo y de uno mismo muy diferente. No entiendo por qué no explican esto en los colegios, porque es muy fácil de entender. Este orden que se encuentra en esta célula es el mismo que el de los planetas. Así de sencillo y así de fácil. Bueno, pues no se dice.
Veo también en tu libro
cómo ese mundo inteligible de la ideación y el número se hace mundo sensible a
través de las formas geométricas ¿Cuál es la importancia que para ti tiene
Platón?
Mucho. Todo lo platónico es pitagórico; la herencia es evidente. Pitágoras es, hasta lo que nosotros conocemos, el padre de lo que entendemos como Geometría Sagrada. No es el primero, pero es quien la divulga. Respecto a la idea platónica entiendo que es un concepto en su mayor parte no comprensible, a pesar de lo que piensan muchos platónicos, porque creo que Platón no es un racionalista, para él el conocimiento es otra cosa muy distinta. Las ideas platónicas son la única vía que tenemos para comprender la clave de la Geometría Sagrada que es el número como idea, como una esencia de un orden superior, que luego se traslada a nuestro entendimiento de otras maneras, pero en sí mismo, el número es un concepto inabarcable, puedes llamarlo Dios, Idea... lo que quieras. La Geometría Sagrada es un trabajo de ideas que busca la representación perfecta de esas ideas.
¿Tu también opinas como,
Umberto Eco, que estamos en una nueva Edad Media?
Es complicada la
pregunta; antes de nada he de decir que soy bastante admirador de la Edad Media
en el sentido que fue un momento histórico de conservar el conocimiento, y
probablemente no se pudo hacer de otra manera. Cada vez me convence menos la
idea de esa Edad Media como época oscura de ignorancia y de barbarie. No, creo
que hubo un acercamiento al lenguaje simbólico potentísimo que hemos perdido;
creo que había una concepción del mundo bastante más rica de lo que parece. Por
tanto, no me parece tan oscura, la espiritualidad medieval es muy interesante.
Ciñéndome a tu pregunta, No sé si vamos a una época como tú me la planteas;
estar, desde luego, estamos; no me cabe la menor duda. Veo una crisis de
identidad del ser humano con respecto a la naturaleza, como creo que no ha
habido nunca. El hombre vive con la naturaleza y seguimos haciéndolo, la
relación del hombre con la naturaleza es la base de todas las artes; la
ignorancia de esta identidad genera una ansiedad muy curiosa; en el arte, por
ejemplo, se aprecia muy bien; multitud de anónimos autores cada uno luchando
por una cosa; yo no digo que todos se ciñan a un estilo, pero la crisis de
identidad es evidente. ¿Dónde estamos? ¿Qué queremos?...
Al preguntarte por la
Edad Media evidentemente se me pasó relatar que claro que hay "rescoldos
de fuego" y entre ellos destaca el Camino de Santiago ¿Qué es para ti?
El Camino de
Santiago es una metáfora y un rito del viaje interior, es una de las
herramientas espirituales más importantes que conozco, si se hace con el
respeto y con el conocimiento necesario. Hoy en día, es verdad que está muy
desvirtuado el concepto de peregrino. El camino no termina ni en Santiago ni en
Finisterre, termina cuando uno vuelve; es un camino de ida y de vuelta. Esto es
como ir al laberinto, se tiene que llegar al centro pero también se tiene que
regresar. En la mayor parte de las leyendas medievales los milagros ocurren en
el camino de vuelta, y de hecho el que lleva la vieira es el que ha llegado, ha
estado en Finisterre, ha muerto y ha vuelto a nacer.
Otra originalidad de tu
libro es el modo de concluirlo, es una puerta abierta, una invitación a que sea
el lector el que continúe investigando, esto pedagógicamente me parece muy
interesante.
Esto es una lección
aprendida; en un principio, y esto es terrible confesarlo, no quería escribir
el libro porque pensaba que no era la manera de trasmitir ese conocimiento, no
creo en los libros de Geometría Sagrada, mejor dicho, no termino de encontrar un
libro que aborde este tema que me acabe de agradar, los más hermosos sin duda
los de Matila Ghyka, pero de eso hace ya mucho tiempo; no creo en general en
nada que no se asocie a una experiencia personal, la única manera honesta que
tenía de acabar el libro es dejando claro que si lo que se ha leído no sirve
para estimular una experiencia particular, será tan sólo una anécdota. Esos
capítulos finales donde aparecen las incuestionables conclusiones, en el fondo,
limitan el conocimiento, van en contra del propio conocimiento, no hay que
sentar cátedra, hay que invitar a la experiencia particular, sobre todo cuando
hablamos de un tema tan profundo que cada uno va a vivir a su manera, y sobre
todo, cuando hay cosas que yo ni tan siquiera comprendo. Por ejemplo, llevo
años estudiando el Número de Oro y en el fondo sé que hay algo misterioso
detrás de ese concepto que no acabo de entender, aunque racionalmente sepa cómo
se halla algebraicamente. A mucha gente no le ha gustado esa forma de concluir
el libro, pero a mí me ha encantado dejar a la gente en el laberinto para que
ella misma tenga que salir.
Jaime Buhigas domina el difícil
arte de conversar, no sólo por lo que dice y trasmite, también por sus
silencios. Su libro es una valiente propuesta al lector a poder acercarse a una
ciencia como la geometría de una forma muy distinta a la que conocemos. Sin
lugar a dudas, querido lector, te sorprenderá.
(Esfinges / Apuntes para un pensamiento diferente)
(Esfinges / Apuntes para un pensamiento diferente)
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