la vida es
luz guillotinando nieblas
no una
alfombra de palomas en la calle, aplastada por el irrespetuoso trajín de
nuestras ruedas
es el
portón envejeciendo en cada foto, acariciando la fragilidad de todos los
desencuentros
es la
angustia de cualquier calendario
una muñeca
de trapo pariendo tormentas
un pesebre
saqueado de soledades atravesando paredes
también es
un delirio de jardines iluminando el corazón hasta en las mañanas más grises
La vida,
como dijo un místico violador de almas, “está bien hecha”
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