domingo

CÁNTICO ESPIRITUAL (35) - SAN JUAN DE LA CRUZ


26 / Lo cual es casi lo mismo que “la música callada” , porque, aunque aquella música es callada cuanto a los sentidos y potencias naturales, es soledad muy sonora para las potencias espirituales; porque, estando ellas solas y vacías de todas las formas y aprehensiones naturales, pueden recibir bien el sonido el sonido espiritual sonorosísimamente en el espíritu de la excelencia de Dios en sí y en sus criaturas, según aquello que dijimos arriba haber visto San Juan en espíritu en el Apocalipsis, conviene a saber: “voz de muchos citharedos que cithatizaban en sus cítharas (14,2); lo cual fue en espíritu, y no de cítharas materiales, sino cierto conocimiento de las alabanzas de los bienaventurados que cada uno en su manera de gloria hace a Dios continuamente. Lo cual es como música, porque así como cada uno posee diferentemente sus dones, así cada uno canta su alabanza diferentemente, y todos en una concordancia de amor bien así como música.

27 / A este mismo modo echa de ver el alma en aquella sabiduría sosegada en todas las criaturas, no sólo superiores, sino también inferiores, según lo que ellas tienen en sí cada una recibido de Dios, dar cada una su voz de testimonio de lo que es Dios, y ve que cada una en su manera engrandece a Dios, teniendo en sí a Dios según su capacidad; y así todas estas voces hacen una voz de música de grandeza de Dios y sabiduría y ciencia admirable. Y esto es lo que quiso decir el Espíritu Santo en el libro de la Sabiduría (1,7) cuando dice: “Spiritus Domini replevit orben terrarum, et hoc quod continet Omnia, scientiam habet vocis”; quiere decir: “El Espíritu de el Señor llenó la redondez de las tierras, y este mundo que contiene todas las cosas que Él hizo, tiene ciencia de voz”, que es “la soledad sonora” que decimos conocer el alma aquí, que es el testimonio que de Dios todas ellas dan en sí. Y, por cuanto el alma recibe esta sonora música no sin soledad y ajenación de todas las cosas exteriores, la llama “la música callada” y “la soledad sonora”. La cual dice que es su Amado, y más:

la cena que recrea y enamora.

28 / La cena a los amados hace recreación, hartura y amor. Y porque estas tres cosas causa el Amado a la alma en esta suave comunicación, le llama ella aquí “la cena que recrea y enamora”. Es de saber que en la Escritura divina este nombre “cena” se entiende por la visión divina, porque, así como la cena es remate de el trabajo de el día y principio de el descanso de la noche, así esta noticia que habemos dicho sosegada le hace sentir al alma cierto fin de males y posesión de bienes, en que se enamora de Dios más de lo que antes estaba. Y por le es Él a ella “la cena que recrea” en serle fin de los males; y la “enamora” en serle a ella posesión de todos los bienes.

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