domingo

CÁNTICO ESPIRITUAL (28) - SAN JUAN DE LA CRUZ


5 / En las cuales dice la esposa que todas estas cosas es su Amado en sí y lo es para ella, porque, en lo que Dios suele comunicar en semejantes excesos, siente el alma y conoce la verdad de aquel dicho que dijo el santo Francisco, es a saber: “Dios mío y todas las cosas.” De donde, por ser Dios todas las cosas a la alma y el bien de todas ellas, se declara la comunicación de este exceso por la semejanza de la bondad de las cosas en las dichas canciones, según en cada verso de ellas se irá declarando. En lo cual se ha de entender que todo lo que aquí se declara está en Dios eminentemente en infinita manera, o, por mejor decir, cada una de estas grandezas que se dicen de Dios, siente ser todas las cosas en un simple ser, según lo sintió San Juan cuando dijo: “Quod factum est, in ipso vita erat”, es a saber: “Lo que fue hecho, en Él era vida” (1,4). Y así no se ha de entender que en lo que aquí se dice que siente el alma es como ver las cosas en la luz o las criaturas en Dios, sino que en aquella posesión siente serle todas las cosas Dios. Y tampoco se ha de entender que, porque el alma siente tan subidamente de Dios en lo que vamos diciendo, vea a Dios esencial y claramente, que no es sino una fuerte y copiosa comunicación y vislumbre de lo que Él es en sí, en que siente el alma este bien de las cosas que ahora en los versos declararemos, conviene a saber:

Mi Amado, las montañas,

6 / Las montañas tienen alturas, son abundantes, anchas, hermosas, graciosa, floridas y olorosas. Estas montañas es mi Amado para mí.

Los valles solitarios nemorosos.

7 / Los valles solitarios son quietos, amenos, frescos, umbrosos, de dulces aguas llenos, y en la variedad de sus arboledas y suave canto de aves hacen gran recreación y deleite al sentido, dan refrigerio y descanso en su soledad y silencio. Estos valles es mi Amado para mí.

Las ínsulas extrañas.

8 / Las ínsulas extrañas están ceñidas con la mar y allende de los mares, muy apartadas y ajenas de la comunicación de los hombres; y así, en ellas se crían y nacen cosas muy diferentes de las de por acá, de muy extrañas maneras y virtudes nunca vistas de los hombres, que hacen grande novedad y admiración a quien las ve. Y así, por las grandes y admirables novedades y noticias extrañas alejadas de el conocimiento común que el alma ve en Dios, le llama “ínsulas extrañas”. Porque extraño llaman a uno por una de dos cosas: o porque se anda retirado de la gente, o porque es excelente y particular entre los demás hombres en sus hechos y obras. Por estas dos cosas llama el alma aquí a Dios extraño; porque no solamente es toda la extrañez de las ínsulas nunca vistas, pero también sus vías, consejos y obras son muy extrañas y nuevas y admirables para los hombres. Y no es maravilla que sea Dios extraño a los hombres que no le han visto, pues también lo es a los santos ángeles y almas que le ven; pues no le pueden acabar de ver ni acabarán, y hasta el último día de el juicio van viendo en Él tantas novedades según sus profundos juicios y acerca de las obras de su misericordia y justicia, que siempre les hace novedad y siempre se maravillan más. De manera que no solamente los hombres, pero también los ángeles le pueden llamar “ínsulas extrañas”. Sólo para sí no es extraño, ni tampoco para sí es nuevo.

Los ríos sonorosos.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+