domingo

CÁNTICO ESPIRITUAL (22) - SAN JUAN DE LA CRUZ


5 / Y verse ha si el corazón está bien robado en sí trae ansias por el Amado, o no gusta de otra cosa sino de él, como aquí muestra el alma. La razón es, porque el corazón no puede estar en paz y sosiego sin posesión, y, cuando está aficionado, ya no tiene posesión de sí ni de alguna otra cosa; y, si tampoco posee de veras lo que ama, no le puede faltar fatiga hasta que lo posea; porque hasta entonces está el alma como el vaso vacío que espera el lleno, y como el hambriento que desea el manjar, y como el enfermo que gime por la salud, y como el que está colgado en el aire, que no tiene en qué estribar. De esta misma manera está el corazón enamorado. Lo cual sintiendo aquí el alma por experiencia, dice: “¿Por qué así le dejaste”, es s saber: vacío, hambriento, solo, llagado y enfermo de amor suspenso en el aire,

y no tomas el robo que robaste;

6 / conviene e saber, para henchirle y hartarle y acompañarle y sanarle, dándole asiento y reposo cumplido en ti? No puede dejar de desear el alma enamorada la paga y salario de su amor, por el cual salario sirve al Amado, porque, de otra manera, no sería verdadero amor. El cual salario y paga no es otra cosa -ni el alma puede querer otra- sino más amor hasta estar en perfección de amor: el cual no se paga sino de sí mesmo, según lo dio a entender el profeta Job (7.2) por estas palabras, diciendo: “Sicut servus desiderat umbran, et sicut mercenarius praestolatur finem operis sui, sic et ego habui menses vacuos, et noctes laboriosas enumeravi mihi. Si dormiero, dicam: quando consurgam? Et rursum expectabo vesperam, et replebor doloribus usque ad tenebras”; que quiere decir: “Como el siervo desea la sombra y como el mercenario espera el fin de su obra, ansí yo también tuve los meses vacíos y contaba las noches trabajosas y prolixas para mí. Si me acostaré a dormir, diré: ¿cuándo llegará el día en que me levantaré? Y luego volveré a esperar la tarde, y seré lleno de dolores hasta las tinieblas de la noche.” De esta manera el alma que anda estando, encendida en amor de Dios, desea el cumplimiento y perfección de el amor para tener allí cumplido refrigerio. Como el siervo fatigado del estío desea el refrigerio de la sombra, y como el mercenario espera el fin de su obra, espera el fin el alma de la suya. Donde es de notar, que no dijo el profeta Job que el mercenario esperaba “el finde su trabajo”, sino “el finde su obra”, para dar a entender lo que vamos diciendo, es a saber: que el alma que ama no espera el fin de su trabajo, sino el fin de de su obra, porque su obra es amar, y de esta obra, que es amar, espera ella el fin y remate que es la perfección y cumplimiento de amar a Dios; al cual hasta que llegue, siempre está el alma (de la figura que en la dicha autoridad se pinta Job) teniendo los días y los meses por vacíos y las noches por trabajosas y prolixas. En lo dicho queda dado a entender cómo el alma que ama a Dios no ha de pretender ni esperar de Él sino la perfección de el amor.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+