EL REALISMO DE BALZAC (5)
El héroe de la novela es, pues, Goriot, padre de Anastasia y Delfina, a quienes adora con una pasión extremada, sin ser correspondido en la misma forma. Numerosos antecedentes se han encontrado de esta situación y el mismo Balzac ha descrito en varias ocasiones el tema del amor paternal. Pero la obra con la que más afinidad tiene Goriot es El rey Lear de Shakespeare. Como en la novela de Balzac, Lear quiere dotar a sus hijas. Gonerila y Regaña son preferidas gracias a su hipocresía y habilidad para engañar a su padre y Cordelia es desheredada. Aquí podría señalarse una diferencia, pues las hijas de Lear son tres y las de Goriot dos. Pero debe observarse que para la existencia del drama bastan dos hijas ingratas y Balzac tenía ya bastantes personajes en vista para agregar uno que no podía agregar en forma total a sus fines. El rey, en la tragedia citada, entrega sus posesiones a los duques de Albania y Cornwall, maridos de sus hijas Gonerila y Regaña con la condición de que sea hospedado, por meses alternados, por cada una de sus hijas, son su guardia de cien caballeros. Durante los primeros días que el rey pasa con Gonerila empieza a notar la ingratitud de su hija. Gonerila le dice que su permanencia en el palacio es una inconveniencia mientras persiste en tener sus cien caballeros, porque es una guardia inútil y costosa. Lear se enfurece, por esta y otras pruebas de ingratitud, y decide irse al castillo de Regaña. Pero al llegar se encuentra con Gonerila, que se ha adelantado para poner a Regaña en contra de su padre. Lear, como es sabido, enloquece y finalmente se reconcilia con Cordelia, la hija virtuosa. En toda la trama hay situaciones y expresiones del rey que recuerdan las situaciones de la novela de Balzac y las reacciones de Goriot al advertir la falta de cariño de sus hijas. Pero hay otro detalle que muestra la similitud entre las dos obras. Gonerila y Regaña ponen su amor en otro hombre que sus maridos respectivos. El hecho de que en la obra inglesa las dos hermanas se enamoren del mismo hombre, el conde Gloucester, y en Goriot tengan diferentes amantes no disminuye el parecido de la situación. Al contrario, Anastasia y Delfina se enfrentan, del mismo modo que Gonerila y Regaña. Pero Goriot es más humano que Lear; no es un ser poético, como el rey. Es un ser patético. A los ojos de Balzac, Goriot representa la Paternidad; es una figura llena de grandeza a pesar de sus debilidades morales que lo llevan a proteger los amores de sus hijas y, al fin de la obra, a tratar aun de excusar el abandono de que es objeto. El personaje es construido por el autor sobre la base de una observación incansable de la realidad. Él mismo dice en una carta a Mme. Hanka: “He sido provisto de un gran poder de observación, gracias a que fui llevado involuntariamente a través de todas las profesiones.” La observación de casos reales ha hecho que Balzac logre un personaje inolvidable, casi un arquetipo, gracias a esas debilidades que algunos le han criticado. En este hombre, devorado por la pasión paternal, sus defectos se convierten en sus méritos y son indispensables para el retrato total.
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