(Adelanto del poemario inédito Diario de un inmigrante)
Levanto una mañana con mi cola de burro
me clavo la sonrisa como una piedra en los dientes
desde el incansable físico que a penas toca el sueño
pongo un beso hirviente
en medio de la casa
y salgo a la profesional mentira de mis manos
Yo vengo de unos padres que me sembraron músculos
duros como la infancia
y cargaron maderas y rasparon sus brazos
como si alguien les fuera a bendecir la carne
por encima del tiempo
y sin embargo vi un sueño
apretado en sus zapatos
Camino de una esposa que señala la tarde
como pétalos frescos en medio de los ojos
se levanta temprano
y me teje los días
para que no me duerma sin morder la esperanza
que necesita el hombre
y seguir respirando
Soy fruto de unos hijos que gritan como espanto
cuando dormido lleno
la mesa sin un verso
desparramo un poema muy debajo en sus almohadas
y miran para afuera
como si ladrara el viento
Pero aprietan mis dedos
buscándome las letras
Y sin embargo mis manos
pobres
doloridas
se afilan cada día a tapar la heladera
con sudores de tierra
No hay comentarios:
Publicar un comentario