domingo

DIEGO PRESA PRESENTÓ PLAYA DESIERTA EN LA SALA HUGO BALZO


UN VIAJE AL INTERIOR

por Leo Silveira

Una vez más el espacio elegido por el inquieto cantautor Diego Presa, uno de los referentes máximos de la canción urbana, para la presentación de su tercer disco solista fueron las instalaciones del auditorio Sodre, más precisamente la preciosa sala Hugo Balzo.

Es interesante porque al mantener la excelente calidad en la locación (su anterior trabajo “Trece canciones” también fue presentado allí), los que venimos disfrutando del talento de Presa, podemos sentir sencillamente la evolución en la materia prima de este gran artista en que se ha convertido, la musicalidad y la lírica refinada, en este nuevo disco, el sonido personal y también en las nuevas vestiduras de viejas canciones de sus discos anteriores.

Para esta presentación se engalanó la sala con un regalo visual escenográfico aéreo del artista Federico Casanova, que construyó unas obras cuadriláteras en blanco que con el manejo lumínico de colores en las manos de Jimena Romero, recreaban el arte de tapa del disco que se presentaba esa noche.

Pasados apenas un par de minutos de la hora señalada, con la sala a pleno, un haz de luz iluminó el lado izquierdo del escenario para descubrir a Diego sentado frente al piano de cola, y comenzar el viaje musical generando un clima sorprendente para todos, (acostumbrados a verlo abrir sus conciertos al medio del escenario con su guitarra), al interpretar las estrofas de una canción por ahora anotada como “Nueva” solo con el piano.

Al seguir ya con todos los músicos que lo acompañan en estos momentos instalados, sonaron con “A los saltos de la química” y con emoción fue desgranando las canciones de Playa Desierta, alternando con alguna pieza magistral de sus anteriores trabajos, como “Scarborough Fair”, canción arreglada especialmente e interpretada de forma enérgica y maravillosa.

Algo que se pudo apreciar fue ver a Diego Presa en plan más crooner, micrófono en mano y relatando alguna pequeña historia entre canciones, contar sus sueños, sus miedos, con un buen manejo de la ironía y humor, sin bajar la emoción del aire en ningún momento. Sólo se colgó la guitarra en un par de ocasiones, para un cover muy personal de Billy Joel y para “SOS” haciendo una hermosa dupla vocal con su baterista. Otra de las veces que puso un instrumento en sus brazos fue para hacer “Mandolina 4 am” justamente con el sonido particular de la mandolina.

Manejando acertadamente los climas fue transcurriendo el toque (como le gusta decirle a Diego) sin que se entrecortara esa especie de magia climática que se crea al entrar en los mundos de sus composiciones, en el camino recorrido entre sus discos, en Playa Desierta las canciones han cobrado un cuerpo tal, una robustez impalpable que se hacen carne en cada escucha.

La noche deparaba más y también hubo tiempo para tímidamente incitar a bailar con la interpretación de “En el barrial”, invitando al escenario al productor del disco, Federico “Socio” Lima. Ya para terminar, todos estábamos complacidos, para eso Diego presentó por segunda vez a los músicos que lo acompañaban, en un gran gesto de humildad digno de los grandes: Santiago Peralta (guitarra eléctrica), Matías González (guitarra acústica), Pablo Gómez (piano y teclados), Checo Anselmi (bajo) y Ariel Iglesias (batería) Se acercaba el final y la canción elegida no podía ser mejor: “Mis incendios”, una de las dos mejores canciones de su anterior disco junto con “La huida” Se terminaba y el público, entre ellos varios músicos amigos y compañeros de experiencias sonoras de Presa como el proyecto “El Astillero” Garo Arakelian y Gonzalo Deniz presentes, también integrantes de su mítica banda “Buceo Invisible” (con quienes llevan 20 años juntos), Alejandro Ferradás (productor del disco Trece canciones), el escritor Hugo Giovanetti, gran provocador de aquellas jóvenes andanzas musicales de Diego, sólo por mencionar algunos de los muchos que estábamos de pie, pidiendo otra, otra!, otra!

Llegaría el bis con una sola canción, “Veníme a buscar” al mejor estilo Presa, con Diego y su guitarra para regalarnos lo que el tiempo pulirá como una de las joyas de nuestro cancionero montevideano, para ponerlo en su anaquel generacional correspondiente como Alfredo, el Darno o el gran Dino.

(Wop! / Revista Cultural de Bolsillo)

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