domingo

NAFTALINA HEROICA (4) - JUAN DE MARSILIO


Primera edición WEB / elMontevideano Laboratorio de Artes / 2017

EPITAFIO

Pródigo en cortesías hacia arriba
y hacia abajo en destratos muy sutiles,
casi toda su vida fue el trabajo.
No consiguió pasar de subgerente.


VISIÓN CON CARANCHOS

Ver caranchos volar sobre los ranchos
del cantegril delata bicho muerto
o el ajuste final de algún entuerto
y uno menos a hacer negocios chanchos.

Aves son de rapiña. Bello vuelo.
si no supiese lo que están buscando
pensaría que vuelan invitando
a rezarle al buen Dios que está en el Cielo.

El que sabe mirar ve las dos cosas:
la presencia rotunda de la muerte
y eso más leve que llamamos alma.

Planean con sus alas poderosas.
almorzarán si tienen buena suerte.
Vuelan con cierta majestuosa calma.


SHOPPING

Las piaras compradoras se abalanzan
Es noche de descuentos, hay ofertas,
abre el Infierno mil vistosas puertas.
Publicitarias tentaciones danzan

en las cabezas de la multitud
que, boquiabierta, traga la papilla
que le sirven: es oro lo que brilla.
Llevar hoy, pagar luego es la actitud.

Sudan los dependientes. También sudan
en ardua rebatiña los clïentes,
pues la felicidad es limitada.

Puestos a hurgar y revolver no dudan
en pelear con las uñas y los dientes
la porción que eligieron de la nada.

(Se abalanzan cual piara y eran gentes.
Yo soy un chancho más en la manada).


ARTE POÉTICA

Hubo poetas que morían tísicos.
He cultivado con rigor sus temas:
son un poco sociales mis poemas
y otro poco no sé si metafísicos.

Son poemas un tanto cerebrales,
un poco claros y algo misteriosos,
algo estridentes y algo melodiosos
y un poquito, de a ratos, viscerales.

Son poemas eróticos y angélicos.
Son poemas esdrújulos y llanos,
para no exagerar en su agudeza.

Son poemas pacíficos y bélicos.
Son trascendentes y también son vanos.
Lo mestizo es su modo de belleza.


NAFTALINA HEROICA

a León Felipe

Un mi amigo sufre
por lo muy difícil
que en estos puercos tiempos de use y tire
se hace
conseguir
naftalina
(teme uno que pronto
la naturaleza
se adapte al estado de cosas
y las polillas sean,
al igual que las prendas de vestir,
descartables).

Es que el mi amigo guarda en un baúl
el raído uniforme de un su abuelo
que perdiera una vez una batalla
(para ser más precisos: la del Ebro),
que reculase toda Cataluña,
que cruzara descalzo el Pirineo,
que durmiese semanas al raso en Argelès,
que fuera repatriado al Uruguay
a principios de agosto del '39
y después lamentase amargamente
no haber podido combatir a Hitler
por poquitas semanas.

No es que el mi amigo siga peleando esas batallas:
las derrotas que fueron, son derrotas.
No es que no haya asumido
el tedioso camino de las urnas.

No es que sea nostálgico de glorias
que no hubo padecido su osamenta:
las gloriosas derrotas ajenas
se gustan mejor que las propias.

Es que el mi amigo tiene un alma aún
en la que guarda vivo aunque raído
el amor y el respeto a los sus muertos,
que si perdieron las batallas esas
no fue de noveleros y alocados
sino en pro de los prójimos futuros.

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