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TIEMPOS POSMODERNOS (4) - RICARDO AROCENA


Apuntes sobre la soledad, la comunicación, la incomunicación, la modernidad, la posmodernidad, la sociedad de la información, la penetración cultural y el imperialismo

“Qué tiempos serán los que vivimos,
que hay que defender lo obvio”.

Bertolt Brecht


UN REY EN NUEVA YORK

Los avances tecnológicos originados en el Siglo XIX crearon las condiciones para el surgimiento en el siglo XX de la radio, novedad que permitió la inmediatez en la difusión de las noticias, pero que exigió la creación de centros de transmisiones, apoyados en aparatos receptores cuya fabricación y difusión promovió nuevas actividades.

Por su parte los inicios del cine mudo coinciden con la Primera Guerra Mundial y alcanzaron su plena madurez a finales de los años 20. La primera exhibición pública conocida de cine sonoro ocurrió en París en 1900 pero la primera proyección comercial de este tipo de películas ocurrió en la ciudad de Nueva York en abril de 1927. Hollywood acabó consolidándose como uno de los sistemas culturales/comerciales más potentes del mundo. 

La televisión surge en los años 30 del siglo pasado en los países desarrollados. Es resultado del esfuerzo de una serie de especialistas, aunque cabe destacar el trabajo del físico ruso Vladimir Kosma Zworykin, quien inventó el iconoscopio y el kinescopio. Con el paso del tiempo, los satélites le permitieron conectar al instante cualquier lugar del planeta.

Culminada la Segunda Guerra Mundial, la guerra fría llegó a Hollywood, a las películas, a la radio, a los diarios y a la televisión. Con el ascenso de Joseph Mc Carthy al Senado de los Estados Unidos se instala la caza de brujas, decenas de actores, cineastas, guionistas, etc., perdieron sus empleos. Algunos, como Joseph Losey, emigraron a Europa, otros, como Dalton Trumbo, debieron trabajar bajo seudónimo. Aquel dramático período de la historia fue llevado al celuloide en películas como "El testaferro", en la que Woody Allen actúa representando a un personaje que pone su firma en guiones realizados por gente proscripta.

Entre los perseguidos estuvo Arthur Miller. Al “establishment” no le agradaba que desde sus primeros títulos dejara entrever una penetrante crítica contra los valores conservadores incrustados en la sociedad norteamericana. En películas como "La muerte de un viajante", había censurado el carácter ficticio del sueño americano y en el filme "Todos eran mis hijos", que obtuvo el Premio de la Crítica, había evidenciado el cinismo de las compañías armamentistas. Además era públicamente conocido su rechazo a la política exterior de los EEUU.

El macartismo también se ensañó con Chaplin por su condena general a cualquier tipo de guerras y en particular a la utilización de energía nuclear con fines bélicos. Con el correr de los años el realizador condenaría las injusticias de aquellos tiempos oscuros en su película "Un rey en Nueva York". La trama de aquel film realizado en Inglaterra desnuda la delación, el chantaje, la corrupción política y en definitiva, yendo más al fondo, al propio sistema que transmuta al ciudadano en consumidor. El niño frustrado, aterrorizado, disminuido, rebajado en su condición humana, que protagoniza la película, poco tiene que ver con el romántico "pibe" de 1936.

Además de preocuparse por actores y autores, las autoridades norteamericanas hicieron especial hincapié en los contenidos. Eran tiempos en los que la popular revista Saturday Review of Literature exigía por ejemplo que el cine respaldara la política exterior de los EEUU. 

En un marco conflictivo, pautado por la crisis de Berlín, la carrera armamentista y la realización de pruebas nucleares en lo internacional; y las tensiones raciales, el crecimiento del papel de los medios de comunicación y el auge de la sociedad de consumo, en lo nacional, Hollywood se lanza a crear íconos, entre ellos a Marilyn Monroe. La diva fue una construcción de la industria cinematográfica, que precisaba, según lo reconoció públicamente el cineasta John Houston, una "rubia fuera de serie, sensual, provocadora, que además tuviera cara de ángel", y que pudiera ser convertida en uno de los mitos vivientes de la sociedad de consumo.

Invirtieron mucho en ella: su cara, sus gestos, sus modales, su cuerpo, fueron "producidos" con el objetivo de hacer dinero. Pero también como forma de promover el complejo sistema de normas que componen el denominado "estilo de vida americano". La actriz, junto con otros integrantes del mundo del espectáculo, pasa a ser interlocutora del "establishment", el cual en alianza con la gran industria, apostaba a robustecer el statu quo dominante. Finalmente encontró la muerte cuando ya no soportó el rol de "muñeca un poco tonta" dispuesta a mostrar sus atributos corporales a embelesados espectadores que la admiraban como "mujer ideal".


DETRÁS DE LAS NOTICIAS

Desde el surgimiento del cine, Hollywood ha ejercido un control prácticamente absoluto de los mercados latinoamericanos.  Lo que nos envía en materia de contenidos se reduce a una apología del delito, el sexo y la violencia. Pero, como decía Petras, deja sus buenos dividendos..., son descomunales los montos que las películas, documentales, series y publicidad, le generan al país productor. Entre los que se han enriquecido están la Columbia Broadcasting System (CBS), la National Broadcasting Company (NBC) y la American Broadcasting Company (ABC), en materia de televisión.

Un rastreo histórico nos permite concluir que estas megaempresas han dominado la comunicación televisiva en los últimos 50 años; por ejemplo la ABC solamente en 1960, luego de la creación del Mercado Común Centroamericano, invirtió en esa región en cinco estaciones y a partir de los años 70 pasó a tener canales de televisión en Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Honduras, Panamá, Guatemala, etc. La distribución de estos materiales en el último medio siglo ha estado controlada por la "Asociación de exportadores", que está integrada por la Metro Golding Mayer, Century Fox, C.B.S., Paramount y Warner BROS.

El escritor Eduardo Galeano exigía que la información fuera un derecho universal. "El derecho de expresión, el derecho de comunicación, que son teóricamente derechos universales, en realidad funcionan como privilegio de poquitos", comentaba. Y denunciaba que un puñado de empresas internacionales "nos están incomunicando en nombre del derecho a la comunicación".

"Yo creo que en el mundo tal cual es, en nuestro país y los demás países, la comunicación, el ejercicio del derecho a la comunicación, no es democrático" (...) "Hay que superar el derecho a la comunicación como un derecho humano inalienable, como uno de los derechos humanos fundamentales, porque es el que en definitiva nos permite creer a cada uno de nosotros que cada uno de nosotros no concluye en sí mismo".

La penetración informativa es tan grande, que el Centro Internacional de Estudios Superiores de Periodismo para América Latina (CIESPAL) ha denunciado que en nuestros países se informa más lo que acontece en Washington, en París o en Bonn, que lo que ocurre en un país vecino, que habla su misma lengua, que tiene raíces históricas similares y problemas comunes.

El investigador Herber Schiller concluye que "los directivos de los medios de comunicación de los países desarrollados, procesan, refinan y gobiernan la circulación de imágenes y la información que determinan nuestras convicciones y actitudes y, en última instancia nuestra conducta.

Históricamente, los países subdesarrollados o del Tercer Mundo han dependido, en materia informativa, de un grupo de agencias internacionales de los países desarrollados, entre las que están la Asociated Press (AP) y United Press International (UPI), de EEUU; Reuter (Inglaterra); France Press (AFP); ANSA (Italia) y Deutshe Press Agentur (DPA) de Alemania.

Al respecto, en un conocido ensayo publicado décadas atrás, el Profesor Roque Faraone advertía que "en principio, cada una de las agencias se caracteriza por la modalidad cultural y política del país de origen; sus noticias, por ende, asumen los rasgos consiguientes. La deformación informativa se produce, en su mayor parte,  no en forma de "censura" por los directores de la empresa, sino desde el origen mismo de la información recogida, en el mismo lugar de los hechos, por el corresponsal".

"Este, que es un periodista competente, sabe cuáles son los criterios culturales y políticos de la agencia para la que trabaja y al determinar qué noticia es importante para cablegrafiarla, al redactar la información, actúa con adecuación a los criterios que sabe que son los compartidos por sus jerarcas".

Y agregaba que la "deformación se hace más grave en la jerarquización de ese conjunto abundante de noticias enviadas, en la elección de los datos complementarios de la noticia o en el ángulo explicativo de los sucesos. Siempre está actuando un criterio ordenador que responde a la imagen del mundo que caracteriza a cada agencia".

Nada ha cambiado desde este ángulo y las observaciones de Faraone guardan total vigencia, a tal punto que en la actualidad no cesan las denuncias en contra de las distintas filiales por actuar concertadamente como una "maquinaria de guerra psicológica", manipular a la opinión pública, tergiversar y ocultar información y vilipendiar a los disidentes, entre otros cargos.

Imputaciones similares ha recibido la CNN en Español, que es un canal de noticias operado por Time Warner y dirigido a Latinoamérica-Caribe y al público hablante del español en Estados Unidos. Ha sido acusada de promover activamente la política exterior norteamericana y complotar contra los gobiernos que no le son afines, al punto de promover golpes de estado. Entre otros, el presidente boliviano Evo Morales ha denunciado que la cadena estadounidense confabuló contra su Gobierno recurriendo a comprobadas falsedades y el gobierno ecuatoriano denunció que tergiversó las palabras del presidente Rafael Correa para malpararlo ante la opinión pública internacional. Muchas son las denuncias contra el canal, pero hay quienes suspicazmente sostienen que poco puede encontrarse de ellas en internet.

En el primero de los casos el presidente Evo Morales acusó a la CNN de "conspiración" y de haber cometido al menos cuatro infracciones en Bolivia al entrevistar, el 5 de mayo, a un menor que fue presentado como su hijo en el marco de un plan para desestabilizar a su Gobierno. Y agregó que la cadena internacional había incurrido en apología pública de un delito, asociación delictuosa, encubrimiento y complicidad.

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