LIBRO SEGUNDO
DE LA NOCHE OSCURA, TRÁTASE DE LA MÁS ÍNTIMA PURGACIÓN, QUE ES LA SEGUNDA NOCHE (PASIVA) DEL ESPÍRITU.
CAPÍTULO 12 (1)
Dice como esta horrible Noche es purgatoria y cómo en ella ilumina la divina sabiduría a los hombres en el suelo con la misma iluminación que purga e ilumina a los ángeles en el cielo.
1 / Por lo dicho echaremos de ver cómo esta Oscura Noche de fuego amoroso, así como a oscuras va purgando, así a oscuras va al alma inflamando. Echaremos de ver también (cómo, así) como se purgan los espíritus en la otra vida con fuego tenebroso material, en esta vida se purgan y limpian con fuego amoroso, tenebroso espiritual. Porque esta es la diferencia: que allá se limpian con fuego y acá se limpian e iluminan sólo con amor. El cual amor pidió David cuando dijo: Cor mundum crea in me Deus, etc. (Ps 50,12). Porque la limpieza de corazón no es menos que el amor y gracia de Dios, porque los limpios de corazón son llamados por nuestro Salvador bienaventurados, lo cual es tanto como decir enamorados, pues que bienaventuranza no se da por menos que amor.
2 / Y que se purgue iluminándose el alma con este fuego de sabiduría amorosa -porque nunca da Dios sabiduría mística sin amor, pues el mismo amor la infunde-, muéstralo bien Jeremías donde dice: Envió fuego en mis huesos y enseñome (Thren. 1,13). Y David dice que la sabiduría es plata examinada en fuego (Ps. 111,7), esto es, en fuego purgativo de amor; porque esta oscura contemplación juntamente infunde en el alma amor y sabiduría, a cada una según su capacidad y necesidad, alumbrándola al alma y purgándola (como dice el Sabio) de sus ignorancias, como dice que lo hizo con él (Eccli, 51,25-26).
3 / De aquí también inferimos que la misma sabiduría de Dios purga a los ángeles de sus ignorancias haciéndolos saber, alumbrándolos de lo que no sabían derivándose desde Dios por las jerarquías primeras hasta las postreras, y de ahí a los hombres. Que, por eso, todas las obras que hacen los ángeles e inspiraciones, se dicen con verdad en la Escritura y propiedad hacerlas Dios y hacerlas ellos; porque de ordinario las deriva por ellos, y ellos también de unos en otros sin ninguna dilación, así como el rayo de sol comunicado de muchas vidrieras ordenadas entre sí, que, aunque es verdad que de suyo el rayo pasa por todas, todavía cada una le infunde en la otra más modificado, conforme al modo de aquella vidriera, algo más abreviada y remisamente, según ella está más o menos cerca del sol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario