domingo

NOCHE OSCURA (41) - SAN JUAN DE LA CRUZ


LIBRO SEGUNDO

DE LA NOCHE OSCURA, TRÁTASE DE LA MÁS ÍNTIMA PURGACIÓN, QUE ES LA SEGUNDA NOCHE (PASIVA) DEL ESPÍRITU.

CAPÍTULO 11 (1)

Comiénzase a explicar el segundo verso de la primera canción. - Dice cómo el alma, por fruto de estos rigurosos aprietos, se halla con vehemente pasión de amor divino.

1 / En el cual verso se da a entender al alma el fuego de amor que habemos dicho, que, a manera de fuego material en el madero, se va prendiendo en el alma en esta Noche de contemplación penosa.

La cual inflamación, aunque es en cierta manera la que arriba decíamos que pasaba en la parte sensitiva del alma, es en alguna manera de aquella esta que ahora dice, como lo es el alma del cuerpo o la parte espiritual de la sensitiva. Porque esta es una inflamación de amor en el espíritu en que en medio de estos oscuros aprietos se siente estar herida el alma viva y agudamente en fuerte amor divino, en cierto sentimiento y barrunto de Dios, aunque sin entender cosa particular, porque, como decimos, el entendimiento está a oscuras.

2 / Siéntese aquí el espíritu apasionado en amor mucho, porque esta inflamación espiritual hace pasión de amor. Que, por cuanto este amor es infuso es más pasivo que activo, y así engendra en el alma pasión fuerte de amor. Va teniendo ya este amor algo de unión con Dios, y así participa algo de sus propiedades, las cuales son más acciones de Dios que de la misma alma -las cuales se sujetan en ella pasivamente-, aunque el alma lo que aquí hace es dar el consentimiento; mas al calor y fuerza, y temple y pasión de amor, o inflamación, como aquí la llama el alma, sólo el amor de Dios que se va uniendo con ella se le pega.

El cual amor tanto más lugar y disposición halla en el alma para unirse y herir en ella, cuanto más encerrados, enajenados e inhabilitados le tiene todos los apetitos para poder gustar cosa del cielo ni de la tierra.

3 / Lo cual en esta oscura purgación, como ya queda dicho, acaece en gran manera, pues tiene Dios tan destetados los gustos y tan recogidos, que no puede gustar de cosa que ellos quieran. Todo lo cual hace Dios a fin de que, apartándolos y recogiéndolos todos para sí, tenga el alma más fortaleza y habilidad para recibir esta fuerte unión de amor de Dios, que por este medio purgativo le comienza ya a dar, en que el alma ha de amar con gran fuerza (de todas las fuerzas) y apetitos (espirituales) y sensitivos del alma; lo cual no podría ser si ellos se derramasen en gustar de otra cosa. Que por eso, para poder David recibir la fortaleza del amor de esta unión de Dios, decía a Dios: Mi fortaleza guardaré para ti  (Ps. 58,10); esto es, toda la habilidad y apetitos y fuerzas de mis potencias, ni queriendo emplear su operación ni gusto fuera de ti en otra cosa.

4 / Según esto, en alguna manera se podría considerar cuánta y cuán fuerte podrá ser esta inflamación de amor en el espíritu, donde Dios tiene recogidas todas las fuerzas, potencias y apetitos del alma, así espirituales como sensitivas, para que toda esta armonía emplee sus fuerzas y virtud en este amor; y así, venga a cumplir de veras con el primer precepto, que, no desechando nada del hombre ni excluyendo cosa suya de ese amor, dice: Amarás a tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu mente, y de toda tu alma, y de todas tus fuerzas (Deut. 6,5).

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