LIBRO SEGUNDO
DE LA NOCHE OSCURA, TRÁTASE DE LA MÁS ÍNTIMA PURGACIÓN, QUE ES LA SEGUNDA NOCHE (PASIVA) DEL ESPÍRITU.
CAPÍTULO 10 (2)
Explícase de raíz esta purgación por una comparación.
6 / Lo cuarto, sacaremos de aquí cómo, al modo que se va purgando y purificando por medio de este fuego de amor, se va más inflamando en amor, así como el madero, al modo y paso que se va disponiendo, se va más calentando. Aunque esta inflamación de amor no siempre la siente el alma, sino algunas veces, cuando deja de embestir la contemplación tan fuertemente, porque entonces tiene lugar el alma de ver, y aun de gozar, la labor que se va haciendo, porque se la descubren; porque parece que alzan la mano de las brasas y sacan al hierro de la hornaza, para que se parezca en alguna manera la labor que se va haciendo; y entonces hay lugar para que el alma eche de ver en sí el bien que no veía cuando andaba la obra. Así también, cuando deja de hervir la llama en el madero, se da lugar para que se vea bien cuánto haya inflamádole.
7 / Lo quinto, sacaremos también de esta comparación lo que arriba queda dicho, conviene a saber, cómo sea verdad que, después de estos alivios, vuelve el alma a padecer más intensa y delgadamente que antes; porque, después de aquella muestra que se hace, después que se han purificado las imperfecciones más de afuera, vuelve el fuego de amor a herir en lo que está por consumir y purificar más adentro. En lo cual es más íntimo y sutil y espiritual el padecer del alma, cuando le va adelgazando las más íntimas y delgadas y espirituales imperfecciones y más arraigadas en lo del más adentro. Y eso acaece al modo que en el madero: cuanto el fuego va entrando más adentro, va con más fuerza y furor disponiendo a lo más interior para poseerlo.
8 / Lo sexto, se sacará también de aquí la causa por qué le parece al alma que todo bien se le acabó y que está llena de males, pues otra cosa en este tiempo no le llega sino sólo amarguras; así también como al madero que arde, que aire ni otra cosa da en él más que fuego consumidor. Pero después que se hagan otras muestras como las primeras, gozará más de adentro porque ya se hizo la purificación más adentro.
9 / Lo séptimo, sacaremos que, aunque el alma se goza muy anchamente en estos intervalos (tanto que, como dijimos, a veces le parece que no han de volver más), con todo, han de volver presto no deja de sentir -si advierte (y a veces ella se hace advertir)- una raíz que queda que no deja tener el gozo cumplido, porque parece que está amenazando para volver a embestir; y cuando es así, presto vuelve. En fin, aquello que está por purgar e ilustrar más adentro, no se puede bien encubrir al alma acerca de lo ya purificado -así como también el madero lo que más adentro está por ilustrar es bien sensible la diferencia que tiene de lo purgado-, y cuando vuelve a embestir más adentro esta purificación, no hay que maravillar que le parezca al alma otra vez que todo el bien se le acabó, y que no piense volver más a los bienes, pues que, puesta en pasiones más interiores, todo el bien de afuera se le cegó.
10 / Llevando, pues, delante de los ojos esta comparación con la noticia que ya queda dada sobre el primer verso de la primera canción de esta Oscura Noche y de sus propiedades terribles, será bueno salir de estas cosas tristes del alma y comenzar ya a tratar del fruto de sus lágrimas y de sus propiedades dichosas, que se comienzan a cantar desde este segundo verso.
Con ansias en amores inflamada.
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