domingo

LECCIONES DE VIDA (23) - ELISABETH KÜBLER-ROSS Y DAVID KESSLER


3 / LA LECCIÓN DE LAS RELACIONES (4)

EKR (3)

La realización y la plenitud personales deben proceder de nuestro interior. Ese alguien especial no resolverá nuestros problemas de intimidad y compromiso, no nos hará más felices en el trabajo, no conseguirá que nos asciendan, no mejorará nuestras notas ni hará que nuestros vecinos sean más amables. Si éramos infelices cuando estábamos solos, seremos un esposo o una esposa infelices. Si no habíamos logrado establecernos profesionalmente, cuando encontremos a ese alguien especial nos convertiremos en una persona con pareja pero sin éxito profesional. Si éramos un mal padre, seremos un mal padre con una relación. Y si sentíamos que no éramos nada sin el hombre o la mujer de nuestra vida, tarde o temprano esos sentimientos de vacío aflorarán en la relación. La realización y la plenitud que buscamos se hallan en nuestro interior, esperando a que las descubramos.

Si esperamos encontrar la propia realización en la persona a la que amamos, significa que no creemos que valemos lo suficiente, que no estamos completos, que no podemos generar nuestro propio amor, que no podemos crear nuestra propia felicidad en el trabajo y en nuestra vida social y personal. La verdadera respuesta consiste en dejar de buscar y en contemplarnos a nosotros mismos como personas. En lugar de buscar a alguien a quien amar, debemos hacernos más dignos de ser amados. En vez de querer que nuestra pareja actual nos ame más, debemos procurar que valga más la pena que nos amen. Y también debemos preguntarnos si damos tanto amor como queremos recibir, o si, por el contrario, esperamos que la gente nos ame profundamente aunque no seamos merecedores de ese amor ni seres generosos. Como se suele decir, si no sabes gobernar tu propio barco, nadie querrá cruzar el océano contigo.

Si buscamos amor, debemos recordar que el maestro vendrá cuando estemos preparados para aprender la lección. Cuando haya llegado el momento de que tengamos una relación, esa persona especial aparecerá. No hay nada malo en querer una pareja para compartir la vida, pero es distinto desear una relación que nos aporte cariño y alegría que necesitar a alguien para sentirnos completos. Hemos nacido para encontrar una gran alegría y felicidad en los demás y también para realizarnos y sentirnos plenos. Es probable que, algún día, encontremos a ese alguien especial pero mientras tanto debemos darnos cuenta de que somos valiosos y merecemos amor tal como somos, por nosotros mismos. Todos merecemos ser felices sin más, tener amigos, un buen empleo y todas las cosas maravillosas que la vida nos ofrece.

Debemos tener siempre presente que, sólo por el hecho de existir, somos especiales. Somos un regalo único y valioso para el mundo tanto si tenemos éxito profesional como si no y tanto si estamos casados con la pareja perfecta como si estamos solos. No tenemos que esperar a que alguna cosa del exterior llegue o nos suceda: ya somos seres completos. La solución a nuestros problemas no se halla en las relaciones románticas. Estemos casados o no, si queremos que en nuestra existencia haya más amor, debemos enamorarnos de nuestra propia vida.

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