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HACIA UNA PROBLEMATIZACIÓN DEL CONCEPTO DE ARTE DETRÁS DEL SERIALISMO INTEGRAL Y LA MÚSICA ALEATORIA (2)


FEDERICO COORE / DANILO SANTINI

En la cita de Felisberto Hernández también está presente esa apreciación, que aparece con mucha más claridad en una entrevista que le realizaron varios años antes:

Sobre todo hay dos grandes peligros en los intérpretes. Uno de ellos es no tener técnica. Me refiero a la falta de conocimiento del estado actual de la técnica, que da facilidad y buenas cualidades de instrumentistas. Y es este el peligro más visible.

Pero hay otro peligro muchísimo más grande, en el que caen la mayoría de los grandes intérpretes de la Humanidad: el tener técnica. Porque la transforman en un fin, en vez de hacer de ella el medio que debe necesariamente ser.

Es la obra artística al revés, pues viene a ser un medio para la exposición de determinada técnica.

Y si la actividad estética del genio es producto de la enfermedad del genio, como la perla es el producto de la enfermedad de la ostra, queda tan ridículo el aparentar esa enfermedad estética, como el poner ciertos productos químicos a las ostras para que den perlas. Y en música, se conoce fácilmente el que va a buscar las cosas -aunque las encuentre- y aquel a quien vienen -digamos así- por una superioridad innata de su espíritu. (5)

Esta concepción de arte, evidentemente gira alrededor de la idea de que la obra de arte es resultado de la transformación de objetos reales, y que a su vez transforma sujetos, es decir “fecunda”.

Según Avelina Lésper el arte es una expresión en la cual no solamente se puede notar lo que el artista quiere comunicar sino también la forma en que lo hace. La dedicación y el dominio técnico es fundamental, ¿pero para qué? La técnica tiene que estar, en principio, al servicio de la comunicación y de la conmoción, la obra de arte tiene que conmover.

Por otro lado Lésper asegura que la obra de arte tiene que trascender su tiempo y el recinto en donde se ubica. “Si estás frente a una obra que en la galería ya queda caduca, o que caduca fuera de la galería, eso no es una obra de arte” (6), porque no trasciende. “(…) una pintura puede tener cuatrocientos años y tú la ves en un museo, o en la casa de alguien, o en otro lugar, y si te conmueve es porque trasciende” (7). Lo mismo pasa con la explicación curatorial de apoyo: la obra de arte de por sí no la necesita y si eso es imprescindible entonces no sería arte, ya que “la belleza no necesita intermediarios, entra directo en el aparato cognitivo de quien la presencia” (8). En este mismo sentido, y relacionándolo con la asignación de significado a una obra, la crítica de arte afirma en otra entrevista: “Ahora la gente antepone información y conceptos al ver, vivir y estudiar la obra misma. Yo parto del impacto que la obra tiene en mí.” (8) Podemos decir entonces que en este caso, la significación de la obra se da en una especie de “diálogo” espectador-obra, donde ambas partes determinan el significado. Felisberto Hernández afirma sobre su obra: “sólo presiento o deseo que tenga hojas de poesías, o algo que se transforme en poesía si la miran ciertos ojos.” (10) Vemos aquí cómo para el autor también su obra es determinada por el espectador, en la medida en que la mirada de cada espectador es distinta y sólo “ciertos ojos” la transformarán en poesía. Pero también por la obra misma, ya que no es cualquier objeto. En este sentido se contrapone a la aparente infalibilidad del arte contemporáneo, donde cualquier objeto, presentado de cualquier manera, será considerado arte, siempre que se lo designe como tal.

Otra característica en esta concepción, y que tiene puntos de contacto con el planteo de Giovanetti, es que el arte transforma la realidad. Si la obra no da cuenta de una transformación de la realidad, no es arte. Para que sea arte el objeto tiene que haber sido transformado por la acción del artista, y a su vez el objeto transformado en arte tiene que transformar, de alguna manera, al espectador, es decir, conmoverlo, interpelarlo.

El escrito y profesor Simón Marchán Fiz afirma que “en las vertientes del llamado arte objetual, que transfigura objetos de la vida cotidiana en obras artísticas, la categoría de arte se estira tanto, que amenaza con romperse en su comprensión…” (11) Es decir, que la vida pueda ser arte y el arte pueda ser vida, como decía Vostell, no quiere decir necesariamente que lo sea. No todo es arte, y la distinción entre lo que es y lo que no es arte debe estar dada por la obra misma: de ella se debe desprender cualquier conclusión.

Aparte de los diferentes puntos de vista estéticos o que polemizan una u otra concepción, también vale tener en cuenta las condiciones materiales que las sustenta a una como hegemónica y a la otra como contra-hegemónica. (12) Tanto en el diálogo con Giovanetti como en las entrevistas de Lésper podemos interpretar que aparece este aspecto, tomando en cuenta que ambos coinciden  en que el arte debe transformar la realidad. En tanto esto, ¿el arte es necesariamente contra-hegemónico? Y desde la otra concepción, en que el arte no necesariamente tiene que transformar la realidad, ¿resulta esta funcional a lo establecido?

Estas interrogantes y algunas más, quedan planteadas para continuar pensando el arte.



Notas

(5) Fragmento de una entrevista realizada a Felisberto Hernández en el año 1926, cuando Felisberto aun no era conocido como escritor sino como pianista. La entrevista fue realizada para el diario El Día por un periodista cuya identidad hoy nos es desconocida. El documento está disponible en la web https://periódicos,ufsc.br/index.php/fragmentos/article/viewFile/6495/6003, recuperado en la fecha 20/10/2016.
(6) Entrevista filmada en la web https://www.youtube.com/watch?v=XYJHSjqzG2Y
(7) Ibid.
(8) Ibid.
(9) Samuel Bossini. (2015). Avelina Lésper. “El arte contemporáneo es una farsa”. 06/12/2015, de abc color Sitio web: http://www.abc.com.py/edición-impresa/suplementos/cultural/avelina-lésper-el-arte-contemporáneo-es-una-farsa-1433354.html
(10) Hernández, F. (1955). Explicación falsa de mis cuentos. 19/10/2016, de Fundación Felisberto Hernández Sitio Web: http://www.felisberto.org.uy/?page_id=107
(11) Marchan, Fiz, Simón (2000). “¿Es esto una obra de arte? La realización artística de una idea estética kantiana por un desconocido Mr. Mutt.”
(12) Cuando hablamos de “hegemonía”, hacemos referencia a la utilización del término de Gramsci, en la cual hay una cultura dominante (hegemónica) que legitima y reproduce la visión de las clases dominantes. El arte como expresión de la cultura también está sujeto a esto.

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