martes

NOCHE OSCURA (15) - SAN JUAN DE LA CRUZ


CAPÍTULO 9

De las señales en que se conocerá que el espiritual va por el camino de esta noche y purgación sensitiva (2)

6 / Pero, como digo, cuando estas sequedades provienen de la vía purgativa del apetito sensible, aunque el espíritu no siente al principio el sabor por las causas que acabamos de decir, siente la fortaleza y brío para obrar con la sustancia que le da el manjar interior, el cual manjar es principio de oscura y seca contemplación para el sentido. La cual contemplación, que es oscura y secreta para el mismo que la tiene, ordinariamente, junto con la sequedad y vacío que hace al sentido, da al alma inclinación y gana de estarse a solas y en quietud, sin poder pensar en cosa particular ni tener gana de pensarla. Y entonces, si a los que esto acaece se supiesen quietar, descuidando de cualquier obra interior y exterior, sin solicitud de hacer allí nada, luego en aquel descuido y ocio sentirán delicadamente aquella refección interior; la cual es tan delicada, que ordinariamente, si tiene gana o cuidado en sentirla, no la siente; porque, como digo, ella obra en el mayor ocio y descuido del alma; que es como el aire, que, en queriendo cerrar el puño, se sale.

7 / Y a este propósito podemos entender lo que a la Esposa dijo el Esposo en los Cantares: Aparta tus ojos de mí, porque ellos me hacen volar (6, 4); porque de tal manera pone Dios al alma en este estado y en tan diferente camino la lleva que, si ella quiere obrar con sus potencias, antes estorba la obra que Dios en ella va haciendo, que ayuda. Lo cual antes era muy al revés.

La causa es porque ya en este estado de contemplación, que es cuando sale del discurso y entra en el estado de aprovechamiento, ya Dios es el que obra en el ánima; porque por eso la ata las potencias interiores, no dejándole arrimo en el entendimiento, ni jugo en la voluntad, ni discurso en la memoria. Porque, en este tiempo, lo que de suyo puede obrar el alma no sirve sino (como habemos dicho) de estorbar la paz interior y la obra que en aquella sequedad del sentido hace Dios en el espíritu; la cual, como es espiritual y delicada, hace obra quieta, delicada (solitaria), satisfactoria y pacífica, muy ajena de todos esotros gustos primeros, que eran muy palpables y sensibles; porque es la paz esta que dice David que habla Dios en el alma para hacerla espiritual (Ps. 84, 9). Y de aquí es la tercera.

8 / La tercera señal que hay para que se conozca esta purgación del sentido es el no poder ya meditar ni discurrir en el sentido de la imaginación (como solía), aunque más haga de su parte. Porque, como aquí comienza Dios a comunicársele, no ya por el sentido, como antes hacía por medio del discurso que componía y dividía las noticias, sino por el espíritu puro, en que no cae discurso sucesivamente, comunicándosele con acto de sencilla contemplación -la cual no alcanzan los sentidos de la parte inferior, exteriores ni interiores-, de aquí es que la imaginativa y fantasía no pueden hacer arrimo en alguna consideración ni hallar en ella pie ya de ahí en adelante.

9 / En esta tercera señal se ha de tener que este empacho de las potencias y disgusto de ellas no proviene de algún mal humor; porque, cuando de aquí nace, en acabándose aquel humor (porque nunca permanece en un ser), luego, con algún cuidado que ponga el alma, vuelve a poder lo que antes, y hallan sus arrimos las potencias. Que, aunque es verdad que a los principios en algunos, a veces, no entra con tanta continuación, de manera que algunas veces dejen de llevar sus gustos y discursos sensibles -porque, por ventura, por su flaqueza no convendría destetarlos tan de un golpe-, con todo, van siempre entrando más en ella y acabando con la obra sensitiva, si es que han de ir adelante. Porque los que no van por camino de contemplación, muy diferente modo llevan; porque esta Noche de sequedades no suele ser en ellos continua en el sentido, porque, algunas veces las tienen, otras no, y aunque algunas veces no pueden discurrir, otras pueden; porque, como sólo les mete Dios en esta Noche a estos para ejercitarlos y humillarlos y reformarles el apetito, por que no vayan creando golosina viciosa en las cosas espirituales, y no para llevarlos a la vida del espíritu que es la contemplación -que no todos los que se ejercitan de propósito en el camino del espíritu lleva Dios a contemplación, ni aun a la mitad; el porqué Él se lo sabe-, de aquí es que a estos nunca les acaba de hecho desarrimar el sentido de los pechos de las consideraciones y discursos, sino algunos ratos a temporadas, como habemos dicho.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+