CAPÍTULO 6 (2)
5 / Estos, en comulgando,
todos se les va en procurar algún sentimiento y gusto, más que en reverenciar y
alabar en sí con humildad a Dios. Y de tal manera se apropian a esto, que,
cuando no han sacado algún gusto o sentimiento sensible, piensan que no han
hecho nada; lo cual es juzgar muy bajamente de Dios, no entendiendo que el
menor de los provechos que hace este Santísimo Sacramento es el que toca al
sentido, porque mayor es el invisible de la gracia que da, que, por que pongan
en él los ojos de la fe, quita Dios muchas veces esotros gustos y sabores
sensibles. Y así quieren sentir a Dios y gustarle como si fuese comprehensible
y accesible, no sólo en este, sino también en los demás ejercicios
espirituales. Todo lo cual es muy grande imperfección y muy contra la condición
de Dios, porque es impureza en la fe.
6 / Lo mismo tienen estos en
la oración que ejercitan, que piensan que todo el negocio de ella está en
hallar gusto y devoción sensible, y procuran sacarle, como dicen, a fuerza de
brazos, cansando y fatigando las potencias y la cabeza; y cuando no han hallado
el tal gusto se desconsuelan mucho pensando que no han hecho nada. Y por esta
pretensión pierden la verdadera devoción y espíritu, que consiste en perseverar
allí con paciencxia y humildad, desconfiando de sí, sólo por agradar a Dios. A
esta causa, cuando no han hallado una vez sabor en este u otro ejercicio,
tienen mucha desgana y repugnancia de volver a él, y a veces lo dejan. Que, en
fin, son, como habemos dicho, semejantes a los niños, que no se mueven ni obran
por razón, sino por el gusto.
Todo se les va a estos en
buscar gusto y consuelo de espíritu, y para esto nunca se hartan de leer
libros, y ahora toman una meditación, ahora otra, andando a caza de este gusto
con las cosas de Dios; a los cuales se les niega Dios muy justa, discreta y
amorosamente, porque, si esto no fuese, crecerían por esta gula y golosina
espiritual en males sin cuento. Por lo cual conviene mucho a estos entrar en la Noche
oscura, que habemos de decir para que se purguen de estas miserias.
7 / Estos, que así están
inclinados a estos gustos, también tienen otra imperfección muy grande, y es
que son muy flojos y remisos en ir por el camino áspero de la cruz; porque el
alma que se da al sabor, naturalmente le da en rostro todo sinsabor de negación
propia.
8 / Tienen estos otros muchas
imperfecciones que de aquí les nacen, las cuales el Señor a tiempos les cura
con tentaciones, sequedades y otros trabajos, que todo es parte de la Noche
oscura. De las cuales, por no me alargar, no quiero tratar aquí más, sino
sólo decir que la sobriedad y templanza espiritual lleva otro temple muy
diferente de mortificación, temor y sujeción en todas sus cosas; echando de ver
que no está la perfección y valor de las cosas en la multitud y gusto de las
obras, sino el saberse negar a sí mismo en ellas; lo cual ellos han de procurar
hacer cuanto pudieren de su parte, hasta que Dios quiera purificarlos de hecho,
entrándoles en la Noche
oscura, a la cual por llegar me voy dando prisa con esas imperfecciones.
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