Solveig Ibáñez (Uruguay, 1931) es la tercera hija de los consagrados escritores nacionales Sara de Ibáñez y Roberto Ibáñez. Cursó estudios en Francia, en el Liceo Francés de Montevideo y posteriormente en la Facultad de Humanidades y Ciencias (asignaturas de Literatura Uruguaya e Hispanoamericana), desarrollando una profusa actividad como poeta, crítica y conferencista.
Publicó sus primeros textos en una edición colectiva que realizó la Feria de Libros y Grabados en 1961, y los poemarios Extranjero (1986), Atlántico Sur y Romance por Centroamérica (1986), Mujer (co-edición de Jitanjáfora de Uruguay y Praxis de México, 1998) y Reino furtivo (Ediciones Botella al mar, 2010). Gran parte de su obra ha sido publicada, además, en las ediciones colectivas de A.E.D.I. (Asociación de Escritores del Interior) y en diarios y revistas nacionales y extranjeros.
En 1961 obtuvo el Primer Premio compartido de Poesía en la Primera Feria Nacional de Libros y Grabados, en 1982 el Premio Remuneraciones Literarias otorgado por el Ministerio de Educación y Cultura, en 1983 el Premio Internacional de poesía “Alfonsina Storni” convocado por la Fundación Givré de Buenos Aires, y en 1990 el Premio Círculo Bartolomé Mitre.
En 1986 participó como Miembro Expositor en el III Simposio Internacional de Literatura organizado por el Instituto Literario y Cultural Hispánico de Salta, luego de haber recibido el Premio Ensayo por su trabajo dedicado a la obra Oro, del poeta y profesor uruguayo Humberto Benítez Casco.
FUGA DE MATICES
Esta sutil partícula del aire
hoy tiene rostros de naciente espacio
y cada rostro es el rumor apenas
de nacientes memorias y heredades.
Estoy Estás...
¿En dónde? ¿En qué frecuencia
de callado circuito febril arco
que remonta la flecha de la sangre
entre anónimas venias y distancias?
Nada sabes aun y sin embargo
aposentas tus plantas tu pasado
en esta lenta fuga de matices
que vas soñando.
Consumas Patria y lindes
fiel historia
de una costumbre que te va gestando
entre dos gotas: corazón y lágrima.
Una
es el infinito que atraviesas
con pie de visionario
la ancestral biología que te mide
desde un borde intocado
Otra
la muerte de secreto escudo
donde plantas banderas de nostalgia
en tránsito infinito
de ecuaciones sangrantes.
Todo
en el claro estadio de una estela
anterior a ti mismo y a tu raza:
fragancia de fragancias
reino ciego
fuga de matices
del creciente relámpago del alma.
(De Reino furtivo Ediciones Botella al Mar 2010 / Premio Círculo Bartolomé Mitre 1990.)
LA CANCIÓN DE LOS DESIERTOS
"Hay espacios que no son de nadie y a donde iremos seguramente alguna vez"
Escucha vida mía
ya cantan los desiertos
Ya no es temprano
ni tampoco tarde
para crecer así todo a lo largo
todo a lo ancho, inútil, de los vientos.
Corramos huesecillos
vámonos por el tiempo
retozando en los cascos de un potrillo.
Silencio! Polvo dueño
más en silencio que una huella quiero
viajar por tus esferas
quedarme con los himnos
rimados de fronteras.
Y así escuchar la voz que ahora
me dice la canción de los desiertos.
Que cantan
que ahora cantan
mientras sueño!
(De Reino Furtivo)
FUEGO
Quiero el sol
que arrastre
vivamente mi sombra
Este peso de entregas que me empuja
y me acaba.
Fuego que ilustre
hasta el último poro de mi alma.
Que calcine y destruya
hasta el polvo esta sangre.
Fuego que me libere de resabios.
De este tronco y su savia
de estas lágrimas
de esta tenacidad de la palabra.
(De Reino furtivo)
REINO SIN FRONTERAS
La muerte llega en el borde
de los cristales del viento
que cortan a ras la imagen
solo virgen de un momento.
Allí las canciones tienen
eco fugaz y cortejo
de ángeles que piden paso
por la sangre transparente.
Allí los sueños del aire
de las lluvias y el silencio
Distancias que recomienzan
y caminos que se alejan.
Muerte del Toque de Queda
donde se cumple una meta:
La puerta que abres de pronto
es el REINO SIN FRONTERAS.
(De Reino furtivo)
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