domingo

PURO VERSO (2) - HUGO GIOVANETTI VIOLA


UNO: PARÍS PÓSTUMO (1973 / 1974) (1)

era sólo la muerte de París que llegaba
a preguntar por el indómito uruguayo,
por el niño feroz que quería volver
que quería sonreír hacia Montevideo,
era sólo la muerte que venía a buscarlo
PABLO NERUDA

Si él me sigue soñando
princesaré hasta el fin.
DULCINEA DEL TOBOSO


(Hasch)

Ya no tengo el aliento sedoso de la lluvia
de aquel verano azul que me tejió mi madre.

París pone su huevo celeste a contraluz
y una playa desierta se cierra acariciándome
como el oro del sur
la estación de la música.

2

Los domingos de lluvia
huelo a pájaros tristes.

Lloro en sábados secos.

O agradezco milagros.

3

Madre / tengo la muerte
rodando a la intemperie.

Con qué cielo del aire que hiela me abrigabas.

4

Ah padre / fue tan dulce
la tierra de tu vino

que hoy un cielo rosado me sube a la cabeza.

(Carta a Peti)

Sentirás labios viejos rozándote el dolor.
O dorados silencios poblándote la sombra.
Tendrás lágrimas breves relamidas sin lengua.
Y algún denso domingo no morirán los pájaros.

(Arte poética en carta familiar)

Que no me maten madre hasta entreabrir
con palabras amantes y purísimas
el nicho de la carne abandonada.
Que no me maten madre / todavía.

Que no me maten padre hasta empapar
con palabras brillantes y calientes
el muro de la muerte eternidad.
Que no me maten padre / todavía.

Que no me maten Sergio hasta incendiar
con palabras tristísimas y sucias
los restos repugnantes de la tierra.
Que no me maten Sergio / todavía.

Que no te maten Hugo hasta encender
con palabras creyentes y ayudantes
la hermosa luz humosa de los hombres.
Que no te maten Hugo / todavía.

(Hasch II)

Qué tristeza imagina la ciudad de esta noche
la ciudad como un huevo celeste alrededor
sus paredes remotas desamparando el eco
de mi vida escapada hacia hondos humos húmedos.

(La diosa de Saint-Tropez)

Je dors et me dore. Ne pas dérange. Merci.
(Cartel colgado en La madrague)

Brigitte Bardot / tus ojos de terciopelo muerto
(qué noche honda y doliente flotaba en Saint-Tropez
donde has sido la diosa furiosa de otras víctimas).
Cansado / tenso / amable
yo me acerqué a tu piel
recordando revistas de infancia arrebatadas
cuando excavé en tu olor para infernarme el sexo.
(Borracha / vieja / amable
me rozaste la piel.)

Cantándote / cobrándote
(mi guitarra es obrera)
pude encontrar piedad también para tu pecho
(no el bulto prodigioso que venden todavía
las dos frutas de plástico sobadas y abolladas)
tu pecho / el que oscurece la rosa melancólica
la poesía vaginal que vaga en tu retina
cuando ves hacia atrás y los recuerdos rompen
(qué inocencia maldita te emparenta a tus súbditos
sodomos y gomorros / ínfimos / retorciéndose).

Contaste que dos vientos / mistral y tramontana
(furor de mar y tierra para los destechados)
machihembraron ayer sus cielos enemigos
enfriando tu hermosura que hoy amaneció ronca.
(Nadie oyó sin embargo tu verdadera música
tu vivar verdadero / tu angelada actuación
tu coito bajo el coito marino / tormentoso
y el humo de esa carne que se incendió en los muslos
del nuevo efebo en danza. Fue en La madrague / tu cueva.)

Yo vengo de otros vientos / Brigitte
los que ayer mismo nos doblaban las piernas
y el alma y los pulmones
cuando fuimos payasos del circo tan turístico
que ensuciaba su plato de pobre en Saint-Tropez.

Yo vengo de los vientos enclavados al pueblo
(de donde te arrancaron / muchacha achicharrada)
y en esta noche soy solamente quien soy
y canto contemplándote casi maravillado
brillar / beber / saltar
bailar entresoltando la magia de tu enagua
refrescarte el vestido con juveniles rojos
al borde musical y azul de la pileta
(o al borde envejecido de esas arrugas tristes
que ningún productor prometió fabricarte
que nunca aceptarás sin aceptar la vida).

Guardo una foto / hermana / tocando tu cintura
que en mi pueblo lejano parecerá un trofeo.
Y es todo / humildemente.

Te agradezco la mano final que me tendiste
(no con delicadeza sino con tierna fuerza)
y el olvido que ya / después de un ramo de horas
me enterrará en la oscura multitud sin memoria.

(para Carlos Arteaga y Daniel Capuano)


9

Pero la patria triste me dolió más que todo.
La cruenta patria triste (no mis fuentes infantas
ni los aires de amor perdidos entre parques)
la patria aprisionada / cegada / pedregosa
la sangre de mi sangre regresada / gravísima
mi región del terreno terrible de los pobres
más alta o solitaria que la vagabundez
doliente y combatiente / que arrastro adonde corro.
Sí / la patria / esta tarde / me reventó en el pecho).

(para Hugo García Robles)

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