CAPÍTULO 14
La selva subterránea:
La iniciación en la selva subterránea
La quinta fase: El tormento del alma (1)
El rey se va a la guerra a un reino lejano, le pide a su madre que cuide de la joven reina y que le envíe un mensaje en caso de que su esposa tenga un hijo. La joven reina da a luz a una preciosa criatura y envía el venturoso mensaje. Pero el mensajero se queda dormido junto al río, aparece el demonio y cambia el mensaje por otro que dice "La reina ha dado a luz un hijo que es medio perro".
Horrorizado, el rey envía, sin embargo, un mensaje de respuesta, pidiendo que se ame a la reina y se la atienda en aquella amarga hora. El mensajero vuelve a quedarse dormido junto al río, aparece otra vez el demonio y cambia el mensaje por otro que dice "Matad a la reina y a su hijo". La anciana madre, aterrorizada ante aquella petición, envía a otro mensajero para confirmarla y el mensajero va y viene, quedándose cada vez dormido junto al río. Los mensajes cambiados por el demonio son cada vez más horrendos. El último de ellos dice "Conservad la lengua y los ojos de la reina como prueba de que ha muerto".
La madre del rey se niega a matar a la dulce y joven reina. En su lugar, sacrifica una paloma y guarda los ojos y la lengua. Después ayuda a la joven reina a atarse la criatura al pecho y, cubriéndola con un velo, le dice que huya para salvar la vida. Ambas mujeres se echan a llorar y se despiden con un beso.
Como Barba Azul, Jasón, el famoso héroe del vellocino de oro, el hidalgo de "La Llorona" y los esposos / amantes de los cuentos de hadas y la mitología, el rey se casa y se va a tierras lejanas. ¿Por qué estos míticos esposos se alejan después de la noche de bodas? El motivo es distinto en cada relato, pero el hecho psíquico esencial es el mismo. La regia energía de la psique disminuye y retrocede para que pueda producirse la siguiente fase del proceso de la mujer: la puesta a prueba de su recién encontrada posición psíquica. En el caso del rey, este no la ha abandonado, pues su madre la cuida en su ausencia.
El siguiente paso es la formación de la relación de la doncella con la anciana Madre Salvaje y el alumbramiento. Aquí se pone a prueba el vínculo amoroso entre la doncella y el rey y entre la doncella y la anciana madre. Uno de los vínculos es el del amor entre polos opuestos y el otro es el del amor del profundo Yo femenino.
La partida del rey es un leitmotiv universal de los cuentos de hadas. Cuando experimentamos no una retirada del apoyo sino una disminución de la cercanía de dicho apoyo, podemos tener la certeza de que está a punto de empezar un período de prueba en el que tendremos que alimentarnos exclusivamente con la memoria del alma hasta que se produzca el regreso del amado. En tales circunstancias, nuestros sueños nocturnos, sobre todo los más sorprendentes y penetrantes, serán el único amor que tendremos durante algún tiempo.
He aquí algunos de los sueños que, a juicio de las mujeres, las ayudaron enormemente durante esta fase.
Una simpática y dinámica mujer de mediana edad soñó que veía en el cieno de la tierra un par de labios y que, al sentarse ella en el suelo, aquellos labios le hablaban en susurros y después la besaban inesperadamente en la mejilla.
Otra mujer que trabajaba con ahínco tuvo un sueño engañosamente sencillo: se pasaba toda una noche durmiendo como un tronco. Al despertar de aquel sueño, se sintió totalmente descansada y en todo su cuerpo no había ni un solo músculo, nervio o célula fuera de su sitio.
Otra mujer soñó que la operaban a corazón abierto y que la sala de quirófano carecía de techo, por lo que la luz que la iluminaba era la del sol. Sintió que la luz del sol le acariciaba el corazón y oyó decir al cirujano que la operación ya no era necesaria.
Esta clase de sueños son experiencias de la naturaleza salvaje femenina y de Aquella que lo ilumina todo. Emocional y a menudo físicamente profundos, son unos estados parecidos a unas reservas ocultas de alimento, a las que podernos recurrir cuando escasea el sustento espiritual.
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