martes

RAÚL RODRÍGUEZ - EL PROYECTO FELIZ QUE ESTÁ LLEGANDO



Raúl Rodríguez (Uruguay, Pando, 1969) comenzó sus estudios de guitarra con Graciela y Helen Huptneer en 1978, perfeccionándose luego con Jorge Lazaroff y Eduardo Larbanois y Freddy Pérez. Entre 1989 y 1993 realizó cursos de Armonía, Composición y Lecto Escritura con Esteban Klísich y Coriún Aharonian.

En 1994 ingresó Taller Literario Universo para trabajar sus textos, y se integró a la Banda Barroca, producida por Hugo Giovanetti Viola y Ulises Ferretti. Entre 1995 y 1997 la banda registró el CD Plan de ataque, al que puede accederse en youtube.

En 2004 realizó un curso de sanación vocal con Alba Lirio en Río de Janeiro, al que también asistieron los uruguayos Mariana Ingold, Gustavo Ripa y Rossana Bianchi.

Ha formado parte de diversos dúos y tríos, y en los últimos años integró la banda pandense Radicales Libres, junto a Adrián Ferrari, Jhonal Morales, Darío Rodríguez, Carlos Carratú y Luis “Mate” Hernández, que editó, a fines de 2014, el CD Días de radio.

¿A qué edad sentiste que ibas a ser un músico profesional de por vida?

Se podría decir que decidí que iba a ser músico de por vida a los 15 años, aproximadamente. Fue en la época en la que estudiaba con Jorge Lazaroff. Él vivía en Solymar y yo tenía que tomar dos ómnibus para llegar allí desde Pando. Un día llegué 20 minutos tarde y no me dio la clase. Yo volví bastante enojado pero finalmente terminó siendo una gran enseñanza, porque creo que nunca más llegué tarde a una clase.

Y te aclaro que si bien seguí tocando toda la vida, nunca me he considerado un músico profesional. Es una denominación que no me convence porque me suena a la búsqueda de algo meramente comercial o la de tener que hacer cosas de la que no estás convencido del todo.

¿Cuáles fueron las etapas decisivas en tu incesante proceso de aprendizaje como cantautor?

Creo que las etapas van de la mano de los diferentes maestros que tuve y de los proyectos musicales que realizamos con las bandas o tríos o dúos de los que formé parte.

Considero además que ese proceso no termina nunca, además. Es como la búsqueda del hombre nuevo que empezé a vivenciar en mis primeros años de militancia política, cuando conocí a la Nueva Trova cubana, al Totem y a Mateo. Cuando hacíamos pegatinas y terminábamos armando guitarreadas en la que Pablo Estramín me pedía la guitarra prestada para compartir canciones de protesta contra la dictadura. Tampoco olvidaré nunca el primer recital que dio Zitarrosa en Pando después que volvió del exilio.

¿Cómo valorás la experiencia vivida entre el 95 y el 97 con la Banda Barroca, que emergió del Taller Literario Universo y tuvo como productor musical nada menos que a Ulises Ferretti?

Esa fue una época muy fermental en todo sentido. Todavía me resulta extraño entender cómo se desencadenó aquel proceso que comenzó cuando ingresé al Taller Literario Universo en el 94 para desarrollar la parte poética de mis canciones y al poco tiempo ya estaba formando parte de la Banda Barroca, que tenía productor, arreglista y sonidista. Rápidamente actuamos en Arteatro, el Museo Torres García y la Sala Cero de El Galpón, además de aparecer en el largometraje Montevideoproust.

Creo que en aquel momento, incluso, los que participamos en la Banda Barroca (entre los que figuraban Colomba Biasco, Carla y Verónica Antón, Marcos Umpiérrez y tres de los actuales integrantes de Buceo Invisible, que eran Diego Presa, Marcos Barcellos y Jorge Rodríguez) no entendimos del todo lo que estábamos viviendo y no sé si supimos valorarlo en su real medida.

En cuanto a Ulises Ferretti, pienso que hizo realmente un gran trabajo en la producción y la grabación del CD Plan de ataque. Los arreglos eran muy finos y sin duda incidieron en los trabajos posteriores de todos nosotros.

¿Qué proyectos tenés en vista después de culminado el extenso y fructífero ciclo cumplido con los Radicales Libres de Pando?

El proyecto que se me vuelve a presentar (porque ya lo intenté en otras ocasiones y nunca terminé de concretarlo) es el de hacer un disco con canciones de mi autoría en su totalidad.

Sería algo así como recibirse de cantautor, a partir de aquel impacto que me provocaron aquellos hermosos discos de vinilo de Zitarrosa o de Silvio Rodríguez que compraba con mucho sacrificio o conseguía prestados cuando tenía 15 años. Es una idea que sigue latente y no dejó de rondar en mi cabeza, consciente o inconscientemente, después de tres décadas.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+