sábado

JESÚS DE PUNTA DEL ESTE (2) - HUGO GIOVANETTI VIOLA

(primera edición: Grupo Lector Universo 1995 / primera edición WEB: elMontevideano Laboratorio de Artes 2015)

5 / TIAGO

Tiago tenía 19 años y medía casi dos metros: Lourdes tenía 5 años más y medía un metro y medio. Antes de irnos del quilombo compré una Patricia de a litro y me la fui tomando por el camino.

-No, gracias -repitió la muchacha por tercera vez mientras llegaban a Pinares. -Tené cudado. Nunca te vi pasar del medio vaso. Y yo te conozco bien, corderito.

-No creo que me conozcas tan bien. ¿Puedo tomar el resto de la botella en tu hamaca?

Hoy me animo. La cantante solista y el bajista de la Banda del Pez empezaron a recorrer la cuadra donde vivían casa por medio desde la infancia.

-Siempre me encantó este porche -confieso sentándome a la sombra del troncazo que atraviesa a hamaca del jardín como si hubiera sol. -No te hamaques, por favor.

-¿Te la pensás tomar toda, en serio? ¿Te puso tan nervioso ese Chancho? El Maestro estuvo impecable.

-El Maestro es impecable. Y yo te adoro.

La muchacha liliputiense se puso rígida y esquinó las pupilas igual que en las películas.

-Ya estás en pedo, hermano.

-Puede ser. Cantá un poquito el Adagio. Para mí.

-Dame esa botella.

-No. No te doy la botella ni soy tu hermano. Si me cantás un poquito el Adagio te doy un trago.

-En casa están durmiendo. Achicá.

-Yo te adoro.

-Bueno, basta. Andá a dormir.

-Solo. Yo duermo solo.

Ahora mira la luna. El muchacho empinó la botella que seguía resplandeciendo a la sombra del pino y agregó borrosamente:

-No puedo soportar que te sigan ensuciando.

-Yo me voy a dormir.

-No te vas.

-Soltame o grito.

-Gritá todo lo que quieras porque igual voy a decírtelo. El alma se está yendo al infierno.

Hoy me animo. La muchacha se mordió el labio inferior y se alisó el pelo teñido que ahora parecía un aplique de plata.

-No te ensucies más, mi amor. Te acostás con cualquier animal importante que aparece. Yo te veo cuando volvés de ensuciarte.

Hoy me animo.

-Yo te adoro desde que entré a jardinera y vos estabas en quinto y cantabas el solo del himno con aquellos guantes blancos. Cada fiesta de la escuela era una fiesta de la Humanidad, para mí.

Lourdes largó un suspiro y después bostezó.

-Y cuando voy a básquetbol pienso a cada momento: Si la pelota entra sin tocar el aro Lourdes me quiere. Y hay veces que me paso todo el partido así. Si me dejás que te apoye la cabeza en la falda me voy enseguida. Te juro que me voy.

Soy un monstruo. La muchacha subió los brazos resignados y Tiago dejó la botella en el suelo y se estiró de través: la cabeza enrulada aterrizó sobre la pollera y los championes número 47 emergieron por la otra punta de la hamaca chirriante. Hoy me animo.

-Yo nunca me masturbaría por vos. Porque sos todo. Todo.

Entonces Lourdes apoyó un momento sus labios sobre los del muchacho y se dejó desabrochar la blusa: Tiago acarició los pezones esculpidos al ras y dijo:

-Ahora escúchame un poco.


6 / YOSELEM

La tecladista dela Banda del Pez llegó muy temprano a la casona semiabandonada donde vivían los dos Marios y Saúl. Deben estar en lo mejor del sueño: me van a ahorcar. Pero el segundo guitarrista y los dos percusionistas de la banda habían amanecido puliendo algunos arreglos para la próxima grabación y ahora tomaban mate con los ojos dulcemente inyectados. Me atiende Saúl.

-¿Qué pasó? ¿No dormiste? -preguntó la muchacha de sonrisa casi constante.

-No. Hoy habíamos pedido libre en el shopping, ¿te acordás? Y nos quedamos dándole a Mundo sin sombraHubo Raquel y el Green Park. Quedaron unos finales impresionantes.

-Lo que es impresionante es la banda que tenemos -grita el gordo. -Pasá, Yoselem. Morfate una pampeana con manteca light que vas a ver la vida color mundo sin sombra.

El otro Mario largó una carcajada que se podía confundir con la de un drogadicto y Yoselem preguntó sin demasiado asombro:

-¿Todavía están borrachos?

-Borrachos por la belleza -me da un beso en la frente Saúl, y tengo ganas de irme sin contar nada.

-No hay muy buenas noticias -anunció la muchacha, sin dejar de ofrendar su rictus giocondesco. -Salió una doble página en La Farándula con lo que le dijo el Maestro al periodista, anoche.

-LO QUÉ -se me vienen arriba los Marios, tropezándose con los escombros. -¿Tenés el diario ahí?

No. Acabo de dejárselo al Maestro. No me explicó bien por qué, pero ya sabía todo lo que se le venía arriba.

-¿Pero qué carajo pasó? ¿El Chancho lo grabó a escondidas?

-No. Fue el Nengo.

-YO SABÍA -el Mario flaco y alto (y de lentes muy espesos) levantó un esqueleto de ventana y lo tiró al pastizal. -YO SABÍA QUE ERA TRUCHO ESE PIBE!!!! LO VOY A DESHACER!!!! TE JURO QUE LO DESHAGO!!!!

-El Maestro pide que nos juntemos un rato después que él termine de dar las clases en el club, a eso de las cuatro -explico dándome cuenta que ya se me hace tarde. -Y que nadie arme lío. Se los pide por favor.

-¿Ya te vas al laburo?

-Sí. Creo que no voy poder llegar hasta la noche.

-¿Y cómo te enteraste de lo de La Farándula?

-En mi casa la compran. Cuando me desperté mi viejo me estaba esperando en la cocina para decirme que no le importaba demasiado que tocara todas las noches en lo de Mimí, pero que de allí a tocar en una banda dirigida por un facho del Opus Dei la cosa era distinta. Nos peleamos a los gritos y todo. Con mi viejo y con mi vieja.

La muchacha pareció estar a punto de llorar pero entreabrió una risa que le hizo reverdecer la gran mirada estrábica.

-Un facho del Opus Dei -mueve la melena Saúl. -¿Por qué no le decís que yo todavía me siento comunista y toco en la banda?

-Da lo mismo. No me oyen.

-Pensar que esta debe haber sido la noche más feliz de mi vida -insistió el muchacho, acariciándose con indolencia una barba de dos días. -Mirá que hoy no me emborraché ni nada. Pero recién hoy sentí que todo esto es maravilloso.

-La cuestión es que podamos durar aunque nos quemen vivos -le devuelvo el beso en la frente y salgo a correr el ómnibus como si me estuviera persiguiendo todo Maldonado junto.


7 / EL GATO

Mimí entró corriendo a su escritorio para atender el teléfono y encontró al gato de la Nuri durmiendo en un sillón. Pero ni siquiera me raspa el lomo por compromiso. La mujer de pelo color lavanda prendió un superlong antes de levantar el tubo. Ahora parece más joven,

-Perla -sonrió Mimí. -Qué alegría de escucharte. ¿Cómo está Isaac?

-Murió hace veinte días.

La cabeza de Mimí se llena de humo negro por adentro y salto hasta el escritorio, pero ella no me agarra.

-Fue un derrame. No sufrió -explicó la otra mujer. -Disculpame que no te avisé nada, pero me acordé de vos recién en el cementerio. ¿Leíste La Farándula de hoy?

-No. Acababa de entrar cuando sonó el teléfono.

-Le hicieron un reportaje a Leonardo Regusci. Con una foto en la tapa y todo.

-Qué raro.

-Sí. El reportaje es rato, también. Pero gracias al diario volví a acordarme de la musiquita que se pasó chiflando en el cementerio cuando murió la abuela. ¿Te acordás que la madre casi lo agarra a cachetazos y Wellington tuvo que terminar llevándoselo a la fuerza? ¿Qué edad podría tener Leonardo?

El humo de la cabeza de Mimí va azulándose.

-Yo qué se -contestó la dueña del prostíbulo. -Tendría 5 o 6 años. ¿Pero cómo podés acordarte de lo que estaba chiflando?

-Porque cuando el padre lo traía a Punta del Este pasaban por el negocio y mi marido siempre le pedía que le chiflara la musiquita. Era algo de Mozart, creo. No te olvides que Wellington se pasaba escuchando música clásica todo el día. Desde que íbamos a la escuela.

-Y terminó de sastre.

-¿Y qué tiene que ver? Mi marido era un vendedor de casimires de Gorlero y en verano trabajábamos escuchando el Sodre hasta el cierre de emisión.

-Bueno, dicen que el hermano de Leonardo es uno de los mejores guitarristas del mundo.

-¿Sabés que hoy me dieron ganas de pintarme y salir a dar una vuelta por Gorlero? El año pasado cumplimos treinta temporadas con Isaac en la galería.

Entonces Mimí me agarra para acariciarme y le veo un cangrejo rojo prendido en la garganta.

-Me parece muy bien -aplastó el cigarrillo la dueña del prostíbulo. -Hay que vivir, Perlita.

Y me pongo a lamerle la mano hasta que la cabeza se le llena de estrellas y el cangrejo se esconde.



8 / LA PALOMA

La limpiadora de la cantina sacudió suavemente al Nengo y dijo:

-Arriba, che. Ya llegó Mimí.

Los veo desde la ventana que da al estacionamiento: el muchacho salta aisándose el pelo y se le abre un ojo verde en el medio de la frente.

-Qué resaca, Dios mío -se frunció y se arqueó el Nengo, antes de pararse como electrizado por los resortes del sillón-rinconera y jadear:

-¿Alguien habrá comprado La Farándula, por casualidad?

-Mimí acaba de dejarla arriba del mostrador.

-¿No sabés si salió una nota sobre la banda?

-A mí me importa un pito lo que sale en los diarios.

La limpiadora es lastimosamente flaca pero todavía hermosa: tiene grandes paletas y ojos de ciervo herido.

-SALIÓ!!!! -empezó a dar saltos el Nengo. -SALIÓ!!!! SOMOS FAMOSOS, LOCA!!!!

Ella observa la tapa de La Farándula y de golpe empieza a brillarle un pescadito rojo en el pelo, igual que si fuera un broche.

-Qué joven que está Leonardo en la foto -murmuró la mujer. -Ayer estuvo en casa.

-¿Ah, sí? -se sienta a leer el muchacho, con el tercer ojo ardiendo.

-Sí. Cuando llegamos al cementerio estaba esperándonos en la puerta. Yo ni lo conocía.

-¿Ah no?

-El que lo conoce es Pedro. Ya sabés que yo a ustedes nunca los escuché tocar, por más que seas mi primo.

-Es increíble.

-Esta noche capaz que vengo a escucharlos. Pero no te creas que es por ese diario podrido.

-Pero mirá que increíble las cuarenta que les cantó el Maestro a los fariseos, negrita.

La mujer subió los hombros y se puso a fregar en dirección a la ventana del estacionamiento. Entonces me mira fijo y sigue contando sin saber bien a quien:

-Bueno, y cuando salimos del cementerio Leonardo se puso a chiflar la cosa más preciosa que yo escuché en mi vida. Y nos acompañó hasta casa y tomamos mate toda la tarde. Y hoy me desperté bien, después de tanto tiempo.

-GRANDE, MAESTRO!!!! -se euforizó el Nengo. -LA GUITA QUE VAMOS A HACER CONTIGO, MORRISON CAROLINO!!!!

Y el agujero de la frente se le vuelve un pedazo de calavera verde, mientras la mujer se acomoda las motas y el brillo del pescadito me hace salir volando encandilada.

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