sábado

RÓMULO COSSE - FRACTURAS Y MODELOS EN LA FICCIÓN URUGUAYA (6)


2.1. Es también nota destacada en la descripción que ensayamos sobre la novela actual en Uruguay y en particular en el plano de la función del narrador, el fenómeno de la modalizacion, pensada como la reflexión del sujeto que cuenta sobre su conocimiento acerca de las instancias del propio relato. (19) Es este un procedimiento familiar en la narrativa contemporánea y en particular del Río de la Plata. Los conocedores de Borges, por ejemplo, recordarán en “La otra muerte”, expresiones tales como como “que yo sepa”, “acaso· y las “conjeturas” finales. (20)

Estas construcciones son nítidas, entre otros casos, en las novelas de Campodónico. Así en la segunda, que desarrolla una larga persecución por parte de los cazadores o guardias o los apestados, con la finalidad de su exterminio, suspende la exposición de este conflicto en un punto de equilibrio inestable, en lugar de colocar el clásico desenlace. Y allí precisamente el narrador modaliza, renuncia a saber e indica opciones de futuro:

Es probable que algún día los sanos ya no soporten el encierro y sientan la necesidad de salir para respirar aire puro. Entonces, cuando reaparezcan, no podrán creer que los apestados hayan resuelto quedarse a morir expuestos al peligro de que sus enemigos armados les cayeran por sorpresa. Y hasta es posible (…) que acepten por fin dirigir sus armas a los agentes huidizos que provocan la peste en lugar de tirar contra humanos ya doblegados. (21)

Por este camino constructivo del relato, el texto deja de ser una norma de vida como antaño y en revancha ofrece todas las riesgosas variantes de la contingencia humana. Al cabo, se constituye el arte del cuestionamiento crítico.


2.2. En plan de caracterizar esta tendencia en la esfera de la historia, su organización y causalidad, es preciso encarar la cuestión de lo fantástico y de lo maravilloso. Asumo para ello las bien conocidas conceptualizaciones de Todorov, en el sentido de que lo fantástico es la vacilación entre lo extraño (que es lo natural pero e insólito e inquietante) y lo maravilloso o supranatural. (22)

En esta dirección hay que tener en cuenta Invención de los soles, donde además la crítica de los métodos tradicionales de enseñanza, se traza la recuperación evocadora del “humus cultural” de una familia judío-uruguaya. Y en esa recuperación, se animan y personifican los objetos, las reliquias que la expresan y constituyen; que constelan su testimonio y su encarnadura, según ocurre en el día de la muerte del padre de la narradora:

El día en que murió atardecía pesadamente en nuestro zaguán sombreado, las vecinas tejían en sus sillas plegables; pasaban, tal vez, fugaces y lentos caminantes, se percibía el verano y una serenidad versátil envolvía las horas de agonía: mi padre expiró y fue la última vez que vi esa casa. Recuerdo que los relojes de péndulo se habían detenido, que los canarios armaban revoloteos en sus jaulas, y que el brazo de mi padre llevaba grabado el número trescientos cincuenta y dos mil quinientos uno. (23)

Como notación complementaria hay que añadir, que el discurso que plasma esa historia, adquiere su característica compacidad, debido a una estructuración sintáctico-semántica en función de complementos sustantivos (“relojes de péndulo”; “cajas de los cirios rituales”) y de especificadores (“fotos amarillentas”; “luz decadente”, “cucharas antiguas”, etc.). (24) Estas configuraciones del lenguaje, alternan con la mímesis de la vida cotidiana y acentúan así la representación del pasado y su herencia cultural, concediendo al discurso un aire evocador y un tono de oro viejo, que matizan la historia entera.

Una resultante diferente del régimen causal del relato, es la que se da en “Otro tango, maestro”, de Los imprecisos límites del infierno, por Milton Fornaro. En esta ocasión y como se verá, domina claramente lo fantástico, es decir, la vacilación entre lo extraño y lo maravilloso. Ahora “el ciego Borges” (omito de momento estudiar las evidente implicaciones intertextuales con el célebre argentino, transformado por obra y gracia de la literatura, no ya en productor de ficción, sino en un narrador en, dentro, de la ficción), cuenta la muere del Flaco Aniceto, tomador y bailarín insigne. En verdad, más que la muerte cuenta su resurrección, en el ritual del tango post mortem, mientras no menos maravillosamente el Dr. Soto “gatillaba” con soberana pericia, el bandoneón. Pero como quien refiere y no por azar, el ciego Borges, que además estaba borracho y porque de cualquier modo “hay cosas que uno no necesita verlas para creerlas”, la historia se sitúa en una frontera imprecisa, con elementos de mito y cuento fantástico. (25) O si se prefiere, es la conformación del mito de la fraternidad renacida, en la misma instancia de su desacralización por el humor.


Notas

(22) Todorov, T., Introducción a la literatura fantástica, Buenos Aires, 1972, pp. 41-53.
(23) Porzecanski, T., Invención de los soles, Montevideo,, MZ, 1981, p. 27.
(24) Ibid., pp. 25-26.
(25) Fornaro, M., “Otro tango, maestro”, en Los imprecisos límites del infierno, Montevideo, Acali, 1979, pp. 29-34.

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