SEPTUAGESIMOSEGUNDA ENTREGA
72 / Que un contemplativo no debe tomar su propia experiencia como criterio para otros contemplativos
Es importante comprender que en la vida interior no debemos tomar nunca nuestras propias experiencias (o la falta de ellas) como norma para otro cualquiera. Quien trabajó duro para llegar a la contemplación y después raras veces goza de la perfección de esta obra, fácilmente puede llevarse a engaño al hablar, pensar o juzgar a otras personas en base a su propia experiencia. En el mismo sentido, el hombre que con frecuencia experimenta las delicias de la contemplación -al parecer, casi siempre que quiere- puede errar si mide a los otros por sí mismo. No pierdas el tiempo en estas comparaciones. Pues, quizá por un sabio designio de Dios, puede ser que si bien al principio lucharon larga y difícilmente en la oración y sólo gustaron sus frutos ocasionalmente, pueden experimentarlos después siempre que quieran y en gran abundancia. Así sucedió a Moisés. Al principio sólo se le concedió contemplar el Arca alguna que otra vez y no sin haber luchado duro en la montaña, pero después cuando se instaló en el valle, pudo gozar de ella a placer
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