lunes

ENCUENTRO CON LA SOMBRA (El poder del lado oscuro de la naturaleza humana)

SEXAGESIMOSÉPTIMA ENTREGA


QUINTA PARTE: LA SOMBRA DEL ÉXITO: EL LADO OSCURO DEL TRABAJO Y DEL PROGRESO


(17) EL LADO OSCURO DEL ÉXITO (1)


John R. O’Neill


Presidente de la California School of  Professional Psychology y de la California NEXUS Foundation. Desde que en 1970 abandonó la American Telephone and Telegraph Company ha desarrollado una intensa actividad educativa y empresarial. También ha sido vicepresidente del Mills College de Oakland, California.

Se supone que todos buscamos el éxito, llegar a ser más, ser mejores, etcétera, etcétera. Pero últimamente, sin embargo, hemos constatado ciertas distorsiones peculiares en nuestra definición del éxito y nos vemos obligados a afrontar las lamentables consecuencias de este cambio. Las personas y las empresas suelen disfrutar de un brillante éxito que termina, no obstante, deslustrándose. Es como si la ansiedad fuera connatural al éxito: ¿Será duradero? ¿Cómo podría aumentarlo? ¿Acaso lo merezco? ¿Qué ocurrirá si lo pierdo? Es por ello que en tal caso pasamos rápidamente de la euforia y el entusiasmo a la inquietud, la fatiga, la depresión y la crisis personal.

¿Cómo es posible este cambio? La arrogancia, la inflación del ego y el consiguiente pecado de hibris que suele acompañar al éxito nos impiden afrontar y asimilar nuestra sombra. En esa situación nos vemos arrastrados por los caprichos del ego, dejamos de escucharnos y observarnos, desperdiciando la oportunidad de aprender más profundamente sobre nosotros mismos y distorsionamos, e incluso llegamos a perder, nuestra verdadera identidad.

Consideremos, por ejemplo, el caso de James, un personaje muy apreciado en Wall Street en la década de los ochenta, que llegó a odiar su rentable negocio y lo vendió por ciento treinta millones de dólares. Tres meses después acudió a mi consulta con el rostro bronceado, su cabello rubio canoso algo más de lo habitual y un aspecto relajado y comenzó a hablarme animadamente -mientras yo me preguntaba el motivo de su consulta- de sus travesías en yate, de la temporada de esquí y de su nuevo rancho.

Al finalizar la entrevista dijo casi de pasada: “No tengo a quien contarle mi vida, Por eso estoy aquí”. Traté de no mostrar mi sorpresa por esa revelación y le pregunté cómo era eso posible, a lo que respondió hablándome de desengaños, disputas familiares, un divorcio inminente, largas noches de insomnio y miedo al que dirán si hablaba con una persona inadecuada.

La sombra de James estaba repleta de los mismos contenidos que la de la mayoría de las personas:

-Aquellos aspectos que no se adecuaban a su ego ideal del momento. En una era machista había bloqueado sus aspectos receptivos y femeninos; en una materialista había desdeñado sus sentimientos espirituales.
-Las partes de sí mismo que sus padres u otras personas cuya aprobación deseaba, consideraban indignas, habían terminado siendo sepultadas, aunque, de algún modo, permanecían completamente activas.
-Los sueños y las ambiciones que en su momento consideró estúpidos o irreales y que postergó con la promesa de que “quizás algún día…”.

Los aspectos ocultos de James eran más importantes que los manifiestos. Este material vital reprimido es el que controla la dirección de nuestra vida, nuestro nivel energético y nuestra historia biográfica. El precio que debemos pagar por arrojar nuestro ser a la oscuridad es la pérdida del alma.

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