lunes

ENCUENTRO CON LA SOMBRA (El poder del lado oscuro de la naturaleza humana)

QUINCUAGESIMOCTAVA ENTREGA

CUARTA PARTE: EL CUERPO ENAJENADO: ENFERMEDAD, SALUD Y SEXUALIDAD

(15): EL ASPECTO DEMONÍACO DE LA SEXUALIDAD (1)

Adolf Guggenbühl-Craig

Psiquiatra y analista junguiano de Zürich, Suiza. Ha sido presidente del Curatorium del C. G. Jung Institute de Zürich y de la Asociacion Internacional de Psicología Analítica. Ha escrito Power in the Helping Professions; Mafrriage Dead or Alive y Eros on Crutches.

Una de las tareas fundamentales del proceso de individuación consiste en experimentar nuestras facetas más oscuras y destructivas. Esta experiencia puede manifestarse en ámbitos muy diferentes, entre ellos la sexualidad. Con ello no estamos diciendo, sin embargo, que uno se vea desbordado por fantasías propias del Marqués de Sade, ni mucho menos, por supuesto, que deba llevar a la práctica ese tipo de actividades. Lo único que afirmamos es que ese tipo de fantasías deben ser consideradas como una expresión simbólica -en el dominio de lo sexual- del despliegue del proceso de individuación.

En cierta ocasión tuve una paciente masoquista y trabajamos juntos para ayudarla a normalizarse. Podría incluso decir que con ella tuve cierto éxito ya que todas sus fantasías y actividades masoquistas terminaron desapareciendo. Sin embargo, comenzó a padecer un inexplicable dolor de cabeza que le ocasionaba muchos problemas en su vida personal. Tuvo una visión -era una mujer africana de color y en su entorno cultural tales cosas no eran infrecuentes- en la que se le apareció Moisés y la atormentó con la idea de que si no continuaba flagelándose los egipcios la matarían. A partir de ese momento elaboró una complicada teoría -basada fundamentalmente en los rituales autoflagelatorios de los cristianos mexicanos- según la cual el masoquismo era lo único que podría ayudarla a afrontar y aceptar el sufrimiento del mundo. Entonces sucumbió a sus fantasías masoquistas desapareciendo todos sus dolores de cabeza y reanudándose nuevamente su desarrollo psicológico. Este ejemplo, sin embargo, constituye tan sólo una ilustración de nuestra tema que en modo alguno debe considerarse como una invitación.

El fenómeno del sadoamasoquismo ha desconcertado frecuentemente a los psicólogos. ¿Cómo pueden coincidir el placer y el dolor? Para muchos psicólogos y psicoanalistas  el masoquismo parece ser contradictorio. Algunos van tan lejos como para sugerir que los masoquistas escenifican detalladamente sus fantasías hasta el momento en que comienzan a sufrir. Esto, sin embargo, no es del todo exacto y tiene que ver con la diversidad de las manifestaciones sexuales. Sabemos que muchos masoquistas no sólo persiguen formas degradantes de dolor sino que también las experimentan con placer.

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