miércoles

PABLO COSSIO / EXCLUSIVO DESDE MIAMI



Yo vengo de levantar una mañana con mi cola de burro
me clavo la sonrisa como una piedra en los dientes
con el incansable físico que a penas toca el sueño
pongo un beso hirviente
en medio de la casa
y salgo a la profesional mentira de mis manos
Yo vengo de unos padres que me sembraron músculos
duros como la infancia
y cargaron maderas y rasparon sus brazos
como si alguien les fuera a bendecir la carne
por encima del hombro
y sin embargo vi un sueño
apretado en sus zapatos
Yo vengo de una esposa que me puso su beso
como pétalos frescos en medio de los ojos
se levanta temprano
y me teje los días
para que no me duerma sin morder la esperanza
que necesita el hombre
y seguir respirando
Yo vengo de unos hijos que gritan como espanto
cuando mis manos llenan la mesa
sin un verso
luego arropo un poema muy debajo en sus almohadas
y miran para afuera
como si hablara el viento
Pero aprietan mis dedos
buscándome las letras
Y sin embargo mis manos
pobres
doloridas
se afilan cada día a tapar la heladera
con un sudor de tierra

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