lunes

ENCUENTRO CON LA SOMBRA (El poder del lado oscuro de la naturaleza humana)

QUINCUAGÉSIMA ENTREGA


CUARTA PARTE: EL CUERPO ENAJENADO: ENFERMEDAD, SALUD Y SEXUALIDAD


(12): EL CUERPO COMO SOMBRA (2)


John P. Conger

Reich -el único que nos enseñó a observar y a trabajar con el cuerpo- era, por su parte, directo y concreto. Para él el cuerpo y la mente eran “funcionalmente idénticos”. (3) Reich consideraba que el psiquismo constituye una expresión de nuestro cuerpo y nos proporcionó una brillante alternativa y un poderoso antídoto contra los sofisticados psicoanalistas vieneses quienes -al menos en sus comienzos- ignoraban por completo el papel desempeñado por la expresión corporal. El temperamento de Reich era vehemente, algo rígido y poco tolerante con los juegos mentales metafísicos y literarios. Reich era un científico con una predisposición natural a tomar en cuenta exclusivamente lo que podía ver y a considerar, por tanto, como “místico” -un calificativo que ya comenzó a aplicar a Jung y al círculo de discípulos de Freud en los comienzos de la década de los veinte- todo lo demás. En Eter, Dios y el Diablo, escrito en 1949, Reich escribió:

En ningún lugar se expresa con tanta claridad la identidad funcional como principio de investigación del funcionalismo orgonómico como en la unidad existente entre psique y soma, entre emoción y excitación, entre sensación y estímulo. Esta unidad, o identidad -que constituye la base fundamental de la vida- excluye de una vez por todas cualquier posible trascendentalismo, o incluso autonomía, de las emociones. (4)

Jung, por su parte, sostenía por su parte una visión kantiana del conocimiento que le orientó filosóficamente hacia el estudio científico y empírico del psiquismo sin advertir siquiera que se había mantenido alejado de la Realidad. En su ensayo “Sobre la Naturaleza del Psiquismo” Jung escribe:

Dado que el psiquismo y la materia están contenidos en uno y el mismo mundo que mantienen una constante relación entre sí y que, en última instancia, descansan en factores trascendentes irrepresentables, no es sólo posible sino que también resulta extraordinariamente probable que el psiquismo y la materia sean dos aspectos diferentes de una y la misma cosa. (5)

Aunque existan asombrosas y frecuentes afinidades entre Reich y Jung ambos enfocaron, sin embargo, su trabajo de forma radicalmente distinta. Si tenemos en cuenta sus diferencias de estilo y de temperamento cualquier intento de cotejar sus dos sistemas de pensamiento constituye una tarea extraordinariamente interesante que, aunque parezca paradójico, sólo puede acometerse mediante la intermediación de la visión freudiana del psiquismo. Reich y Jung jamás hablaron ni se comunicaron entre sí. Sólo unos breves comentarios fortuitos de Reich atestiguan que conocía la existencia de Jung pero su conocimiento parece basarse en valoraciones muy superficiales. En la obra de Jung, por su parte, no existe mención alguna de Reich. En cualquiera de los casos, lo cierto es que tanto Reich como Jung comparaban de tiempo en tiempo sus conceptos con los freudianos y este parentesco mutuo puede ayudarnos a establecer una relación inesperada entre las teorías de Reich y las de Jung.

En un artículo escrito en 1939, Jung comparaba a la sombra con la noción freudiana de inconsciente. “La sombra -decía- coincide con el inconsciente ‘personal’ (que se corresponde con la noción freudiana de inconsciente)”. (6) En el prefacio de la tercera edición de La Psicología de Masas del Fascismo, escrito en agosto de 1942, Reich dijo que su estrato secundario se corresponde con el inconsciente freudiano. Según Reich la estructura del carácter del ser humano se halla estratificada en tres capas -o depósitos del desarrollo social- que funcionan autónomamente y el fascismo brota del segundo de ellos. En el estrato superficial el hombre normal es “reservado, educado, compasivo, responsable y consciente” pero este estrato de ‘cooperación social no permanece en contacto con el núcleo biológico profundo de la personalidad sino que está aislado de él por un estrato caracterial intermedio secundario repleto exclusivamente de impulsos crueles, sádicos, lascivos y envidiosos que representan al ‘inconscente’ freudiano, ‘lo que está reprimido’”. (7)

Así, pues, dado que la “sombra de Jung y el “estrato secundario” de Reich se corresponden con el “inconsciente” freudiano podemos establecer una vaga correspondencia entre ambas nociones. Reich consideraba al estrato secundario -como  evidencia el cuerpo- como una rígida contracción crónica muscular y tisular, una armadura defensiva contra las agresiones procedentes del exterior y del interior, una forma de bloqueo que terminaba reduciendo drásticamente el flujo energético del cuerpo. Para liberar el material reprimido Reich trabajaba directamente sobre el estrato de la coraza corporal. La coraza corporal constituye, pues, lo que en este escrito denominamos cuerpo como sombra.

Notas

(4) Wilhelm Reich, Ether, God and Devil, traducido al ingles por Mary Boyd Higgings y Therese Pol (Nueva York: Farrar, Straus & Giroux, 1970), p. 91

(5) C. G. Jung, The Estructure and Dynamics of the Psyche 2ª ed., traducido al ingles por R, F. C. Hull, Bollingen Series XX, vol. 8, (Prnceton, N.J.: Princeton University Press: 1969), p. 215.

(6) C. G. Jung, The Archetypes and the Collective Unconscious, traducido al ingles por R, F. Hull, e, por Sir Herbert Read, Michael Fordham y Gerhard Adler, Bollingen Series XX, vol 9 (Princeton, N. J.: Princeton University Press, 1980), p. 284.

(7) Wilhelm Reich, The Mass Psychology of Fascism, trad., Vincent, R. Carfagno, (Nueva York: Farrar, Straus & & Giroux, 1970), p. 11, (Publicado en castellano con el título Fascismo y psicología de Masas, Ciudad de México: Editorial Siglo XXI.)

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