lunes

ENCUENTRO CON LA SOMBRA (El poder del lado oscuro de la naturaleza humana)


CUADRAGESIMOCUARTA ENTREGA


TERCERA PARTE (11): DESCUBRIENDO NUESTROS OPUESTOS EN LA RELACIÓN CONYUGAL (1)


Maggie Scarf

Autora de Intimate Patners: Patners in Love and Marriage Unfinished Bussiness: Pressure Points in the Lives of Women.

Los especialistas en relaciones de pareja saben bien que aquellas cualidades identificadas por los miembros de la pareja como el elemento que les resultó más atractivo de su compañero suelen ser las mismas que más tarde se convierten en motivo de conflicto. De este modo, las cualidades originalmente “atractivas” son reetiquetadas más adelante hasta terminar transformándose en los más problemáticos y negativos de la personalidad y la conducta de la pareja.

El hombre que se sintió atraído por la cordialidad, empatía y sociabilidad de su esposa, por ejemplo, puede calificarla más tarde como vulgar, entrometida y frívola y la mujer que valoraba inicialmente la formalidad, prudencia y seguridad que le ofrecía su marido puede censurarlo luego como insulso, aburrido y opresivo. ¡Así pues, los rasgos más fascinantes y maravillosos de la pareja terminan convirtiéndose en las cosas más horribles y espantosas! La cualidad sigue siendo la misma pero -más pronto o más tarde- termina adoptando un calificativo completamente opuesto.

Lo que nos resulta más seductor de nuestra pareja suele ser precisamente lo más ambivalente. Es por ello que acostumbro a comenzar las entrevistas con las parejas que acuden a mi consulta del mismo modo que hice con los Bretts, sentados uno junto al otro y frente a mí: “Díganme” -pregunto a la joven pareja- “¿qué fue lo primero que les atrajo al uno del otro?” Mi mirada se deslizó de la atenta Laura al rostro levemente circunspecto de su marido, Tom. “¿Qué creen que les hizo especiales a los ojos de su compañero?”

Aunque estas preguntas me resultaran sumamente conocidas no dejaron de respetar, sin embargo, la sorpresa habitual en mis interlocutores. Laura inspiró profundamente y, tomando un mechón de su largo pelo castaño, se lo recogió por detrás de los hombros. Tom parecía como si estuviera a punto de saltar de su asiento pero, en lugar de ello, se arrellanó en el lujoso sofá marrón. Luego se miraron y esbozaron una sonrisa hasta que Laura terminó ruborizándose y ambos rompieron a reír.

Lo cierto es que los Bretts se consideraban como personas muy diferentes y, en muchos sentidos, opuestas.

Casi al finalizar nuestra primera entrevista les hice la siguiente pregunta: “¿Cómo creen que describiría su relación alguien que les conociera a ambos, un amigo o un miembro de la familia, por ejemplo?”

“Improbable” -respondió imediatamente Tom, sonriendo.

“¿Improbable? ¿Por qué razón?” -insistí-. “¡Oh” -replicó, encogiéndose de hombros-. “Tan improbable como la relación que existe entre la prensa y la iglesia, entre un cínico y una creyente… yo soy muy racional y reservado mientras que Laura es exactamente todo lo contrario”.

Tom vacilaba y dirigió su mirada hacia Laura, quien parecía sentir con la cabeza con una expresión entre apesadumbrada y divertida. “Tú eres tranquilo y pasivo” -reconoció ella- “mientras que yo, para bien o para mal, siempre estoy moviéndome de un lado a otro”. Luego se volvió hacia mí y agregó: “Lo mire como lo mire somos dos personas completamente opuestas…”.

Los Bretts -como tantas otras parejas que parecen haber establecido una relación sobre los opuestos- se hallaban frente al más frecuente de los problemas maritales: diferenciar entre los pensamientos, sentimientos, deseos, etcétera, que pertenecen a uno y aquellos otros que conciernen a la pareja, un problema que se deriva de la forma en que trazamos nuestras fronteras personales. De hecho, en la confusión entre lo que tiene que ver con uno y lo que tiene que ver con el otro radica la mayor parte de los problemas que quejan a las relaciones de pareja.

Hay muchas parejas que parecen compuestas por personas francamente opuestas pero su diferencia no es mayor que la existente entre los títeres de un teatro de marionetas: ante los ojos del espectador cada uno de ellos desempeña un papel muy diferente pero entre bambalinas los hilos que las mueven se entremezclan y confunden.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+