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CARLOS CAFFERA - “PREPARAR UNA MILANESA TAMBIÉN ES UN ACTO CULTURAL”


Por Sonia Brandymer

PRIMERA ENTREGA

Carlos Caffera. reconocido por su trayectoria en el campo de las artes plásticas, es uno de los tres artistas premiados por el Banco Central del Uruguay y la Asociación Uruguaya de Críticos de Arte en la edición 2006 del Premio Pedro Figari. Caffera, es un hombre de pensamiento propio, artista, docente y crítico de arte.

(Texto adaptado de la entrevista realizada en abril de 2007 en el estudio de Pincho Casanova, autor de la edición en video de este trabajo, que se proyectará durante el transcurso de la exposición.)


I / Sobre el arte

¿Qué artistas o qué obras le interesan?

Me interesa la obra de Juan Manuel Blanes que está en el Museo Nacional de Bellas Artes: "Un episodio de la fiebre amarilla". El pintor se sintió conmovido y con dolor, por la epidemia de fiebre amarilla que azotó a las poblaciones de Buenos Aires y Montevideo en el siglo XIX. Me pongo a pensar que también ahora hay enfermedades muy graves que atacan al hombre como el sida, pero no conozco ninguna obra que se haya sensibilizado por el tema con la misma magnitud. ¿A qué se debe eso? Los pintores, los aristas en general, son gente sensible a estas cosas.

En el arte moderno, que se ha dado en llamar "moderno" -los analistas no están de acuerdo ni saben bien- qué cosa significa "moderno" o "modernista". Octavio Paz, el escritor mejicano, reflexiona sobre la única sociedad que se llamó a sí misma moderna: la sociedad occidental.

Bueno, dije que me interesaba Blanes pero no solamente Blanes. También está Rafael Barradas, Joaquín Torres García, Manuel Espínola Gómez, Washington Barcala, José Cúneo. Y un pintor que aún vive -estos son todos muertos ya- Eduardo Mernies, que es un amigo con el cual podemos conversar acerca de puntos y temas de arte.

Los pintores históricos que usted nombró, ¿cómo entró en contacto con la obra de ellos? ¿recuerda la primera vez que vio una obra de Blanes?

No, eso no lo recuerdo, pero están en los museos.

¿Era usted un asiduo visitante a los museos?

El museo es una entidad básica; los artistas tendrían que ir a trabajar al museo, no para copiar, aunque podría ser como ejercicio. Pero sí a mirar. Porque los cuadros que hicieron los pintores que nombré, a mí personalmente aún me alimentan artísticamente, y no sólo artísticamente.

Usted nombró también a Torres García y a Barradas, ¿siente alguna preferencia por alguno de estos artistas?

Bueno, no es cuestión de preferencias. Dije que me alimentan, me nutren con sus figuras y sus logros. Cuando el arte está bien fundado o logrado, en la pintura, la escultura, el grabado o el dibujo, es en ese momento que yo me siento cerca de él. Los trabajos no cesan, no se agotan. Por ejemplo, los dibujos de Sáez son magníficos.

¿Qué es para usted el arte del siglo XX?

Voy a tomarme la libertad de citar unas palabras que acabo de leer en una ponencia que usted presentó en un Encuentro de Artistas realizado en Fray Bentos en 1987. Usted trata temas profundos. Se refiere a "el triunfo del signo" sobre "el significado". Alerta sobre el peligro de privilegiar "el hallazgo" en arte, en detrimento del contenido. El título de la ponencia era: "Artista, consentir o investigar".

Sí es cierto esto, es así. ¿La pregunta remite a eso? 

Sí, ¿puede desarrollar estas ideas que planteó?

El triunfo del signo sobre el significado refiere a que en la actualidad contemporánea hay mucha pintura que no se sabe qué es, adónde apunta. Ese es el triunfo de la imagen, de la forma, sobre el sentido de las cosas, y eso se ha ido acentuando en el correr del siglo XX después que el pintor ruso Kandinsky realizó las acuarelas de manchas en la primera década, 1910-1912. Son solamente eso: manchas. Los comienzos del siglo XX se podrían tomar como principio del arte abstracto. ¿Por qué? Porque no son figuras humanas, entonces no reproducen. Ahí, creo yo, tendría comienzo algo nuevo.

Cuando empecé a trabajar en cuestiones de arte, empecé con cerámica en el taller de López Lomba. Trabajé varios años, y después hice mi taller para seguir trabajando en mi casa. A la par empecé a trabajar con metal, con bronce, plata y algunas piezas de oro. Porque tendía a trabajar con las artes del fuego. La cerámica va al fuego del horno y la plata también; se funde y se lamina para luego hacer hilos y soldarla. Son dos artes del fuego. La tercera podría ser el arte del vidrio, que nunca llegué a practicar.

Continuando con el tema del triunfo del signo sobre el significado a que usted hizo referencia...  Hay obras que no se sabe qué son. Son enigmas, casi todas las obras son enigmas. La obra de arte se reconoce de algún modo porque siempre queda algo que escapa al observador, un lugar que no se puede alcanzar, o comprender. La gente que investiga a fondo, no el que mira al barrer, los investigadores, me hicieron saber que yo no podía captar todo lo que está en una obra de arte. Por ejemplo, las esculturas de Nerses Ounanián, el escultor de origen armenio, que trabajó con la figura de la madre y el hijo, hacía esculturas evocando a la madre de "alguien" que ya había perdido a su madre, o que murió siendo demasiado joven, ¿todos lo perciben así?


II / Sobre los estudios de antropología 

Elaborando una cronología para este catálogo leímos que muy tempranamente, en la década del 50, usted comienza estudios de antropología cultural. A lo largo de su vida hay una progresiva profundización en los estudios antropológicos: tal es así que usted llega en París, a La Sorbona, y asiste a clases de Claude Lévi-Strauss; ¿fue su profesor?

Fue uno de los profesores.

¿Quiere compartir con nosotros la importancia que tuvo para usted recibí clases de uno de los principales pensadores del siglo XX?

Lévi-Strauss era un antropólogo que escribió varios libros, no estaba en La Sorbonne, estaba en el Collège de France. La Sorbonne tenía una sección que se llamaba École Practique des Hautes Études...

Estando acá en Uruguay, vino a nuestro país un antropólogo brasileño que escapó del golpe militar de Brasil. Este hombre fue a la Facultad de Humanidades, en la cual yo estaba estudiando psicología, y a partir de allí se implantó el conocimiento de la antropología cultural.

En general era una disciplina de avanzada, la antropología cultural era la especialización más nueva dentro de la antropología.

No sé si llamarle nueva, porque sencillamente antropología cultural es el estudio de la cultura. "Antropo" quiere decir hombre y "logia" se refiere a algo acerca del hombre. Es un discurso con sentido acerca del hombre. El hombre hace cosas, entre ellas está lo que llamamos cultura. Ahora, según el criterio que tenga uno; puede ser muy amplio. Preparar una milanesa también es un acto cultural. Podría ser la preparación de la comida. Lo que usted cita tiene un trabajo que es el punto de partida para la antropología cultural. Me refiero a un libro de Lévi-Strauss que se llama "Lo crudo y lo cocido", escrito en Francia en 1964. El hombre primitivo tal vez comía frutos y cosas crudas, no lo sabemos con certeza. El pasaje de lo crudo a lo cocido no se sabe cuánto tiempo llevó. Además lo difícil no era hacer el fuego, sino mantenerlo.

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