domingo

ROBERT GRAVES


“EN REALIDAD KHAYÁM NO ERA UN BORRACHO NI UN DESCREÍDO, SINO UN HOMBRE QUE SATIRIZABA A LOS INCRÉDULOS. Y LA MAYORÍA DE LOS ENGAÑADOS POR ESTA FALSA VISIÓN QUE SE DIVULGÓ DEL POETA, ODIARÁ ESTA VERDAD”
(reportaje recuperado de Nexos 38 / febrero de 1981)

PRIMERA ENTREGA

Robert Graves nació en Londres en 1895, hijo de padres con ascendencia anglo-irlandesa y alemana, y asistió a la escuela de Charterhouse antes de entrar, en Francia, a la Royal Welch de Fusileros, en la Primera Guerra Mundial. Sirvió ahí hasta que lo hirieron en 1917. Al término de la guerra, asistió a Oxford; en 1926 empezó un breve período como profesor de inglés en la Universidad Egipcia de El Cairo. Escrito durante este tiempo, Adiós a todo eso (1929), un registro de sus experiencias durante la guerra, tuvo tanto éxito comercial que le permitió a Graves instalarse en Deyá, Mallorca, y seguir escribiendo. Excepto por ausencias durante la guerra civil española y la Segunda Guerra Mundial, Graves ha vivido ahí desde entonces.
La primera colección de poemas de Graves fue Poems 1914-1927 (1927). Sus poemas fueron reunidos otra vez en 1938 y 1961. Desde entonces ha publicado New Poems (1963), Poems 1965-68 (1969) y Poems About Love (1969). Sin embargo, Graves ha sacado de su prosa para vivir, incluyendo un número considerable de novelas históricas como Yo, Claudio (1934), Wife to Mr. Milton (1943), The Golden Fleece (1944), King Jesus (1946), y La hija de Homero (1955). Graves es también el autor de varios libros de crítica literaria, incluyendo A Survey of Modernist Poetry (1927), La Diosa Blanca (1948) y Oxford Addresses on Poetry (1962). Ganó el premio Russell Loines de poesía en 1958 y la medalla de oro de la asociación nacional de poesía de América en 1960. En 1961 se le dio el Profesorado de Poesía en Oxford, donde trabajó hasta 1966, cuando regresó a Mallorca.
Esta entrevista con Graves fue tomada del libro Writers at Work, Fourth Series, editado por Penguin. Forma parte de la serie que los editores de The Paris Review comenzaron en los cincuenta. Con el título El oficio de escritor, la editorial Era publicó en español una selección de las mismas. Sobre los editores y entrevistadores del Paris Review hay una formidable crónica de Gay Talese: "En busca de Hemingway", publicada en español por Grijalbo en un libro que esta editorial tituló Fama y oscuridad. Los entrevistadores de Graves son Peter Buckman y William Fifield.
Vestido con pantalones de pana, suéter de marino, chamarra negra (piel de caballo), y con una bufanda colgándole hasta la cintura, Robert Graves forjaba sus propios cigarros y fumaba uno tras otro a lo largo de la entrevista. Sostenidos de un listón que se le enredaba con frecuencia en el pelo, de su cuello colgaba un par de anteojos para leer. Alto, desgarbado, Robert Graves ha sido siempre, en lo físico, un hombre fuerte, pero a consecuencia de un accidente de alpinismo durante sus días escolares no puede girar la cabeza, y de ahí que utilice un portalibros para leer -fijándolo estratégicamente enfrente de él, sobre el escritorio, mientras conversa. Sobre el escritorio hay latas de puros holandeses, botes de tabaco, canicas, lápices, y payasos de porcelana. Sobre el piso hay un dibujo aprisionado en las esquinas. Al lado de la chimenea, un estante con las obras de T.E. Lawrence; encima de ella, figurillas griegas, romanas, orientales y africanas.
Gertrude Stein fue la primera que le habló a Robert Graves sobre Mallorca. Exceptuando los años de la guerra civil, ha vivido en Deyá desde 1929. El y Laura Riding construyeron la casa de piedra que ahora ocupa Graves y vivieron juntos en ella hasta 1936. Hay una huerta con quince especies distintas de árboles frutales, un extenso plantío de verduras, y un prado estilo inglés con pasto de Bermudas.
Robert Graves ha escrito más de cien libros, además de un número considerable de trabajos anónimos, que consistían en reescribir textos de varios amigos. Su obra en prosa más importante es La Diosa Blanca, una historia del mito poético: "el lenguaje del mito poético... era un lenguaje mágico enlazado con las ceremonias religiosas populares en honor de la Diosa de la Luna, o Musa... y éste sigue siendo el lenguaje de la poesía `verdadera'... en el sentido de que es el original improbable, no un sustituto sintetizado". El poeta verdadero rinde culto a La Diosa Blanca, diosa de la creación; la devoción absoluta y constante hacia ella es el único camino del poeta. El poeta "se enamora, absolutamente, y su amor verdadero es la encarnación de la Musa". La Musa actual de Graves es cincuenta y dos años más joven, que él -"pero tenemos la misma edad... Estoy en el tope de mi ciclo frenético porque las buenas cosas le están ocurriendo a ella justamente ahora". Ella es una bailarina de danza clásica en una ciudad alejada de Mallorca.
Muchas veces, en las diferentes sesiones que permitieron la entrevista, Graves se dedicaba a ordenar la mesa, corregir un manuscrito, checar referencias, cortarse las uñas con un enorme par de tijeras, recolectar zanahorias, cantar canciones folclóricas y preparar frijoles. No es un hombre que se esté quieto fácilmente.
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Graves: ¿Notan algo extraño en este cuarto?
No.
Bueno, pues todo está hecho a mano, con una excepción: este desagradable archivero triple de plástico que me regalaron. Voy a ponerlo aquí dos o tres semanas, por cortesía, y luego lo   desaparezco. Casi todo lo demás está hecho a mano. Ah, sí, los libros han sido impresos con máquinas, pero muchos de ellos también han sido impresos a mano -de hecho yo mismo imprimí algunos-. Aparte de las instalaciones de luz eléctrica, todo lo demás está hecho a mano; hoy día muy poca gente vive en casas donde todo esté hecho a mano.
¿Incide esto directamente en su trabajo creativo?
Sí: para pensar con claridad es preferible que todo lo que te rodea esté hecho a mano.
Usted escribió una vez que "el poeta-Musa debe morir por la Diosa como el Rey Sagrado lo hizo cuando fue una víctima divina". A pesar de todo usted ha sobrevivido; ¿aún sostendría lo anterior?
Sí. Lo que ocurre con más frecuencia es que la Musa siente ya imposible sostener el amor de un poeta y se une por elección propia con un poeta postizo, aunque sepa que no es el verdadero poeta. Escoge a alguien con quien pueda jugar el papel de madre. Di todo el cuadro de eso en un poema que se llama "El impostor". El proceso vuelve a empezar cada vez que el amor muere, algo tan doloroso como la muerte real. Siempre hay un asesino alrededor, siempre hay un personaje "impostor". El rey o el poeta representan el crecimiento, el rival o doble representan la sequía.
Pero seguramente los muchos años de servicio a la Musa tienen su recompensa.
Con el tiempo la recompensa va siendo encontrar a alguien que no sea "asesina". No quiero hablar sobre eso porque no quiero tentar a mi suerte.
Por definición, su búsqueda de la Musa será siempre insatisfactoria. ¿Qué es lo que ella le ha dado?
Me ha traído cada vez más cerca hacia el centro del fuego, por así decir.
Sus poemas, sobre todo sus poemas de amor, se vuelven cada vez más intensos conforme usted sigue escribiendo. ¿Se debe a la edad o a la experiencia?
Uno llega al corazón del asunto mediante una serie de experiencias que se dan todas con el mismo molde, pero vertidas con dolores distintos.
En otras palabras, uno no aprende nada nuevo, sino que obtiene un entendimiento más profundo.
Sí, eso es. Un entendimiento de lo que son las ordalías del poeta. Los poemas de amor deben ser lanzados dependiendo de la luna. Las lunas varían. Si uno ama a una Musa-mujer diferente uno obtendrá un poema diferente.
¿Qué puede decirnos sobre ese simple apetito, la concupiscencia, que usted ha atacado?
La concupiscencia encierra una pérdida de virtud, en el sentido de poder físico. La concupiscencia está apropiándose de algo que le pertenece a alguien más. Quiero decir que el acto amoroso es una metáfora de la compañía espiritual, y si tú llevas a cabo el acto amoroso con alguien que significa poco para ti, estás apropiándote de algo que pertenece a la persona que amas o podrías amar. El acto amoroso pertenece a dos personas, en el mismo sentido en que un secreto puede compartirse. Los abrazos y los besos son permisibles, pero en cuanto empiezas a sobrepasarte con lo que podría llamarse el mandalote -yo inventé la palabra, del griego; viene de mandalós (que es como el tornillo con el que aseguras el socket) y significa el beso-lingual o, por definición de diccionario, "un beso erótico y lujurioso"-; en fin, uno debería reservar tales familiaridades sólo para las personas que realmente ama. Con varias amigas yo me entiendo en términos de simples abrazos-y-besos. Eso está bien. Pero la promiscuidad no es, al parecer, para los poetas, aunque yo no se la niegue ni la envidie a cualquier hombre que no sea poeta.
¿Puede dar alegría la experiencia de la Musa?
Realmente no. ¿Pero qué diferencia hace? La alegría y el dolor alternan siempre. La Musa sirve como un foco orientador y como un desafío. Ella provee felicidad (happiness). Aquí estoy usando la lengua inglesa con la mayor precisión que puedo: hap, happening, suceso. Ella da el hap; provee el suceso. La tranquilidad no tiene utilidad poética. (El primero que usó y sintió la palabra Musa en el sentido de Diosa Blanca fue Ben Jonson, luego decayó al ser identificada con la débil auto-inspiración de los jóvenes).
Después de tener la experiencia de la Musa intranquila uno puede ser desplazado hacia la Diosa Negra, -porque el color negro es posible en el Oriente y representa sabiduría. ¿Puede una Musa Blanca volverse una Musa Negra, o deben estar separadas? Eso es difícil de responder...
Todas ellas tienen una edad determinada...
Como regla la Musa viene de un padre que ha dejado a su madre cuando ella era joven; para ella, por tanto, el encanto patriarcal está roto, y odia el patriarcado. Puede llegar a ser muy inteligente, pero a la edad de catorce o quince años todavía está muy reprimida emocionalmente.
¿Cómo reacciona la Musa hacia el poeta?
De algún modo, para un poeta reconocido resulta embarazoso escribir poemas a una muchacha. Ella puede quedarse resentida por haber entrado a formar parte de la historia literaria. En Francia es distinto. Muchas mujeres quieren ser conocidas como la última muchacha que durmió con Víctor Hugo... Me opongo por completo a la historia literaria. A veces ahí está la razón de que un "gran poema", de los que aparecen en todas las antologías, sea malo. Por lo general resulta interesante examinar su historia.
¿Quiere usted decir que es un poema fabricado con el fin de que sea un acontecimiento?
Sí.
La Diosa Blanca es un manual y un refugio en el que todas las preguntas pueden ser respondidas. ¿Cree usted necesario dar una definición última del nivel en que están esos libros en relación con usted?
La Diosa Blanca y The Nazarene Gospel Restored son dos casos extraños. Escribí el primero para definir el elemento no-judío en el cristianismo, especialmente el elemento céltico. Y escribí el segundo, con la ayuda del fallecido Joshua Pedro, para llevar el mito griego y romano aparte de lo que era puramente un acontecimiento judío. Lo extraño del resultado es que hay una Sociedad Cristiana Primitiva que alguien fundó en Cambridge y que está basada en el Nazarene Gospel; y comenzaron a aparecer, en los estados de Nueva York y California, varias religiones alrededor de la Diosa Blanca. Según me dicen, fuera del Establishment (donde los hippies detienen a los policías en la calle y les dicen: "Lo adoro, oficial"), hoy día soy un héroe del culto al-amor-y-las-flores. También recibo muchas cartas donde algunas brujas me participan la celebración de un aquelarre y me solicitan ungüento para volar, recetas mágicas, e información esotérica.

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