lunes

ENCUENTRO CON LA SOMBRA (El poder del lado oscuro de la naturaleza humana)

TRIGESIMOCUARTA ENTREGA


SEGUNDA PARTE: EL ORIGEN DE LA SOMBRA: LA FORMACIÓN DEL YO ENAJENADO EN LA FAMILIA


8.  EL RECHAZO Y LA TRAICION (2)


Robert M. Stein


¿Por qué las personas que han sufrido una traición arquetípica parecen estar provocando -casi nos atreveríamos a decir pidiendo- el rechazo de los demás? Este tipo de personas suele expresar exactamente su visión de sí mismo. Durante algún tiempo creí que se trataba de un recelo a expresar sus viejas heridas por temor a ser dañado nuevamente. Esto parecía tener cierto sentido hasta el momento en que comprendí que, aunque el hecho de abrirse a alguien pudiera exponerle a ser herido nuevamente, la experiencia infantil de rechazo y traición fue la causante original de la herida. Por consiguiente, cuando una persona rechaza y produce rechazo está reactivando la situación original traumática. Obviamente este mecanismo inconsciente no resulta eficaz para evitar el sufrimiento. Es necesario encontrar otras explicaciones.

Las cosas se comprenden mejor si consideramos que este problema es consecuencia de la incapacidad de la persona para distinguir entre la sombra y el alma. De este modo, cada vez que el individuo establece un contacto profundo con otra persona emergen sentimientos de vergüenza, culpabilidad y miedo. En otras palabras, la sombra contiene elementos infantiles regresivos cuya asimilación e integración en la personalidad se ha visto entorpecida por el rígido rechazo del arquetipo parental negativo internalizado. Este tipo de persona parece estar pidiendo que los demás le rediman de la culpabilidad que siente por los aspectos verdaderamente inaceptables y destructivos de su sombra que no ha alcanzado a diferenciar de la totalidad de su ser. Las demandas y las dependencias infantiles, la sexualidad infantil indiferenciada, el egoísmo, la crueldad, etcétera, son elementos que pertenecen a la condición humana que deben ser contenidos para que no causen daño a los demás. El amor y el respeto suponen la aceptación de todas estas cualidades, lo cual no significa, sin embargo, que uno deba estar dispuesto a ser dañado por la sombra. Pero esto es precisamente lo que está buscando quien provoca rechazo. Estas personas sólo podrán experimentar aceptación y amor cuando se les permita dar expresión plena a su sombra y, aunque inflijan sufrimiento a los demás, sigue, no obstante, amándoseles. Desde este punto de vista, pues, parece que el agente que determina su acción no es tanto el miedo sino, más bien al contrario, la necesidad de intimidad. Por decirlo de otro modo, la profunda necesidad de liberarse de la culpa y el miedo que provocan los contenidos de la sombra es la que le impulsa de continuo a comprometerse en relaciones que le ofrezcan la posibilidad conectar profundamente con los demás.

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