QUINCUAGESIMOSÉPTIMA ENTREGA
STEPHEN M. HART / ALGUNOS APUNTES SOBRE LOS AUTÓGRAFOS DE POEMAS HUMANOS Y ESPAÑA, APARTA DE MÍ ESTE CÁLIZ
La consulta de los autógrafos de Poemas humanos y España, aparta de mí este cáliz nos permite sacar algunas conclusiones con respecto a las varias estrategias que Vallejo usaba para componer sus poesías. Primero conviene subrayarse que el primer poema que fechó, ‘Mire el cadáver, su raudo orden visible…’ (3 de septiembre, 1937), tiene la rareza de usar la imagen de ‘fecha’ para indicar la inevitabilidad de la muerte:
Le dejaron y oyeron, y es entonces
que el cadáver
casi vivió en secreto, en un instante;
mas le auscultaron mentalmente, ¡y fechas!
lloráronle al oído, ¡y también fechas!
(‘Miré el cadáver, su raudo orden visible…’, vv- 10-14, Silva-Santisteban, IV, 77)
¿Sería posible especular que Vallejo, al empezar a fechar sus poemas, sentía acercarse su propia muerte? ¿Es posible que la urgencia de la situación de los soldados que auscultan ‘mentalmente’ el pecho de su amigo muerto, sea una metáfora del dilema del poeta peruano que hace el diagnóstico de su propio cuerpo y, de la misma manera, se da cuenta de la inevitabilidad de la muerte? En efecto, apenas siete meses después de empezar a fechar sus poemas, Vallejo estará muerto (murió el 15 de abril de 1938).
Los autógrafos descubiertos por Juan Fló revelan, sin lugar a dudas, que Vallejo trabajaba simultáneamente en la colección de poemas que su viuda bautizaría con el título de Poemas humanos al mismo tiempo que en sus poemas de guerra, España, aparta de mí este cáliz (en este caso sí escogió el título). El autógrafo, ‘…Retrocede…’ (sin fecha) merece destacarse porque demuestra que, a principios del otoño de 1937, Vallejo consideraba sus poemas personales y sus poemas de guerra como dos proyectos afines. La primera mitad de ‘…Retrocede…’, por ejemplo, constituye un borrador temprano de uno de los Poemas humanos, ‘El acento me pende del zapato…’ (12 de septiembre, 1937), mientras que la segunda mitad tiene muchas expresiones en común con algunos borradores embrionarios de España, aparta de mi este cáliz, tales como ‘Badajoz…’ (8 de octubre, 1937), y ‘Pérdida de Toledo, por fusiles cargados…’ (9 de octubre, 1937). Poco a poco, sin embargo, iban separándose las dos colecciones de poesías, al explorar nuevas tierras distintas.
Una consulta pormenorizada de los autógrafos de Poemas humanos revela que pasaron por varias etapas, que pueden describirse así:
Primera etapa (12 de septiembre de 1937): El poema se crea basándose en un borrador que consiste en frases desconectadas, o una secuencia de adjetivos: ‘…Retrocede…’ (sin fecha), ‘El acento me pende del zapato…’ (12 de septiembre, 1937)
Segunda etapa (16 de septiembre - 22 de septiembre, 1937): El poema se inspira en una lista de palabras escrita en el margen derecho del papel: ‘¡Oh botella sin vino! ¡Oh vino que enviudó de esta botella!...’ (16 de septiembre, 1937); ‘Al fin un monte…’ (19 de septiembre, 1937), ‘Quiere y no quiere su color mi pecho…’ (22 de septiembre, 1937)
Tercera etapa (25 de septiembre - 26 de septiembre, 1937): El poema consiste en una secuencia de palabras expresadas en formas gramaticales diferentes: ‘La paz, la avispa, el taco, las vertientes…’ (25 de septiembre, 1937); ‘Transido, salomónico, impelente…’ (26 de septiembre, 1937)
Cuarta etapa (27 de septiembre - 26 de octubre, 1937): Vallejo deja de usar la estrategia de basar la creación del poema en un estímulo exterior (como por ejemplo, una lista de palabras); el poema adquiere un argumento y adopta un tono más coloquial; sin embargo, demuestra cierta vacilación en el comienzo del poema, visible por la presencia de varias ‘salidas en falso’: ‘Señor, ¿te sana el metaloide pálido?...’ (27 de septiembre, 1937; ‘Escarnecido, aclimatado al bien, mórbido, hurente…’ (7 de octubre, 1937); ‘Alfonso, estás mirándome, lo veo…’ (9 de octubre, 1937); ‘Traspié entre dos estrellas’ (11 de octubre, 1937; ‘El libro de la naturaleza’ (21 de octubre, 1937); ‘A lo mejor, soy otro, andando al alba…’ (21 de octubre, 1937); ‘Tengo un miedo terrible de ser un animal…’ (22 de octubre, 1937; ‘Batallón de Dioses’ (22 de octubre, 1937; ‘La cólera que rompe al hombre en niños… (26 de octubre, 1937)
Quinta etapa (5 de noviembre - 21 de noviembre, 1937): el poema nace casi sin tropiezos ni salidas en falso; muchas veces tiene un ímpetu narrativo (es decir, cuenta una historia), se refiera a una situación concreta, y es lo más distante de un juego de palabras: ‘Un hombre pasa con un pan al hombro…’ (5 de noviembre, 1937); ‘Hoy le ha entrado una astilla…’ (6 de noviembre, 1937), ‘El alma que sufrió de ser su cuerpo’ (8 de noviembre, 1937), ‘Ande desnudo, en pelo, el millonario…’ (19 de noviembre, 1937); ‘Viniere el malo, con un trono al hombro… (19 de noviembre, 1937); ‘Ello es que el lugar donde me pongo…’ (21 se noviembre, 1937).
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