SEPTUAGESIMOTERCERA ENTREGA
CAPÍTULO 8
El instinto de conservación:
La identificación de las trampas, las jaulas y los cebos envenenados
La mujer fiera (5)
Las trampas
Trampa 5: El subrepticio intento de llevar una vida secreta, de estar dividida en dos (1)
En esta parte del cuento la niña va a ser confirmada y la llevan al zapatero para que le haga unos zapatos. El tema de la confirmación es un añadido relativamente moderno. Desde un punto de vista arquetípico, es muy probable que "Las zapatillas rojas" sea un fragmento repetidamente retocado de un relato o un mito mucho más antiguo acerca del inicio de la menarca y de una vida menos protegida por la madre; en el caso de una joven a la que, en años anteriores, sus parientes de sexo femenino han enseñado a ser conciente y a reaccionar ante el mundo exterior (10).
Se dice que en las culturas matriarcales de la antigua India, del antiguo Egipto y de ciertas partes de Asia y de Turquía -que, según se cree, han influido en nuestro concepto del alma femenina al difundirse en un territorio de miles de kilómetros de extensión- la entrega de alheña y de otros pigmentos rojos a las muchachas para que se pudieran teñir los pies con ellos era la característica esencial de los ritos de iniciación (11). Uno de los más importantes ritos de iniciación se refería a la primera menstruación. El rito celebraba el paso de la infancia a la Prodigiosa capacidad de extraer la vida del propio vientre y de poseer el correspondiente poder sexual y todos los poderes femeninos periféricos. La ceremonia se centraba en la sangre roja en todas sus fases: la sangre uterina de la menstruación, la del alumbramiento de un niño y la del aborto, todas ellas fluyendo hacia los pies. Como se puede ver, las zapatillas rojas iniciales tenían muchos significados.
La referencia al día de los Inocentes también es un añadido posterior. Guarda relación con una festividad cristiana que, en Europa, acabó eclipsando las más arcaicas celebraciones del solsticio de invierno del antiguo mundo pagano. Durante las más remotas celebraciones paganas, las mujeres llevaban a cabo unos rituales de purificación del cuerpo femenino y del espíritu del alma femenina como preparación de la nueva vida figurativa y literal de la inminente primavera.
Los ritos podían incluir lamentaciones colectivas por los embarazos malogrados (12), incluidos la muerte de un niño o el aborto espontáneo, los partos de fetos muertos, los abortos provocados y otros importantes acontecimientos de la vida sexual y reproductiva femenina del año anterior (13).
Ahora se produce en el cuento uno de los más reveladores episodios de la represión psíquica. El voraz deseo de alma de la niña quiebra los listones de sus resecos comportamientos. En la tienda del zapatero se apodera subrepticiamente de los extraños zapatos rojos sin que la anciana se dé cuenta. Un hambre voraz de vida del alma ha aflorado a la superficie de la psique, y se apodera de todo aquello que tiene a mano, pues sabe que muy pronto volverá a ser reprimida.
Este explosivo "hurto" psicológico se produce cuando una mujer empuja considerables partes del yo hacia las sombras de la psique. Según la visión de la psicología analítica, la represión tanto de los instintos, impulsos y sentimientos negativos como la de los positivos da lugar a que éstos habiten en un reino de sombras. Mientras el ego y el superego intentan seguir censurando los impulsos de la sombra, la misma presión generada por la represión parece algo así como una burbuja en la pared lateral de un neumático. Al final, cuando el neumático empieza a dar vueltas y se calienta, la presión que hay detrás de la burbuja se intensifica y da lugar a que ésta estalle hacia fuera, liberando todo su contenido interior.
La sombra actúa de una manera muy parecida. Por eso una persona avara puede sorprender a todo el mundo donando de repente varios millones de dólares a un orfelinato. Por eso una persona normalmente dulce es capaz de sufrir un arrebato y comportarse como una persona enloquecida. Descubrimos que, abriendo un poco la puerta del reino de la sombra y dejando escapar poco a poco algunos elementos, estableciendo una relación con ellos, buscándoles un uso y entablando negociaciones, podemos disminuir el riesgo de ser sorprendidas por los ataques subrepticios y las inesperadas explosiones de la sombra.
Aunque los valores varían de cultura a cultura y arrojan distintos matices "negativos" y "positivos" sobre la sombra, los típicos impulsos que se consideran negativos y que, por consiguiente y se relegan al reino de la sombra son los que inducen a una persona a robar, engañar, asesinar, actuar con exageración y cosas por el estilo. Los aspectos negativos de la sombra tienden a ser extrañamente excitantes a pesar de su carácter entrópico, por cuyo motivo arrebatan el equilibrio, la ecuanimidad y la vida de los individuos, las relaciones y los grupos.
Pero la sombra también puede contener los divinos, deliciosos, bellos y poderosos aspectos de la personalidad. Sobre todo en el caso de las mujeres, la sombra contiene casi siempre unos aspectos muy hermosos del ser que la cultura ha prohibido o a los que apenas presta apoyo. En el fondo del pozo de la psique de demasiadas mujeres se encuentra la creadora visionaria, la astuta narradora de cuentos, la previsora, la que sabe hablar bien de sí misma sin menosprecio, la que puede mirarse a la cara sin pestañear, la que se esfuerza por mejorar su arte.
Los impulsos positivos de la sombra en las mujeres de nuestra cultura suelen girar a menudo en torno al permiso para crear una vida hecha a mano. Estos aspectos descartados, menospreciados e "inaceptables" del alma y el yo no se limitan a permanecer ocultos en la oscuridad, sino que más bien se dedican a conspirar con el fin de establecer cómo y cuándo entrarán en acción para poder alcanzar la libertad. Borbotean en el inconciente, hierven a fuego lento hasta que un día, por muy hermética que sea la tapa que los cubre, estallan hacia fuera y hacía arriba en un desbordado torrente dotado de voluntad propia.
Entonces es, tal como decimos en nuestras remotas regiones boscosas, como intentar introducir de nuevo diez libras de barro en un saco de cinco libras. Cuesta taponar lo que ha estallado en la sombra una vez que se ha producido la detonación. Aunque hubiera sido mucho mejor haber encontrado un medio integral de vivir concientemente la alegría que nace del espíritu creativo en lugar de enterrarlo, a veces la mujer se ve empujada contra la pared y éste es el resultado.
Notas
(10) Es probable que las más modernas versiones que tenemos del cuento de "Las zapatillas rojas" muestren con más claridad que mil páginas de investigación histórica de qué manera el tema inicial de estos ritos se deformó y corrompió. De todos modos, las versiones restantes, a pesar de ser unos simples vestigios, nos dicen exactamente lo que necesitamos saber para poder sobrevivir y prosperar en una cultura y/o un ambiente psíquico que remeda el proceso destructivo que se describe en el cuento. En este sentido, tenemos la suerte de haber conservado un cuento fragmentario que señala claramente las trampas psíquicas que nos esperan en el aquí y el ahora.
(11) Los ritos de las aborígenes antiguas y contemporáneas suelen llamarse ritos de la "pubertad" y la "fertilidad". Sin embargo, tales denominaciones han sido vistas casi siempre en la antropología, la arqueología y la etnología, por lo menos desde mediados del siglo XIX, desde una óptica masculina. Por desgracia, hay frases que distorsionan y fragmentan el proceso de la vida femenina en lugar de representar la realidad efectiva. Metafóricamente, la mujer pasa muchas veces y de distintas maneras tanto hacia arriba como hacia abajo a través de los orificios óseos de su pelvis y cada vez que lo hace tiene la posibilidad de adquirir nuevos conocimientos. El proceso abarca toda la vida de la mujer. La llamada fase de la "fertilidad" no empieza con la menstruación ni termina con la menopausia. Todos los ritos de la "fertilidad" deberían llamarse más propiamente ritos del umbral; cada uno de ellos debería recibir el nombre de su poder transformativo específico, en referencia no sólo a lo que se puede realizar por fuera sino también a lo que se puede conseguir por dentro. El ritual de bendición diné (navajo) llamado "El camino de la belleza" es un buen ejemplo de lenguaje y denominación que define la esencia de la cuestión.
(12) Mourning Unlived Lives - A Psychological Study of Childbearing Loss de la analista junguiana Judith A. Savage es una obra excelente y una de las pocas de su clase acerca de esta cuestión de importancia tan trascendental para las mujeres (Wilmette, Illinois, Chiron, 1989).
(13) Los ritos como los yogas hatha y tántrico, la danza y otras actividades que ordenan la relación del individuo con su propio cuerpo poseen una inmensa capacidad de restablecimiento del poder.
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