por Hugo Giovanetti Viola
El 24 de mayo de 2014 se presenta en la sala de actos del Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV) de Montevideo un nuevo video de Fernando Álvarez Cozzi. “Entre las fieras y los lirios” es el título del último videoarte de este artista visual, pionero del videoarte, y Premio Figari 2008.
El video está basado en poemas de la prestigiosa escritora uruguaya Marosa di Giorgio, en un formato experimental donde se suceden imágenes evocativas del mundo personal y original de di Giorgio.
Cuenta con la actuación de Fabricio Guaragna, música de Sylvia Meyer y la edición del mismo Álvarez Cozzi junto a Sofía Casanova.
Será una única presentación en la sala de actos del Museo Nacional de Artes Visuales (Tomás Giribaldi y Julio Herrera y Reissig, Montevideo) con entrada libre y gratuita, el sábado 24 de mayo a las 18 horas.
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Entre las fieras y los lirios, basado en textos de Marosa di Giorgio, redimensiona multimediáticamente el universo mágico de una artista que, a nuestro juicio, caló con mucho más hondura que el mismísimo Gabriel García Márquez en las raíces del filum tan escandaloso como esqueletario que vertebra a Ducasse y a Duchamp con Cage, Herrera y Reissig o Felisberto Hernández, más acá o más allá de las diferencias epocales o continentales que puedan detectarse en sus obras, siempre ninguneadas con implacable prolijidad por la culturita que reina en el establishment global. ¿Cuáles serían las claves que caracterizan a ese acueducto unificador (para hablarlo en Vallejo) que lograste radiografiar con una gracia de profundidad tan tajante en tu nuevo videoarte?
Yo siempre digo que soy un artista que sigue una tradición, la tradición del viejo cine experimental. Construyo mis obras como si fueran poemas. Cada toma un verso. Siempre me interesó el cine no narrativo de estructura poética. Para realizar un poema visual no es necesario el texto, basta con las imágenes. En este caso el texto aparece dicho por su propia autora y, además, es maravilloso, por lo que me motivó de entrada a hacer algo con esos poemas. Ya no pienso en términos experimentales, como en los años 80. No pretendo romper moldes, sólo continuar una tradición. Ante tanto ingenio actual pretendidamente rupturista pero superficial, me quedo con la tradición del viejo cine experimental. Marosa está en la línea de la literatura uruguaya que me interesa. Ducasse, Felisberto, Levrero, Carlos Pellegrino.
Alguna vez te manifestaste con rotundidad acerca de la importancia de producir poco si no existe una verdadera motivación creadora, lo que me recuerda al matrerismo de Espínola Gómez, que defendía con fiereza el experimentalismo investigativo no oportunista y trabajaba siempre de ráfagas, sin preocuparse por la resonancia exitista. ¿Cómo fue cuajando el entramado insólito de esta reconstrucción marosiana?
A principios de los años 90 le propuse a Marosa hacer un video con ella y, si bien aceptó, nunca se concretó. Sabía de la existencia del disco Diadema, grabado y editado por Ayuí-Tacuabé en 1994. Lo había oído hacía algunos años. Me dieron ganas de hacer algo partiendo de algunos de esos poemas grabados. Le propuse a un actor amigo, Juan José Capozzoli, actuar travestido de Marosa. Lamentablemente tuvo la mala idea de morirse y quedó vacante el papel. Juanjo actuó en varios de mis videos al punto de que lo consideraban, un poco en broma y un poco en serio, mi actor fetiche. Fue así como le propuse a Gabricio Guaragna, compañero de tareas en el Museo Nacional de Artes Visuales y, además, uno de los integrantes de Los Escudero, un dúo transformista que suele hacer sus performances en los boliches gays de Montevideo, que participara del video. Grabé dos poemas con él. Las demás imágenes fueron tomadas de esa gran bibilioteca que es Internet y grabadas como collages a través del photoshop. La maravillosa música fue el aporte de mi amiga Sylvia Meyer a la que sólo le conté la idea del video y sin haber visto una sola imagen me envió la música que encaja a la perfección. El aporte de Sofía Casanova en la edición terminó dándole la forma para que saliera tal cual lo imaginaba. No produzco mucho, es verdad. Sólo cuando tengo ganas de decir algo, cuando me siento inspirado. No tomarte el arte como una carrera me da mucha libertad. Libre pero pobre. No se puede tener todo.
¿Cuáles son, a tu juicio, las diferencias básicas (y generalmente excluyentes) que caracterizan al entertaiment distrayente de la estética revulsiva?
Creo que la diferencia principal es el manejo del tiempo aparte del contenido, claro. La televisión y el cine industrial, salvo honrosas excepciones, tienen un manejo del tiempo vertiginoso que no es porque sí, evidentemente hay razones de marketing e ideológicas para que esto sea así. Bombardeo de imágenes, edición de vértigo, historias repetidas, lugares comunes, manejo de un star system. Es una industria que se parece al arte. Su principal interés es el dinero. Como espectador no te deja pensar. Unos productos mediocres pero con un envoltorio hipnótico. A veces la industria produce algo interesante pero son casos aislados. Claro que me estoy refiriendo a los mejores ejemplos porque hay, sobre todo en la televisión, un menosprecio absoluto a la inteligencia del espectador. Así y todo en casa tengo tres televisores, miro cable y televisión abierta. No me afecta porque ya sé lo que es y a donde apunta. Puedo ver a Tinelli porque ya estoy vacunado. Cuando el manejo del tiempo se hace diferente, el público, acostumbrado a los medios masivos, queda desarmado frente a la pantalla. Si es curioso se queda, si no lo es se va. Yo trabajo para la gente curiosa. Todavía alguno queda.
¿Cómo han ido influyendo en tus trabajos las nuevas herramientas tecnológicas de las que disponés actualmente, en relación a tu etapa pionera iniciada en los 80?
A pesar del encanto de las imágenes analógicas, tan inestables, tan tambaleantes, es evidente que la digitalización trajo al alcance de cualquiera las posibilidades técnicas. De a poco fui pasando por todos los formatos y mudando de soporte las obras para poder seguir siendo vistas. Antes del video había realizado tres cortos en 16 mm. de danza filmada. No hay más remedio que usar las herramientas que la tecnología brinda. No soy un fanático por los fierros electrónicos. Trabajo con lo que tengo a mi alcance ya que para mí el videoarte, a diferencia del cine industrial, se puede hacer en solitario sin una gran producción
PARA VER EL TRAILER CLICK AQUÌ
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