lunes

ENCUENTRO CON LA SOMBRA (El poder del lado oscuro de la naturaleza humana)


Carl G. Jung / Joseph Campbell / Marie-Louise von Franz / Robert Bly / Ken Wilber / Nathaiel Branden / Sam Keen / Larry Dossey / Rollo May / M. Scott Peck / James Hillman / John Bradshaw y otros

Edición a cargo de Connie Zweig y Jeremiah Abrams

SÉPTIMA ENTREGA

INTRODUCCIÓN: EL LADO OSCURO DE LA VIDA COTIDIANA / Connie Zweig y Jeremiah Abrams (3)


Ahora o nunca

Desde tiempo inmemorial la historia nos evidencia las plagas de la maldad humana. Naciones enteras han caído en ataques de histeria colectiva de dimensiones devastadoras. Hoy en día el aparente final de la guerra fría nos coloca en una situación excepcionalmente esperanzadora. Por primera vez las naciones parecen reflexionar sobre sí mismas y tratan de cambiar de rumbo. El siguiente artículo, citado por Jerome S. Bernstein en su libro Power and Politics, es sumamente elocuente a este respecto. El 11 de junio de 1988 el Philadelphia Inquirer comentaba del siguiente modo la noticia del gobierno soviético anunciando la suspensión temporal de los exámenes de historia en todo el país:

La Unión Soviética anunció ayer la suspensión de los exámenes finales de historia de más de cincuenta y tres millones de estudiantes arguyendo que los textos de historia había envenenado con mentiras “las entes y los cuerpos” de generaciones enteras de niños soviéticos.

Isvestia, órgano oficial del gobierno, afirmaba que esta decisión excepcional pretende acabar con la transmisión de mentiras de generación en generación, un proceso que generó la consolidación de un sistema político y económico estalinista al que los actuales líderes quieren poner fin.

“La culpabilidad de quienes han engañado de este modo a generaciones enteras… es inconmensurable…”, rezaba uno de los titulares del artículo. “Hoy estamos recogiendo los amargos frutos de nuestra propia lasitud moral, estamos pagando por la conformidad y el silencio aprobador que tanto nos avergüenza y que impide que podamos mirar a la cara y responder sinceramente a las preguntas de nuestros hijos”.

Esta admirable confesión pública de toda una nación jalona el final de una era. Según Sam Keen, autor de Gaces of the Enemy, “las únicas naciones seguras son aquellas que recurren de manera sistemática a la vacuna de la libertad de prensa y en la que se desoyen los gritos emponzoñados que apelan al ‘destino divino’ y la paranoia santificada”.

Hoy en día el mundo se mueve en dos direcciones aparentemente opuestas, una de ellas se aleja de los regímenes fanáticos y totalitarios mientras que la otra se dirige hacia ellos. Ante tales fuerzas nos sentimos impotentes o experimentamos una sensación de culpabilidad por nuestra complicidad inconsciente en la situación en la que se halla inmerso nuestro mundo. Hace ya más de medio siglo que Jung describió explícitamente la naturaleza de este vínculo: “La voz interna pertenece a la conciencia cualesquiera sean los sufrimientos de la totalidad -sea cual fuere la nación o la humanidad de la que formemos parte. El mal se presenta pues en forma individual y debemos comenzar suponiendo que sólo constituye un rasgo del carácter individual”.

Sólo disponemos de una forma de protegernos de la maldad humana representada por la fuerza inconsciente de las masas: desarrollar nuestra conciencia individual. Si desperdiciamos esta oportunidad para aprender o fracasamos en actualizar lo que nos enseña el espectáculo de la conducta humana perderemos nuestra capacidad de cambiarnos a nosotros mismos y, consecuentemente, de cambiar también al mundo. El mal permanecerá siempre con nosotros lo cual no significa, sin embargo, que debamos tolerar sus desmesuradas consecuencias.

En 1959 Jung dijo: “Es inminente un gran cambio en nuestra actitud psicológica. El único peligro reside en el mismo ser humano. Nosotros somos el único peligro pero lamentablemente somos inconscientes de ello. En nosotros radica el origen de toda posible maldad”.

Walt Kelly, el dibujante de Pogo, dijo simplemente: “Hemos encontrado al enemigo, somos nosotros mismos”. Hoy en día debemos renovar el significado psicológico de la idea de poder individual. La frontera para enfrentarnos a la sombra se halla -hoy como siempre- en el interior del individuo.


Recuperar la sombra

El descubrimiento de la sombra tiene por objeto fomentar nuestra relación con el inconsciente y expandir nuestra identidad compensando, de ese modo, la unilateralidad de nuestras actitudes conscientes con nuestras profundidades inconscientes.

Según el novelista Tom Robbins “descubrir la sobra nos permite estar en el lugar correcto de modo correcto”. Cuando mantenemos una relación correcta con la sombra el inconsciente deja de ser un monstruo diabólico ya que, como señalaba Jung, “la sombra sólo resulta peligrosa cuando no le prestamos la debida atención”.

Cuando mantenemos una relación adecuada con la sombra restablecemos también el contacto con nuestras capacidades ocultas. El trabajo con la sombra -un término acuñado para referirnos al esfuerzo constante para desarrollar una relación creativa con la sombra- nos permite:

* Aumentar el autoconocimiento y, en consecuencia, aceptarnos de una manera más completa.
* Encauzar adecuadamente las emociones negativas que irrumpen inesperadamente en nuestra vida cotidiana.
* Liberarnos de la culpa y a vergüenza asociadas a nuestros sentimientos y acciones negativas.
* Reconocer las proyecciones que tiñen de continuo nuestra opinión de los demás.
* Sanar nuestras relaciones mediante la observación sincera de nosotros mismos y la comunicación directa.
* Y utilizar la imaginación creativa -vía sueños, pintura, escritura y rituales- para hacernos cargo de nuestro yo alienado.

Quizás… quizás de ese modo dejemos de oscurecer la densidad de la sombra colectiva con nuestras propias tinieblas personales.

La astrólogo y analista junguiana Liz Greene señala la naturaleza paradójica de la sombra como depositaria de la oscuridad y baliza que jalona el camino hacia a luz. En su opinión: “El lado enfermo y doliente de nuestra personalidad encierra simultáneamente a la sombra oscura que se niega a cambiar y al redentor que puede transformar nuestra vida y modificar nuestros propios valores. En cierto modo este redentor es anormal porque lleva consigo algún tipo de estigma. Por ello puede descubrir el tesoro escondido, salvar a la princesa o matar al dragón. La sombra es, pues, al mismo tiempo, aquello a redimir y el sufrimiento redentor”.

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