DECIMONOVENA ENTREGA
STEPHEN M. HART / ALGUNOS APUNTES SOBRE LOS AUTÓGRAFOS DE POEMAS HUMANOS Y ESPAÑA, APARTA DE MÍ ESTE CÁLIZ (2)
Poemas humanos (4)
‘La punta del hombre’ (14 de septiembre, 1937) (5)
La comparación del autógrafo con la versión dactilográfica de ‘La punta del hombre…’ (Silva-Santisteban, III, 366), demuestra que, al revisar el poema, Vallejo tenía la costumbre de suprimir las alusiones al origen concreto del poema, específicamente, el objeto empírico que lo inspiró. Parece que Vallejo empezó el poema varias veces antes de estar satisfecho con el comienzo, dados los dos primeros versos tachados que se ven claramente en al autógrafo. Después de esta salida en falso, el poema se inicia con ‘¡Rezará la punta del hombre!’ (VI, v. 3), que luego se transforma en ‘La punta del hombre…’ (V2, v. 1; Silva-Santisteban, III, 162). Es de interés el que Vallejo hubiera introducido el concepto de viajar y cabalgar originalmente en la primera estrofa (‘Con caballo de toda…’; VI, v. 3), para luego suprimirlo, transfiriéndolo a la segunda estrofa, donde leemos frases tale como ‘caminantes suegros’ (V2, v. 13) y ‘caballar andando (V2, v. 16). La transferencia del concepto de viaje a la segunda estrofa en efecto le infunde al poema una exposición más clara y por lo tanto más exitosa. Por consiguiente de este cambio, la versión dactilográfica del poema muestra una clara evolución del argumento: primera estrofa (muerte), segunda estrofa (vida / procreación humana) y tercera estrofa (conclusión). Una consulta atenta del autógrafo sugiere que el poema se inspiró originalmente con la imagen de un cigarrillo que emite humo en un cenicero. A principios de la primera estrofa leemos: ‘tras de fumar su propia ceniza de un tirón’ (VI, v. 4), y podemos imaginar a Vallejo delante de un cigarrillo en un cenicero, interpretándolo como un símbolo de la destrucción inevitable del cuerpo humano. Poco a poco, sin embargo, iban ocultándose las alusiones al cigarrillo. En el primer borrador, por ejemplo, ‘de un tirón’ desapareció completamente, y el adjetivo ‘propia’ (VI, v. 4) ha sido sustituido por ‘universal’ (VI rev., v. 4), lo que indica que Vallejo tiende a universalizar sus emociones. Otra imagen que luego se eliminó fue ‘la majestad del fuego’ (VI rev. v. 3) que se supone que se haya suprimido por su referencialidad marcada. Una versión anterior de la frase memorable, por lo demás, ‘El ludibrio pequeño de encogerse’ (V3 v. 2) era ‘El ludibrio político de encogerse’ (VI rev., v. 3), pero también podemos conjeturar que esta versión se eliminara por ser excesivamente concreta. Hay otro ejemplo de la creación de cierta distancia entre el objeto y el yo poético en el manuscrito original. En la segunda estrofa, por ejemplo, ‘al volver de los brazos desatinos’ (V2, v. 10), antes decía: ‘al volver de nuestro desatino’ (VI, v. 11). La alusión quedó, después de la enmienda, más objetiva.
En otros casos Vallejo trata evidentemente de pulir su estilo. El verso ‘punta en lunes sujeto por seis frenos’ (V3, v. 6; Silva-Santisteban, III, 163), por ejemplo, antes decía: ‘punta el lunes sujeto a martes: física’ (V2, v. 6), y, en una versión muy preliminar: ‘punta en lunes, punta este martes’ (VI, v. 7). Aquí Vallejo alude al concepto del tiempo como una cárcel, motivo importante de su poesía anterior. (24) En el último verso de la segunda estrofa la versión original -en un giro verbal poco típico de Vallejo- recurría a la sinestesia para establecer conexiones poéticas: ‘puede fulgir a modo de distante laúd’ (VI, v. 17). Luego Vallejo simplificó el verso: ‘puede fulgir esplendorosamente’ (VI, rev. v. 17). La sinestesia también aparece en otro segmento del poema. El verso ‘de majestad tan rápida por destello’ (VI, v. 20); es decir que Vallejo suprime lo visual para realzar, en su lugar, el sentido olfativo. En otros casos Vallejo reemplazó un vocablo por otro para así mejorar el valor de sugestión del verso. Tal es el caso de: ‘¡Oh visión geométrica al trasluz!’ (VI, v. 18) en la tercera estrofa que se sustituyó por ‘¡Oh pesar geométrico al trasluz’! (VI rev. v. 18), para luego convertirse en: ‘¡Oh pensar geométrico al trasluz!’(V2, v. 18).
En la última sección del poema hay algunas expresiones que, aunque claramente visibles en el autógrafo, no fueron copiadas al hacerse la transcripción. En la última estrofa del poema, por ejemplo, el manuscrito decía muy claramente: ‘jamón, si no hay ya carne’ (VI, v. 28). Luego Vallejo simplificó el giro: ‘jamón, si falta carne’ (V2, v. 27). Así que se deduce que el proceso mismo de la transcripción constituye para Vallejo otra fase de la revisión creativa del poema. A veces las enmiendas son tan radicales que mejoran drásticamente el poema. Originalmente el poema terminaba así: ‘y un pedazo de queso, con gusanos hembras / y gusanos machos, claro está!’ (VI, vv. 29-30), pero, durante la transcripción, la última frase se convirtió en: ‘gusanos machos y gusanos muertos’ (V2, v. 29). La supresión de la expresión coloquial, ‘claro está!’, constituye un cambio feliz, y el poema ahora concluye con una solemnidad más apropiada.
Notas
(24) Véase Mariano Ibérico, ‘El tiempo’, Aproximaciones a Cesar Vallejo, edición de Ángel Flores (Nueva York: Las Américas, 1971), I, 303-15.
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