martes

LA NEGRA JEFA (Sexo, Momo & Yemanjá) - HUGO GIOVANETTI VIOLA


VIGESIMOCUARTA ENTREGA


DOS: PAN AMASADO POR EL DIABLO (10)


41

Annelise volvió temprano a su casa. Ahora Paloma y yo repechamos Palmas y Ombúes bajo el primer soplo crepuscular, y los ojos de mi hija parecen sobrevolar el mundo.

-¿Y cómo sabe Flor que no va a haber apagón? -preguntó la chiquilina, divertida.

-Ah, Flor es indescifrable. Mirá: está tan segura que no va a haber apagón que ni siquiera llegó temprano. El único auto que hay en la puerta del club es el de Ringuito.

-¿Y Ma-Sa y tío Roberto dónde se habrán metido?

-¿No son aquellos que vienen caminando desde General Paz?

Entoces Paloma se adelantó corriendo a saludar a sus tíos, que caminaban abrazados entre la luz horizontal. Ojalá que el domingo pudiera ser un premio para todos.


Flower actuó por última vez en un drink dominical del Náutico aunque el apoteósico baile hecho la noche anterior en el Club Uruguay definió la disolución del grupo y aquel sábado de tarde Flor te llamó por teléfono para repetirte hasta la exasperación que ni el maldito rockandombe ni la maldita guita podían ser más fuertes que la amistad y que iban a terminar grabando más discos que los Beatles.


Cristina y Ringuito estaban sentados en el escalón de la entrada.

-¿Qué le habrá pasado a Flor? -pregunta la mujer-pájaro, endomingada con un vestido hindú.

-Blanco, rojo y verde. Otra vez -se animó a señalar Abel.

Cristina sonríe en silencio, y la llegada de Paloma mi hermana y mi cuñado desvía la conversación hacia el tema de nuestro improbabilísimo concierto.

-Sería una lástima -dice Ringuito. -Ayer hubo varios temas que salieron fenómeno.

Prefiero no mencionar la ronquera de Flor.

-Che, ¿y ustedes por qué fue que se disolvieron, al final? ¿Por inercia? -preguntó inocentemente Roberto. -Ma-Sa dice que sonaban de lujo.

-Ella tenía diez años -lo atajo. -Y nos idealizó. Aunque hay que reconocer que sonábamos mucho mejor que una troja de porteños que ahora venden a lo bobo.

-Nos separamos por culpa mía -prefirió contestar Ringuito, sin reírse.


El representante de Flower era un homúnculo de sobrenombre Carlinho que regenteaba varios grupos y soñaba con imponer una superbanda rockandombera en Buenos Aires aunque su obsesión puntual era acostarse con Flor que aquella noche apareció con una minifalda escotada y transparente y una ropa interior comprada por su madre en París y se acercó a murmurarte Hoy el baboso va a entender quién manda en este baile.


-Ahí llegan los Beltrami -lo interrumpo.

-FLOWER PARA TODOS -gritó por la ventanilla de Hyundai la prqueña mujer muy maquillada y no demasiado ronca.

Annelise es la única de las tres hermanas que no tiene un aire de pituca frívola. Flor demoró en bajar cargando una hielera y un paquete de pizza y de golpe hubo un silencio que obligó a Cristina a preguntar qué pasaba.


Y Flor se acercó a Carlinho y le dijo al oído Hoy me llamo Yemanjá corazón y capaz que si te portás MUY BIEN te ligás algún mimo.


-Nada -dice Ringuito, sin atreverse a mirarme. -Es que Flor trajo el vestido que estrenó en el Club Uruguay hace un cuarto de siglo.

Y todavía le cabe -pensó Abel, calculando cuánto faltaba para que empezara el bendito apagón.


42


Demoraron cerca de media hora en reacomodar todo y afinar. Faltan veinte minutos para que empiece el apagón. El público -integrado por las hermanas Beltrami Paloma Ma-Sa y Roberto- estaba ubicado en sillas de latón colocadas en semicírculo y nadie dejaba de controlar su reloj, más o menos disimuladamente. De golpe tengo ganas de cargar a Flor como si fuera una niña y llevarla hasta el fondo del club y sentarme con su resplandor entre los brazos, sólo para mirarla. Y entonces la pequeña mujer maquillada con sombra de plata se aclaró la garganta y dijo en el micrófono:

-Necesitaba hablarles, antes de tocar. Y espero que Abel me ayude.

Cruzamos una profunda mirada con Ringuito, mientras Brian levanta los lentes para espejar el atardecer turquesa que inunda los ventanales.


Y tocaron como nunca y la gente los acorralaba y los disc-jockeys los felicitaban y al terminar la primera entrada fueron juntos al baño con Ringuito y el muchacho motudo te confesó Espero que me entiendas petiso pero vivo sin un mango y me recopa el candombe y Carlinho me quiere hacer firmar esta noche mismo un contrato exclusivo con la superbanda aunque no tendría problema en que viniera en cualquier momento de Buenos Aires a grabar los temas de la ensalada y vos terminaste de saber que lo único que te importaba en el mundo era escribir y casarte con Gabi y dijiste Por mí no hay ningún problema pero quién le pone el cascabel a Yemanjá.


-Tengo un bobo muy bobo -ronqueó Flor. -Y eso ya lo sabe media humanidad, a esta altura. Pero todavía nunca pude decir en voz alta y en público que nunca dejé de estar ENAMORADÍSIMA de la gente, aunque a veces no parezca. Y que quiero la SALVACIÓN DE TODOS y creo en ESO. Never pudieron sacarme ESO del bocho. ¿Voy bien, Abel?

-Pa. Este monólogo lo voy a tener que meter en alguna novela -me río.

-Loco: a vos te dan un dedo y te morfás hasta el colon.

-HASTA EL COLON!!!! -carcajeó Ringuito, acompañado casi inmediatamente por Brian y el auditorio entero.


Y cuando salieron del baño enfilaste hacia el camarín dispuesto a hablar con Brian y el sonidista te dijo que acababa de bajar a comprar cigarrillos y que Flor y Carlinho se habían encerrado a discutir un asunto de vida o muerte y que le ordenaron que no dejara pasar a nadie a interrumpirlos.


-CHE: ¿POR QUÉ MIRAN LOS RELOJES? -levanta la voz muy flemosa Flor. -NO TIENEN FE, ABELITO.

-No grites, que no vas a poder cantar.

-¿PERO VOS TENÉS FE O SOS PURO VERSO, AL FINAL?


Y te quedaste haciendo guardia en la puerta del camarín y Brian volvió del boliche pero aprovechó el borbollón para cargarse a una espectacular morocha recién casada que se le venía regalando en todos los últimos bailes y al rato salieron Flor y Carlinho demasiado despeinados y sudorosos y la muchacha te agarró el brazo y te dijo con una mueca de asco Hoy no perdemos la pulseada ni aunque tenga que feventar entendiste petiso.


Entonces se apagó todo.

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