jueves

AUTÓGRAFOS OLVIDADOS - CÉSAR VALLEJO -


DECIMOSÉPTIMA ENTREGA


STEPHEN M. HART / ALGUNOS APUNTES SOBRE LOS AUTÓGRAFOS DE POEMAS HUMANOS ESPAÑA, APARTA DE MÍ ESTE CÁLIZ (2)

Poemas humanos (1)


‘Los desgraciados’(sin fecha) (1-2) (10)

Este poema se cuenta entre los más famosos del poeta peruano. En ‘Los desgraciados’ Vallejo dirige la palabra a los sectores más pobres y necesitados de la sociedad, expresándoles una profunda simpatía. Según ha sugerido James Higgins, este poema ‘evoca la miseria sufrida por el proletariado como consecuencia de la crisis del capitalismo’. (11) Esta miseria se evoca en términos apocalípticos. (12) En su libro de apuntes, Vallejo describió la desgracia así: “Para las almas de absoluto, la muerte es una desgracia intemporal, una desgracia vista desde aquí, de allá, del mundo, del cielo, del instante y del futuro y del pasado. Para los seres materialistas, ello no es más que una desgracia vista desde este mundo: como ser pobre, caerse, ponerse en ridículo, etc.’ (13) Este poema, en efecto, constituye una reflexión sobre el concepto de la desgracia en el mundo contemporáneo; surge de ese mismo conflicto enunciado en el ensayo entre la interpretación absolutista, por un lado, y materialista, por otro. (14) Pero se enfoca exclusivamente en una figura solitaria: el desgraciado que se levanta para irse a su trabajo. Por estas razones ‘Los desgraciados’ no es un poema fatalista. Según ha señalado Víctor Farías: ‘Su poema no es un lamento, no se llama “Los miserables” sino “Los desgraciados”, los que no han recibido la gracia que les corresponde (…). El horizonte general en que se mueve es por lo tanto la esperanza, mejor dicho, la espera justificada porque objetiva y racional: “Ya va a venir el día…’”. (15)

De los poemas ahora incluidos bajo el título de Poemas humanos y de aquellos que específicamente Juan Fló descubrió entre los papeles de Ángel Rama, solamente uno no tiene fecha y es éste, ‘Los desgraciados’. A diferencia de los otros poemas no se sabe con certeza cuándo se escribió ni cuándo se mecanografió, pero es de suponer que se escribiera antes del 3 de septiembre de 1937, puesto que aquel es el día en que Vallejo empezó a fechar los poemas. (16) Este poema en particular demuestra que Vallejo no solamente revisaba la versión dactilográfica de su poema, sino el autógrafo también. No son menos notables las enmiendas visibles en los manuscritos que aquellas que aparecen en las versiones dactilográficas. Parece que el poeta peruano escribía sus poemas de un tirón, que luego los revisaba a mano, para luego sacar una versión más limpia todavía al trascribirlos en la máquina de escribir, proceso que no excluía una posible revisión posterior. Conviene recalcar que Vallejo a veces revisaba una sección específica del poema varias veces como si ensayara su pensamiento poético. Las secciones que contienen la mayoría de las revisiones son las siguientes: (i) VI, vv. 7-11, que se inicia con el verso ‘Ya va a venir el día, ten…’; equivalentes a V2, vv. 6-10; (ii) VI, vv. 21-23, que empieza con ‘Te acuerdas del estado nacional de la frente…’; equivalentes a V2 vv. 21-22, que se inicia con ‘¿Tiemblas?...’: (iii) VI, vv. 38-44, empezando con ‘la mañana, la mar, el meteoro…’; equivalentes a V2 vv. 36-42; y la última sección del poema, VI vv. 53-58, que se inicia con ‘que encontrarás que tú…’; equivalentes a V2, vv. 50-54. (17)

Los cambios efectuados demuestran ciertas características. Vallejo tiene la costumbre de suprimir un verso entero y conservar de él un giro verbal, o una imagen aislada, tal como se nota en el caso del verso ‘injusto (…) amada víctima’ (VI, v. 35), donde nada más se conserva el epíteto ‘amada víctima’, expresión que además se transfiere a otro verso del poema (V2, v. 33). En efecto esta ‘poética de la tachadura’ lleva al poema a un estado de mayor concisión. (18) El verso, ‘Ya va a venir el día, dulce sol vivo, / dobla la boca, el aliento, triplica’ (VI, vv. 50-51), se convirtió en: ‘Ya viene el día, dobla / el aliento, triplica’ (V2, vv. 46-47). También se nota que ciertos motivos se han silenciado a través del proceso de reescritura. La versión original, por ejemplo, había enfatizado mucho -quizás demasiado- el concepto de la muerte física del desgraciado. En la sexta estrofa de la primera versión del poema, por ejemplo, se leía lo siguiente: ‘cuentan a sus pasos al compás de un féretro’ (VI, v. 43). También había una alusión al ‘abdomen del hacha’, todo lo cual contribuía a cargar las tintas de la descripción. Por la misma, razón, quizás, suprimió ‘están locos’ (VI, v. 42). En efecto el concepto del sacrificio sangriento del protagonista del poema poco a poco desaparece del poema a través de revisiones sucesivas. El vocablo ‘féretro’, por ejemplo, no apareció en la versión dactilográfica del poema. Sobrevivió la alusión a ‘abdomen del hacha’, como se puede comprobar al consultar la versión dactilográfica, pero luego Vallejo tachó a mano tal alusión para producir un verso mucho más sugerente. Ahora la versión definitiva dice: ‘el carnicero piensa en ti, palpando / el hacha en que…’ (V3, vv. 41-43; Silva-Santisteban, III, 295). El verso ahora es más atinado en el sentido de que subraya el concepto de un futuro incierto para el desgraciado. A veces Vallejo suprime una expresión sumamente obvia; tal es el caso, quizás, de ‘¿para qué la muerte?’ (VI 6, v. 57) en el autógrafo. Según vemos, la revisión del poema era un proceso continuo; se inicia con el autógrafo y continúa en la versión dactilográfica hasta llegar al texto definitivo. El hallazgo de Juan Fló nos permite examinar la primera etapa de la creación del poema vallejiano, la cual es, por lo demás, la más importante de todas.


Notas

10) El número en paréntesis se refiere al número del facsímil en esta edición.
11) César Vallejo en su poesía, 135.
12) Según Jean Franco ha puntualizado: ‘This voice which speaks during a wakeful, insomniac night proclaims the inevitable dawn; yet by constantly repeating, “Ya va a venir el día”, the “day” comes to seem more than the end of night. It is if every day were judgement day and apocalypsis’; César Vallejo: The Dialectics of Poetry and Silence (Cambridge: CUP, 1976), 189.
13) Contra el secreto profesional, 73.
14) Al mismo habría que agregar que Vallejo se sentía más cómodo con la interpretación materialista de la desgracia. En otra sección de apuntes, afirma que: ‘La muerte de una persona no es, como se cree, una desgracia. La desgracia está en otra cosa’ (Contra el secreto profesional, 76). Esta afirmación parece confirmar que Vallejo prefiere la óptica materialista: la pobreza y la opresión social son ejemplos de la desgracia, y no la muerte en sí.
15) ‘Experiencia de la finitud e historicidad: Cesar Vallejo y la reflexión dialéctica’, César Vallejo: Actas del Coloquio Internacional Freie Universität Berlin 7 9 junio 1979, editadas por Gisela Beutler y Alejandro Losada (Tübingen: Niemeyer, 1981), 96-136 (130).
16) ‘Miré el cadáver, su raudo orden visible…’ de España, aparta de mí este cáliz es el poema con fecha más temprana (3 de septiembre de 1937). Hay versión mecanografiada de poema pero ya no existe autógrafo; véase Silva-Santisteban, IV, 109.
17) Para las referencias a V2, véase Silva-Santisteban, III, 292, 294.
18) La ‘poética de la tachadura’ es una expresión que le tomo prestada a Julio Ortega; véase su excelente estudio, La teoría poética de César Vallejo (Austin, IX: Del Sol, 1986). Cae de su peso que la tachadura utilizada aquí no implica la amputación de versos. Según Vallejo señaló en su ensayo, ‘Universidad del verso por la unidad de las lenguas’: ‘Un poema es una entidad vital mucho más orgánica que un ser orgánico en la naturaleza. A un animal se le amputa un miembro y sigue viviendo. A un vegetal se le amputa una rama y sigue viviendo. Pero si a un poema se le amputa un verso, una palabra, una letra, un signo ortográfico, muere’; El arte y la revolución (Lima: Mosca Azul, 1973), 62 (62).  

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