VIGESIMOCUARTA ENTREGA
La integración de América en el pensamiento de Perón (2)
(Conferencia del 22-VIII-1996)
Veamos la historia argentina desde su organización institucional con la constitución de 1853. Al iniciarse la última mitad del siglo pasado nace la primera Argentina Liberal agroexportadora y de recepción inmigratoria. Es la Argentina del gran impacto inmigratorio, que coincide con la revolución del ferrocarril en tierra y la revolución de los barcos a vapor en el mar, que permitieron por primera vez que países transoceánicos pudieran enviar en gran escala alimentos a los centros industriales metropolitanos europeos, en especial Inglaterra.
Jamás había existido un comercio de alimentación en masa. Durante milenios el comercio de grandes distancias fue fundamentalmente sólo suntuario. Transportaba poco y sólo podía hacerlo con pequeñas cantidades de bienes muy valorados. Solamente la revolución de las comunicaciones que implicó el barco a vapor permitió el nacimiento de los grandes exportadores de cereales y de carne oceánicos. Es el enriquecimiento agroexportador del Canadá, de los Estados Unidos, de Australia, de Nueva Zelandia, de la Argentina y del Uruguay. Es un gran ciclo que va a terminar a poco de la Segunda Guerra Mundial. Luego vienen cuarenta años de precios deprimidos a las materias primas, salvo el petróleo.
Desde hace unos tres o cuatro años comienza a notarse un repunte general de los precios de las materias primas de alimentación, con la irrupción de los grandes mercados asiáticos. Muchos aseguran que vendrá otra onda de expansión de las explotaciones de alimentos. Canadá, exportador rural de maderas y trigo, en los años '20 aplicaba un gravamen de 25% a las importaciones para estimular las industrias internas, mientras que la Argentina agroexportadora no hizo ninguna política industrial: ponía un gravamen del 6%. No habrá preocupación por amparar a su desarrollo industrial. Solamente la crisis del año '29 / '30 va a obligar al mundo liberal agroexportador argentino a cambiar abruptamente sus perspectivas. También comienza a detenerse la fase de las emigraciones a la Argentina, hecho muy importante, ya que su mercado interno no será ampliado por un flujo poblacional creciente.
Es allí donde los pensadores liberales, los economistas liberales empiezan a ser, a pesar suyo, proteccionistas. No tienen más remedio, porque no pueden colocar los cuatro o cinco productos que la Argentina exportaba. Bajan las exportaciones, no hay divisas y eso estimula la generación de la industria de sustitución de importaciones.
La Argentina tuvo la originalidad de haber inventado en la historia un socialismo librecambista. Así acaeció que Pinedo, ante la parálisis de las exportaciones a los mercados tradicionales tanto de Inglaterra y Europa como de Estados Unidos, pensó hacer una unión aduanera con los otros países de América Latina y así lo formuló en una conferencia, durante el año 1931.
La necesidad inicial de un desarrollo industrial al amparo del mercado ampliado, de una unión aduanera que comprendiera los países vecinos de América Latina, era todavía una visión de emergencia y economicista. Este pensamiento lo va a retomar en otra forma en el Plan Pinedo de los años cuarenta, con la Segunda Guerra Mundial, cuando las dificultades de importar de los centros en conflictos obliga a una mayor expansión industrial.
En esas circunstancias va a nacer el peronismo. Una serie de autores competentes y contemporáneos argentinos, como Juan José Llach, sostienen que el rasgo de la irrupción del peronismo fue un llevar a sus límites un modelo de sustitución de importaciones, sacrificando las exportaciones. Un “mercado internismo”, ese reproche que se ha ido gestando en los últimos años. De modo sorprendente, no toman en cuenta, en absoluto, la política exterior de Perón relacionada con este punto. El desarrollo interno, y el boicot de Estados Unidos subsidiando producciones de exportación agropecuaria competitivas con la Argentina para abatirle los precios, hicieron que ante la disminución del precio de las exportaciones argentinas fuera necesaria una expansión del mercado interno, para sostener el desarrollo industrial. Esto está ligado a la política de justicia social y redistribución de ingresos internos que el peronismo emprendió.
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